Como hemos visto antes, cuando la aprobación del presidente anda por el piso, se arma la carpa del Circo Cubano de la Paz, hasta con dictadores disfrazados de demócratas, y los socios de la impunidad, gobierno y cartel narcoterrorista, anuncian que la paz ya casi nos atropella.
Simultáneamente una campaña de “lavado de cerebro” se activa, usando técnicas tradicionales para tal fin como: la repetición agobiante, en la que los arismendis y julitos sirven de disco rayado; a lo que se suma una ola de amedrentamiento con violencia verbal al sujeto a adoctrinar para que olvide cualquier idea de insubordinación o desobediencia, y para esto el presidente anuncia guerra e impuestos. Pero días después, las desautorizaciones de las Farc al presidente o de los frentes a los cabecillas habaneros, las metidas de pata del presidente o las enredadas de De la Calle, pues tantas mentiras no las administra ni el diablo, hacen que la aprobación vuelva al fondo.
Por eso no hay que dejarse asustar ni resistirse al proceso de impunidad que se cocina.
Jamila Raqib, una afgana que creció viendo sufrir a su país por la invasión soviética, directora Ejecutiva del Albert Einstein Institution, investigadora asociada del Centro de Estudios Internacionales del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y experta en “acción estratégica no violenta”, dice lo siguiente: “He aprendido que cuando las personas tienen un tema fundamental en juego, para la mayor parte de ellos, ceder no es una opción. Para estos tipos de conflictos –cuando los derechos de las personas son violados, cuando están ocupados sus países, cuando son oprimidos y humillados- necesitan una manera poderosa de resistir y luchar”.
Pero no es una lucha violenta dice Jamila, ni tampoco pasiva: “No vamos a acabar con la guerra diciéndole a la gente que la violencia es moralmente incorrecta. En su lugar hay que ofrecerles una herramienta que es al menos tan potente y tan eficaz como la violencia”.
Y creo que Jamila pareciera hablarle a Colombia cuando dice: “La lucha no violenta actúa destruyendo a un oponente, no físicamente, sino por la identificación de las instituciones que un oponente necesita para sobrevivir, y luego negarles esas fuentes de poder”.
Por eso me parece un error aceptar un proceso de impunidad a cambio de que supuestamente no nos maten, y peor aún, legitimarlos y entregarles el poder que desean y necesitan.
Miembros del Poder Legislativo como congresistas y con brazo armado. Miembros del Poder Judicial como jueces que juzgarán a quienes ellos consideran sus enemigos, y ahí caerán muchos de esos empresarios que hoy aplauden el proceso. Cogobernantes en el Poder Ejecutivo como directores de una inmensa cantidad de nuevas instituciones que van desde la política agraria hasta la infraestructura. Partícipes del Cuarto Poder, los medios de comunicación, pues tendrán canal de televisión y emisoras. Y si esto no fuese suficiente, tendrán el poder que subyace a todos, dinero. Billones de dólares a su disposición luego que se formalice el proceso de lavado de dinero más grande la historia.
Por eso no tema, Resista y vote NO en el plebiscito extorsivo.
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