Santiago de Chile (EFE).- El debate sobre el sistema privado de pensiones ha irrumpido con fuerza en Chile después de que 750.000 personas salieran a las calles de todo el país el pasado domingo para exigir el término de un sistema impuesto en 1981 por la dictadura de Augusto Pinochet.
Desde hace 25 años, los ciudadanos chilenos están obligados a depositar sus ahorros de jubilación en cuentas individuales manejadas por entidades privadas conocidas como Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
Actualmente, el 90,75 % de los jubilados de Chile recibe pensiones inferiores a 154.304 pesos mensuales (233 dólares), casi la mitad del sueldo mínimo establecido en el país suramericano, según un informe publicado por la Fundación Sol.
Esto representa entre un tercio y un 50 % de los ingresos que recibían los pensionistas durante su vida laboral.
El sistema fue inventado por los llamados Chicago Boys, unos economistas chilenos discípulos del estadounidense Milton Friedman, que al amparo de la dictadura impusieron el modelo neoliberal en Chile.
Antes de la entrada en funcionamiento de las AFP, los chilenos que trabajaban abonaban una contribución al Estado que con los recursos recolectados pagaba las pensiones de los retirados.
Se trataba de un sistema de cajas de previsión de carácter semipúblico que aseguraba al beneficiario atención médica, pensión de invalidez y una jubilación a partir de cierta edad.
La pensión que reciben los actuales trabajadores chilenos cuando se jubilan está determinada por la fluctuación de los mercados y el rendimiento de los fondos que los asalariados depositan mensualmente en las AFP (que representa el 10 % de su sueldo).
Los ahorros de los jubilados chilenos superaron en mayo de este año 171.000 millones de dólares, una suma que es puesta a disposición de entidades financieras que lo reinverten en empresas chilenas.
Con el dinero de los fondos de pensiones, las AFP compran acciones en distintas empresas como Cencosud, Colbún, o CMPC.
Ello convierte a las AFP en empresas rentables que, según una investigación publicada por la Fundación Sol, durante los primeros diez meses de 2015 aumentaron sus ganancias en un 71,4 %.
El Gobierno de Michelle Bachelet tienen pensado crear una AFP estatal “que permita darle más competencia al sistema” y “hacer otras cosas que otras AFP no hacen”, dijo este lunes el portavoz del Gobierno, Marcelo Díaz.
Sin embargo, el Ejecutivo cerró la puerta a la posibilidad de que durante la actual Administración se realicen cambios más profundos al sistema de pensiones.
“Esto va a ser un camino más largo que corto, no hay atajos ni balas de plata”, explicó el subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, en declaraciones a radio Cooperativa.
La creación de una AFP estatal y la consulta a un grupo de expertos internacionales para analizar formas de transformación del sistema son piedras angulares del programa con el que Michelle Bachelet ganó las elecciones presidenciales en 2013.
Para cumplir con estos compromisos, la jefa de Estado creó la Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones, dirigida por el economista David Bravo, que en septiembre de 2015 entregó un informe en el que se sugerían 57 propuestas para modificar el actual sistema.
Entre las principales propuestas destaca la de crear una AFP estatal, además de medidas como el aumento de la edad de jubilación de las mujeres de los 60 años actualmente a los 65 años y el incremento de la cotización previsional de los trabajadores, que pasaría del 10 % al 14 %.
La gran paradoja es que el sistema privado de pensiones instaurado en Chile en 1981 y que fue replicado en otros países de América Latina como México, Argentina y Perú ahora está cuestionado en el país que lo vio nacer. EFE
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