15 de diciembre de 2014 - 9:22 am
El portavoz de la Cancillería subrayó además le necesidad de recordar la contribución de los inmigrantes a Alemania en los últimos años.
Berlín, 15 dic (EFE).- El Gobierno alemán advirtió hoy de que en el país “no hay sitio para la extrema derecha y la xenofobia”, en un mensaje a los miles de personas que desde hace semanas se manifiestan contra la política de asilo y la supuesta “islamización” del país.
En rueda de prensa, el portavoz de la cancillería, Steffen Seibert, se referió a las marchas organizadas por grupos como Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida) en Dresde (este del país), que ha convocado una nueva manifestación para hoy tras sacar a la calle a cerca de 10.000 personas la semana pasada.
Seibert aseguró que la inmigración y la política de integración es un asunto central en la gestión del Gobierno de Angela Merkel y garantizó que el Ejecutivo entiende que haya ciudadanos que planteen al Ejecutivo sus dudas ante la creciente llegada al país de refugiados.
Pero marcó distancias claras entre esa preocupación a la que debe dar respuesta el Gobierno y las manifestaciones que se suceden cada lunes en Dresde o las concentraciones que han tenido lugar en otras ciudades en las que “se rechaza en bloque a personas de otras creencias”
El portavoz de la Cancillería subrayó además le necesidad de recordar la contribución de los inmigrantes a Alemania en los últimos años.
Las palabras de Seibert preceden a la marcha que ha convocado “Pegida” para esta tarde en Dresde, ciudad que será de nuevo también escenario de una contramanifestación bajo el lema “Dresde para todos. Por un Dresde abierto al mundo”.
Según cifras de la policía, la semana pasada Pegida consiguió reunir a unas 10.000 personas y alrededor de 9.000 se dieron cita en la contramarcha.
En declaraciones ayer tarde a la primera cadena de la televisión pública, el vicecanciller alemán y titular de Economía, Sigmar Gabriel, consideró que no se puede decir que todos los que salen a la calle sean neonazis, pero estimó que “quienes se manifiestan y no son neonazis deben distanciarse de ellos”.
En la misma línea, el ministro de Justicia, Heiko Maas, apostó en el diario “Süddeutsche Zeitung” por “desenmascarar” a Pegida, convencido de que en sus manifestaciones hay personas “claramente afines a la xenofobia” y eso es algo “repugnante”.
Sólo el partido euroescéptico Alternativa para Alemania (AfD) ha mostrado sus simpatías por este movimiento de nuevo cuño.
Mientras la inmensa mayoría de fuerzas políticas se desmarcan de las manifestaciones, el líder de AfD Bernd Lucke, ha hecho hincapié en que “la mayoría de sus reclamaciones son legítimas”.
Antes de “Pegida”, las alarmas ya habían saltado en el país con la irrupción de “Hooligans contra salafistas”, una organización en la que confluyen aficionados al fútbol violentos y ultraderechistas y que llegó a concentrar en Colonia en octubre a miles de radicales. EFE
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