Qué problema
Esa gente de la conspiración está mencionado mi nombre como si yo estuviera en ella, le dijo el general José René Román Fernández (Pupo) a su esposa Mireya García Trujillo cuando regresaban a su casa desde el Palacio Nacional, la noche del 31 de mayo, cuando ajusticiaron al dictador Rafael L. Trujillo. Ellos están locos
no creas en eso
¿le dijiste eso a tío Héctor?, le preguntó su esposa al entonces secretario de las Fuerzas Armadas.
Sí, él lo sabe todo, respondió Pupo a su esposa, y le recordaba que él y Héctor (Negro) Trujillo habían examinado lasprimeras confesiones de los conjurados en el asesinato de Trujillo: Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejeda y Antonio y Ernesto de la Maza, en las que se menciona el nombre del general como integrante de la trama.
Pupo, según reveló, tuvo conocimiento del asesinato a través delgeneral Arturo Espaillat, pero lo que imperaba en su mente era que eldictador sería capturado vivo, y pensaba posteriormente eliminar a todos loscomplotados y quedarse solo con el poder. Pupo no quería trato deninguna especie con el general Juan Tomás Díaz ni con Antonio de laMaza, en ninguno de los cuales confiaba, según el interrogatorio a que fue sometido en San Isidro.
Después del asesinato del generalísimo, en la tarde del 31 de mayo,el militar se sorprendió con la presencia de un contingente demiembros del Ejército Nacional en el frente de su casa sin que él lo hubiera solicitado. Estamos aquí con órdenes de protegerle la vida, respondió uno de los guardias a una pregunta de Pupo.
Como jefe de las Fuerzas Armadas y miembro íntimo de la familia Trujillo, Pupo Román visitó la Estancia Radhamés para rendir suúltimo tributo a su traicionado jefe y protector y presentar sus condolencias a la viuda, doña María Martínez, y a los demás deudos que estaban sentados en el cuarto velando los restos mortales del hombre fuerte.
Doña María, que estaba de pie junto al sarcófago, se desplazó frenéticamente de un lugar a otro y gritó: Uno de los asesinos está en este cuarto.
Señalando la cabeza de Trujillo, doña María advirtió que el cadáver de su esposo estaba sangrando por la nariz. En ese instante Pupo reclamó la presencia de su escolta militar y se marchó rumbo al Palacio Nacional.
Cuando Román Fernández llegó a la sede de Gobierno pidió lapresencia de dos altos oficiales de su confianza, los generalesFernando A. Sánchez hijo y Radhamés Hungría Morel, quienes desconocían el complot.
Les propuso la creación de una Junta Militar, eliminando a Balaguer y a Negro Trujillo, así como al jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), coronel Johnny Abbes García. De inmediato, todos serían encarcelados y más adelante se determinaría su destino.
Todo el accionar se mantuvo en el más absoluto silencio en el funeral de Trujillo en la iglesia de San Cristóbal, donde el Dr. Balaguer pronunció el histórico discurso de despedida a su jefe amado, Pupo llegó portando una ametralladora M-1, lo que llamó poderosamente la atención de los presentes. En la puerta principal del templo, un hijo, el teniente José René, lo aguardaba en el carro oficial para trasladarlo hasta la ciudad capital, cuando de repente apareció Negro Trujillo y lo llamó a su lado, diciéndole Ven conmigo, por favor.
En el camino, Negro invitó a Pupo a una reunión de familia en San Isidro, donde quedó prisionero luego que Petán Trujillo lo desarmara.
De la base aérea fue conducido a la cárcel El Nueve, en lacarretera Mella, donde fue sometido a la tortura llamada del sueño, que consistía en no permitirle que durmiera. Los que le interrogaban seturnaban, pero Pupo estaba despierto siempre.
Finalmente, el general José René Román Fernández (Pupo) fue ejecutado por el propio Ramfis Trujillo, quien utilizó el revólver de su padre.
Ramfis ledisparó a quemarropa, hiriéndolo en las extremidades, mientras el militar se arrastraba por el patio suplicando clemencia.
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