Tomado del artículo Trujillo, Balaguer y Danilo: diferentes estilos de “visitas sorpresa” de
7 de diciembre de 2014 - 7:23 am -
Felipe Vinicio Bello (1928-2007) era un joven sacerdote asignado a la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, en Sabaneta, una comunidad rural 12 kilómetros al este de la ciudad de La Vega. Él mismo me contó esta anécdota:
“Era comienzos del año 1961, en plena persecución del inicuo dictador Trujillo contra la Iglesia y en particular contra la iglesia de La Vega y su obispo Francisco Panal Ramírez. Una noche tarde, cuando se retiraba a descansar tras un arduo recorrido por los campos… tocaron la puerta y cuando abrió setrataba nada menos que del mismísimo tirano quien, sin saludarlo, le preguntó: “¿Por qué usted es enemigo mío?”. “Yo no soy enemigo suyo”, le respondió el sacerdote sin inmutarse. ¡Ah!, expresó el déspota, retirándose sin decir más nada”.
Esa fue una “visita sorpresa”, al estilo de Trujillo.[i] Otra visita sorpresa de Trujillo, bien conocida porque se ha relatado en libros y revistas; yo mismo la escuché en una tertulia del escritor Virgilio Díaz Grullón (1924-2001). Virgilio Díaz Grullón, (Virgilito), hijo del Dr.Virgilio Díaz Ordóñez, quien desempeñó importantesfunciones públicas en la Era de Trujillo, fue de losfundadores de la organización antitrujillista JuventudDemocrática. Fue perseguido y encarcelado varias veces… Poco tiempo después el tirano logró atraerhacia su gobierno al joven rebelde. Nombró a DíazGrullón en el Banco Central. Meses después, el 2 demayo de 1959, lo designó SubsecretarioAdministrativo de la Presidencia, con su oficinapróxima a su despacho.El primer día de trabajo de Díaz Grullón es unvívido retrato de cuerpo entero del tirano, tan amigo de la falsía. “A las 7 y media de la mañana de esedía me condujeron a un despacho dotado de tresbutacas y un escritoriodonde reposaban dos lápicesy una libreta en blanco”. Durante aproximadamentenueve horas estuvo allí sin que nadie llegara ni le diera instrucciones.Cerca de las 6:00 de la tarde se abrió la puertarepentinamente y asomaron el tirano y su hermanoHéctor B. Trujillo, Presidente de la República. DíazGrullón se levantó de su asiento y saludó. El tirano sequedó mirándolo fríamente.
Luego de un largo silenciole preguntó: -¿Qué hace usted aquí?-Acabo de ser nombrado subsecretario de laPresidencia por el señor Presidente.El tirano miró a su hermano y le preguntó: -¿Es verdad eso?-Sí, es verdad Jefe.El tirano, con la cara más seria del mundo, dijo:-Está bien – y se marchó dejando a DíazGrullón de pie”.[ii]
Luego de un largo silenciole preguntó: -¿Qué hace usted aquí?-Acabo de ser nombrado subsecretario de laPresidencia por el señor Presidente.El tirano miró a su hermano y le preguntó: -¿Es verdad eso?-Sí, es verdad Jefe.El tirano, con la cara más seria del mundo, dijo:-Está bien – y se marchó dejando a DíazGrullón de pie”.[ii]
En una de sus visitas sorpresa a mediados de los años 50, esta vez a Bonao y quizá motivada por las quejas de la población debido a los desmanes de su hermano José Arismendy(Petán), Trujillo liberó a 100 presos, suprimió un peaje y sustituyó a varios jefes militares. En la ocasión el dictador aparece fotografiado con gesto adusto (foto).[iii]...
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