por Angela Peña
La guerrilla concebida por Luis Gómez Pérez, y que llevaría a la práctica el 14 de Junio en 1963, operaría por el sur en San José de Ocoa, Padre las Casas, Peralta, Río Arriba y San Juan de la Maguana. Por el norte en Blanco, Bonao; en Jarabacoa, La Leonora, Monción, Los Montones, San José de las Matas y la Colonia Naranjito, en Santiago Rodríguez. Eran puntos de entrada hacia la cordillera Central.
“Esos accesos daban la peculiaridad a la guerrilla que habíamos planeado desarrollar. Tú podías atacar en cada uno con pequeñas acciones y daba la impresión de que la guerrilla estaba ahí, sin que estuviera”, explica el revolucionario quien se había entrenado en Venezuela y Cuba.
En 1960 el presidente Rómulo Betancourt dotó de un fusil Garant, una subametralladora USI y una considerable cantidad de parques (proyectiles) a Luis y a otros exiliados que recibieron adiestramiento en Choroní de parte de Freddy Fernández Barreiro, veterano del proceso armado costarricense que llevó a José Figueres a la Presidencia.
La lista de esos participantes es extensa: Alfonso, Pilía y Luis Moreno Martínez, Pablo y Julio Santos, Eligio Bautista Ramos (Mameyón), Aníbal Levy Rosario (Taquitú), José Frank Tapia, Juan Miguel Román, Julio Rosario, Baby Mejía, Manuel Gómez Pieters, Héctor Sención, Freddy Fernández, Ramón Carvajal Martínez y otros. De esta experiencia Gómez Pérez confiesa que “lo menos buscado fue el gran hallazgo: la unificación de un grupo heterogéneo con diversos matices ideológicos y variadas preferencias políticas”.
Ahí recibió Luis una lección valiosa para sus futuras acciones guerrilleras: hay que acompañar el conocimiento del terreno, que es lo fundamental, con el del arma.
“Freddy puso un gran interés en enseñarnos lo que significa un arma, incluso corta, en manos de un revolucionario y cómo se incrementa esa importancia cuando se trata de una larga”. Demostró la eficacia de la subametralladora USI para los asaltos y del fusil Garant para la lucha guerrillera así como de cualquier otro pertrecho que pudiera hacer bajas al enemigo porque “el ejército tradicional releva a un soldado por la herida, al margen de su dimensión”.
Este curso fue resultado de un reclamo vehemente de los combatientes que se preparaban para una expedición contra Trujillo. En su afán de adquirir armamento y conocimiento recibieron una oferta de Vanguardia Revolucionaria a través de Juan Isidro Jimenes Grullón pero la rechazaron porque “tenía como condición un entrenamiento conjunto con personal de la CIA, en Puerto Rico”.
La experiencia de Choroní Luis la reforzó con la preparación en Cuba donde se acordó que el lugar adecuado para la guerrilla del 14 de Junio sería la cordillera Central. “Esa idea fue discutida con la dirección cubana, que la aprobó y dio una importancia especial a la familiaridad que tenía José Daniel Ariza” con la zona por haber trazado varios caminos y carreteras en diversas direcciones del sitio.
Con la autoridad que le conferían sus aprendizajes y prácticas, Luis regresó al país en 1962 convencido de que Manolo Tavárez, líder del 14 de Junio que los había enviado a La Habana, escucharía y aplicaría sus razonamientos.
“El grupo inicial no tenía que ser especialmente grande y el partido debía seguir desarrollando sus actuaciones políticas al margen de las dificultades que tuviera que enfrentar”, explica.
El daño de La Infraestructura. Luis relata que al retorno del grupo entrenado en Cuba se produjo la primera reunión conjunta “en un momento en que ya la denominada Infraestructura tenía avanzado un trabajo para la estructuración de siete frentes guerrilleros, en lugar de uno como se había discutido y aprobado en Cuba e informado a Manolo”.
-¿Cómo es posible que siendo un elemento tan influyente en el Partido Luis no estuviese enterado de esa disposición que contradecía sus planteamientos? “No necesariamente debía saberlo, responde, porque yo estaba en contra de La Infraestructura debido a que ella sustituía la capacidad política del 14 de Junio y neutralizaba a una buena parte de los dirigentes principales”.
Además, agrega que no era partidario de la compra de armas en la primera etapa de la guerrilla. “Dentro de mi concepción, las armas estaban en manos del enemigo, fusiles y ametralladoras, y en el comercio escopetas y rifles de perdigones y de los llamados Balita U”. Al comprar armas, señala, “se están poniendo potencialmente en manos del enemigo porque corrientemente los que las venden son dobles agentes. Las armas para la guerrilla estaban en los arsenales de las fortalezas y en los cuarteles”.
Deja la impresión de estar concentrado en los que considera fallos del movimiento porque tampoco compartía que los alzados estuviesen uniformados. “El uniforme del guerrillero es justamente la vestimenta campesina”, replica.
¿Qué fue La Infraestructura, esa plataforma tan atacada cuya creación se ha atribuido a Fidelio Despradel? Ese concepto comenzó a tratarse en el 14 de Junio desde antes de que el grupo se fuera a Cuba y dicen que quien más lo repetía era Fidelio. Se afirma que la idea era crear dentro del partido una estructura de hombres y mujeres con características especiales, una disciplina y un mando diferentes al de la estructura.
Supuestamente estaba por debajo de la dirección, pero la controlaba, se asegura. Con el tiempo, se comenta, abarcó todo el país y anulaba a dirigentes que consideraba no eran revolucionarios como Hugo Toyos, Norge Botello, Fafa Taveras…
Se le hacen a Luis esos comentarios y acota: “Fue prácticamente una institución dentro del 14 de Junio que frustró lo que era la actividad política cotidiana, era de actividad militar”, significa.
Además de Fidelio en ella estaban Hipólito Rodríguez (Polo), Luis Genao, Juan Miguel Román y otros. Gómez expresa que existe un discurso de Manolo en el que se hace una autocrítica y declara que durante un periodo el partido dejó de hacer política “y eso ocurrió por La Infraestructura”.
Luis enfatiza: “El daño que hizo esa Infraestructura fue enorme, alejó al 14 de Junio de la actividad política y lo llevó a la parte militar y está demostrado que si no se hace política lo militar queda en el aire”.
Cuando en el encuentro citado algunos de los entrenados en Cuba demostraron estar de acuerdo con la distribución de La Infraestructura, Luis quedó sumamente extrañado e inquirió sobre si la táctica estaba aprobada por la cúpula.
“Estuve muy atento a la reacción de Manolo. La respuesta fue que la dirección estaba decidida por la preparación de esos siete frentes”. Luis entendió que lo acordado fracasaría a menos que se tratara de una maniobra concertada con algún sector de las fuerzas armadas para responder con un contragolpe y un apoyo al 14 de Junio.
Y convencido de su incapacidad para dar un paso que representara el debilitamiento de su agrupación, se levantó de su asiento, se despidió y se marchó. A seguidas José Daniel Ariza hizo lo mismo pero este, contrario a Luis, se alzó en Manaclas junto a Manolo.
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