La reciente audiencia que dispuso el arresto domiciliario del exgeneral Manuel Antonio Noriega recordó algunos episodios del golpe militar del 3 de octubre de 1989, que fue el segundo contra el entonces jefe de las Fuerzas de Defensa (FF.DD.).
El escenario era de alta tensión, el Comando Sur realizaban operaciones ofensivas en territorio nacional por tierra, mar y aire. La Cruzada Civilista estaba en su apogeo. El embajador de los EE.UU. desarrollaba presiones políticas a fondo, al igual que el grupo militar adjunto a la misión diplomática.
El primer golpe militar había sido sofocado el 16 de marzo de 1988. No hubo muertos ni desaparecidos. El golpe falló por falta de respaldo de las unidades de combate. Fue ejecutado por Panamá Policía, comandado por el coronel Leonidas Macías, oficiales del G-2, G-4 y otros que habían venido de Washington.
En ese golpe hubo delatores que informaron a Noriega de los planes y decidió correrse riesgos, esperar que actuaran para derrotarlos y detenerlos.
EE.UU. mantuvo su guerra de baja intensidad con sus diferentes servicios de inteligencia, enviando señales de que venían peores momentos.
Cuba introdujo, a solicitud de Noriega, un grupo de asesores veteranos de guerras en África y otros escenarios de guerra. Se les dieron los "asesoramientos" al G-2, Batallón Paz en Chiriquí y Los Machos de Monte. Esa labor fue decisiva cuando se ejecutó el golpe del 3 de octubre.
Para esa fecha, ya estaban en Panamá, almacenadas en diferentes cuarteles, 60 toneladas de armamentos que Cuba entregó. Eran 10 mil fusiles AK-47, granadas de manos, ametralladoras pesadas 4 bocas cal 12.5 mm, ametralladoras ligeras, lanzacohetes RPG-7 y RPG-2, cañones sin retroceso de 75 mm, morteros de 80 mm y 120 mm.
El equipo estaba en los cuarteles de los Macho de Monte (Río Hato), en David, la Fuerza Aérea (FAP) de Tocumen y Tinajitas.
El golpe del 3 de octubre fue una planificación de oficiales miembros de una sola promoción egresados de la Academia Militar de Nicaragua. Todos ingresaron juntos a la Guardia Nacional. Eran aproximadamente 12 oficiales, entre capitanes y mayores.
El líder por ser el de mayor rango y mando de tropa lo fue Moisés Giroldi, jefe de la cuarta compañía de infantería Urracá, componente que las fuerzas norieguistas, luego concluyeron que estuvieron involucrados en el primer golpe del 16 de marzo de 1988, pero que se restaron a último momento.
La esposa de uno de los oficiales fue la que desarrolló los contactos con la CIA, pero sin hablar con el Comando Sur y el grupo de la Brigada de Inteligencia 470, que estaban compartimentados, lo que pudo ser una de las dificultades estratégicas que hicieron que el golpe fracasara.
Se les pidió a los gringos bloquear los accesos del Puente de las Américas y aeropuertos, cosa que nunca hicieron. Cuando tuvieran bajo arresto a Noriega, los gringos enviarían un helicóptero a buscarlo y llevarlo a Fuerte. Nunca ocurrió.
El golpe del 3 de octubre, al igual que el de 16 de marzo de 1988, tuvo participación de civiles con elementos de los partidos PRD y Demócrata Cristiano.
Los gringos temían que lo del golpe fuera una acción de contrainteligencia de Noriega o una maniobra de engaño.
Giroldi, que había estado en 2 intentonas golpistas, no tomó las precauciones y no organizó el plan B: la derrota. El procedimiento era tener testigos como embajadores y obispos al momento de pactar una rendición. Se confió.
En el escuadrón de caballería en Panamá Viejo se abrió fuego contra el auto del teniente coronel Nivaldo Madriñán. Hubo 4 heridos en ese ataque. En el antiguo aeropuerto de Paitilla, las fuerzas de la Urracá capturaron una avanzada de los Macho de Monte.
La principal acción se da cuando capturaron a Noriega con sus escoltas en el patio del Cuartel Central. Se producen disparos al negarse los escoltas a ser desarmados. Arrestan a Noriega, pero no lo esposan. Camina en dirección a su despacho en la Comandancia y va hablando con Giroldi.
Los sargentos le piden a Giroldi que se retire, que van a fusilar a Noriega. Moisés lo impide y de repente el general se encierra en su habitación o privado en la Comandancia que estaba blindada. Inician otro tiroteo para sacarlo. Noriega resiste varias horas.
Los golpistas cometen otro error fatal: no cortan las comunicaciones de la central telefónica de la Comandancia. Noriega aprovecha y llama por teléfonos a la FAP y a los Machos de Monte en Río Hato e imparte las órdenes para organizar su rescate.
Desde la FAP se moviliza un jet con capacidad para 120 pasajeros y otros aviones pequeños que trasladan a los Macho de Monte a Tocumen, que luego avanza por tierra hasta la plaza 5 de Mayo e inician un despliegue táctico de combate por varios ejes en dirección al Cuartel Central en El Chorrillo. Los golpistas de la Urracá no organizaron la defensa. Las fuerzas norieguistas se posesionan en el cementerio Amador, donde instalan ametralladoras pesadas, baterías de morteros y cañones de 75mm e inician el fuego de artillería.
Los EE.UU. mantuvieron varios helicópteros sobrevolando la zona de combate y puestos de observación desde el Cerro Ancón. Además les daban seguimiento a todas las comunicaciones de radio de las FF.DD. Nunca intervinieron .
Aproximadamente a la 1:00 p.m., los Macho de Monte retoman la Comandancia y controlan el alzamiento. Rescatan a Noriega, que se mantenía en su privado.
Noriega se reúne en el área de la barbería porque la Comandancia estaba sucia y semidestruida por los combates. Ordena el traslado de Giroldi a la FAP para hablar y conocer a todos los conspiradores.
Ni la CIA ni el Comando Sur actuaron porque el plan era ya en esa fecha 3 de octubre; la decisión de Washington era la destrucción de las FF.DD.
La inteligencia norteamericana tenía como enlace en las FF.DD. al coronel y jefe del G-2, Rafito Cedeño, quien a su vez era el jefe de la escolta a cargo del capitán Asunción Gaitán.
Tras la invasión, Rafito estuvo unos meses preso en El Renacer, salió bajo fianza, que luego se le revoca y nunca regresó. Se cree que vive en México.
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