orría el año 1907 cuando un joven de 18 años llamado Adolf Hitler intentaba ingresar a la Academia de Bellas Artes de Viena.
El joven se había preparado intensamente por más de un año para pasar el examen de admisión en el que competiría con más de 100 aspirantes.El joven superó la prueba escrita y pasó a la siguiente instancia: la prueba de dibujo, donde debía presentar una serie de trabajos realizados previamente.
El resultado fue insuficiente. Ese joven que no superó la prueba. Ya sabemos, era Adolf Hitler…
Sin perder las esperanzar el joven Hitler intentó matricularse en Arquitectura, pero los resultados fueron aún peores, ni siquiera reunía los requisitos mínimos para ingresar.
Un año después, en 1908, Hitler intentó nuevamente ingresar a la Academia de Bellas Artes pero esta vez ni siquiera superó el examen escrito. A pesar de las negativas, totalmente determinado a triunfar como artista, se instaló como pintor en 1910 realizando obras de pequeño formato, las cuales eran copias de tarjetas postales, grabados y figuras al natural.
Es por esto que a la hora de hablar de Adolf Hitler como artista, inevitablemente surge el siguiente interrogante ¿es posible considerar a un copista, sin ningún tipo de originalidad como un artista?
Pues, hay quienes creen que si, pues al menos había habilidades técnicas como para reproducir los originales. Otros creen que una mera copia no puede considerarse como obra de arte…
Dos de los dibujos que el joven Adolf Hitler envió a la Academia de Arte de Viena
Hubo quienes lo consideraron un gran dibujante y pintor con potencial, como el escenógrafo y coleccionista escocés Edgard Gordon Craig, quien encontró en Hitler un verdadero artista y tiene en su haber más de 100 dibujos y acuarelas de Hitler.
Hitler y las Vanguardias
Dominado por una estética propia del siglo XIX, detestaba a las vanguardias de la época, recordemos sino la persecución y condena a lo que él consideraba “arte degenerando”.
Con la excusa de la construcción de un Museo de Arte en Linz, su ciudad natal, organizó una cacería de obras de arte que formaban parte de importantes colecciones privadas, principalmente judías, lo que llevó a la pérdida de invaluable parte de la historia del arte. Si nos preguntamos ¿qué hubiera sucedido si Hitler hubiera sido aceptado en la Academia de Bellas Artes? La respuesta no es sencilla, lo que sí queda claro es que la historia habría sido otra.
Quizás de este modo Adolf Hitler podría haber canalizado su odio, sus fobias racistas, frustraciones y desequilibrios emocionales en la pintura y la Humanidad se habría salvado de los millones de muertos ocasionados por ese genocidio contemporáneo al que nos condujo el frustrado pintor de Viena.
Hitler, de pintor a genocida
Producción artística del futuro Führer