Durante tres jornadas, entre el viernes y el domingo pasado, el puerto chileno de Valparaíso fue por sexto año consecutivo el escenario de uno los de festivales culturales más importantes de América Latina, Puerto de Ideas. Inspirado en el Festival della Mente de Sarzana, en Italia, en esta edición unas 25.000 personas asistieron al menos a una de las 40 actividades simultáneas donde una cincuentena de expositores nacionales y extranjeros discutieron sobre asuntos universales y cosmopolitas: el pasado y futuro de Shakespeare, los lazos históricos entre la violencia y la religión, Don Quijote de la Mancha como la primera novela moderna y Facebook como capitalismo afectivo. Al margen de las actividades formales, sin embargo, hubo un asunto que cruzó la mayoría de los debates públicos y privados en Puerto de Ideas: la reflexión sobre Latinoamérica después del triunfo de Donald Trump en las elecciones estadounidenses.
JON LEE ANDERSON Y LOS NUEVOS PUENTES DE DIÁLOGO
Jon Lee Anderson, periodista estadounidense y biógrafo de Ernesto Che Guevara, señala que el clima creado por las recientes elecciones de su país “probablemente desatará violencia y provocará la conformación de una sociedad polarizada, como no la hemos visto desde los años sesenta”.
Sobre la situación de América Latina, una región que conoce bien por sus reportajes y crónicas para la revista New Yorker, Anderson esboza un posible camino de conversación con el Gobierno de Estados Unidos: “Lo más realista es que los líderes y asociaciones no gubernamentales que se interesen en hacer una especie de frente común, empiecen desde ya a reunirse y ver qué tipo de plataforma podrían erigir para entablar un diálogo con un personaje como tal y con una administración de un personaje como tal”, afirma el periodista y escritor esta dounidense.
“Pero tendría que ser algo nuevo”, acota el autor de Crónicas de un país que ya no existe: Libia, de Gadafi al colapso, que en el festival de Puerto de Ideas ofreció una conferencia sobre la violencia, la religión y la política. “Creo que la OEA [Organización de Estados Americanos] y organismos como Mercosur solo van a tender puentes de diálogo destinados a mantener las buenas relaciones y sacar mejores ventajas económicas”, zanja Jon Lee Anderson.
El escritor, periodista y guionista de cine cubano Leonardo Padura profundizó sobre el efecto Trump en la isla, una vez que Barack Obama inició la normalización de relaciones entre los dos Gobiernos. “Puedo suponer que, dentro de poco, los cubanos vamos a ver los ocho años de Obama en el poder como unas vacaciones. Hemos vivido un sueño y, si antes habíamos vivido una pesadilla, vamos a regresar a una pesadilla”, indicó el autor de El hombre que amaba a los perros, durante su conferencia. “A Obama no se le perdonaron determinadas frases en Cuba, algunas actitudes. Últimamente fue catalogado de injerencista. Pero creo que, bastante pronto, todos estos reproches serán leídos como pecados menores, muy menores”.
Para la argentina Beatriz Sarlo, una de las intelectuales más prestigiosas de su país, con la elección de Trump “empieza una nueva época”. En su exposición Ciudades y culturas urbanas. Visión periférica en la postmodernidad del sur de América,la escritora, periodista y crítica literaria se refirió a la crisis de las encuestas de opinión. Recordando que la percepción de que la política no representa y que los partidos han entrado en crisis nació justamente en América Latina, la argentina indicó que “también tiene que ser revisado cuánto los ciudadanos están dispuestos a decir su voto”. “A Carlos Menem supuestamente no lo votaba nadie. Uno no encontraba a un votante de Menem ni subiéndose al palo mayor de la carabela. En 1995, sin embargo, empapeló el país”, señaló Sarlo en un auditorio lleno del Parque Cultural de Valparaíso.
No existe una sola mirada respecto del momento que comienza en América Latina con la reciente elección en Estados Unidos. Para el escritor chileno Jorge Edwards, “luego del triunfo de Trump es posible pensar que tenemos que ser más consientes de lo que es Latinoamérica, porque el tipo nos ha declarado la guerra con ese muro en México. Tenemos que tener una idea más clara de lo que somos, que puede ser unitaria, pero reconociendo las diferencias”. El Premio Cervantes 1999, sin embargo, llama a la calma: “Tenemos que esperar. Hay mucho candidatos muy malos que después, de presidentes, no son tan malos. Y al revés también. Antes de ponerse a vociferar, la cautela debe imponerse. Cuando Lula tomó el poder, la gente pensaba que iba a hacer una revolución social inmediata, pero fue prudente y lo hizo bien”, señala Edwards, que junto al escritor español Javier Cercas debatió en el foro Cervantes y nosotros.
Abandono de la política
“VAMOS A REGRESAR A UNA PESADILLA”
Leonardo Padura: “Dentro de poco, los cubanos vamos a ver los ocho años de Obama en el poder como unas vacaciones. Hemos vivido un sueño y, si antes habíamos vivido una pesadilla, vamos a regresar a una pesadilla”.
Beatriz Sarlo: “A Carlos Menem supuestamente no lo votaba nadie. Uno no encontraba a un votante de Menem ni subiéndose al palo mayor de la carabela. En 1995, sin embargo, empapeló el país”.
Jorge Edwards: “Tenemos que esperar. Hay mucho candidatos muy malos que después, de presidentes, no son tan malos. Y al revés también. Antes de ponerse a vociferar, la cautela debe imponerse”.
Agustín Squella: “Me parece algo ingenuo pensar que el Trump candidato haya sido uno y que el presidente vaya a ser otro. El presidente va a tratar de parecerse mucho a lo que fue el candidato y solo el control externo a él, de las instituciones, de la prensa, de la opinión pública interna de su país e internacional, podrán, espero, moderarlo un poco”.
Pero como algunos llaman a esperar el comportamiento de Trump como presidente, intelectuales de América Latina se muestran más escépticos. Para el chileno Agustín Squella, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, Trump es peligroso: “Representa una amenaza, por ahora solo verbal, pero por algo se empieza”, señala uno de los pensadores más respetados de su país, que debatió sobre ética con la filósofa española Adela Cortina. “Me parece algo ingenuo pensar que el Trump candidato haya sido uno y que el presidente vaya a ser otro. El presidente va a tratar de parecerse mucho a lo que fue el candidato y solo el control externo a él, de las instituciones, de la prensa, de la opinión pública interna de su país e internacional, podrán, espero, moderarlo un poco”, señala Squella. Sobre la situación cultural y social de Latinoamérica después del triunfo de Trump, teme que vaya a ocurrir lo de siempre: “Que cada país va a seguir rascándose con sus uñas y confiando más en su creatividad verbal que en nuestra imaginación política o económica”.
La escritora chilena Lina Meruane, residente en Nueva York y autora de novelas como Sangre en el ojo,señala que se ha demonizado muchísimo al votante de Trump, después de los insultos xenófobos del magnate republicano, y que “tal vez lo que uno tendría que pensar que ahí hay un montón de gente que se ha sentido muy alienada y abandonada por la política”. “Esta elección es un síntoma de un fracaso del sistema capitalista, porque los electores sintieron que la promesa americana ya no les va a llegar”.
Para la chilena, que participó en el debate Escribir a contrapelo de Puerto de Ideas, los escritores, intelectuales, pensadores y artistas latinoamericanos tienen desde ahora un desafío inmenso: “Pensar cómo se supera esa forma de capitalismo y cómo, en efecto, se construyen sociedades que incluyan a todos”.
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