MIGUEL ÁNGEL FORNERÍN | Los déspotas como Ulises Heureaux (Lilís), Rafael Leonidas Trujillo, Joaquín Balaguer y otros autócratas menores o en proceso, nos han vendido todos los objetos de la modernización como si fuera la modernidad misma; Lilís, el trencito de la Vega a Sánchez; Mon Cáceres, el teléfono; Trujillo, carreteras, edificios, industrias; Balaguer, la ciudad moderna, y Leonel Fernández, el tren de Villa Mella.
I
El sufijo -idad de la condición dominicana es un germanismo, es un término que nos lega la filosofía alemana. Es decir, dominicanidad es un concepto que designa una esencia. Como la identidad misma. La dominicanidad como identidad es una contradicción. Lo dominicano no puede definirse como algo esencial, sino como un ser fluido. A la identidad idem oponemos la identidad ipse. A la dominicanidad oponemos, dialécticamente, su movimiento. Pero queremos decir que lo dominicano no es algo estático, ni permanente, ni idéntico a sí mismo, sino que vive en su propia alteridad.
II
Aquí aparece entonces un problema: ¿los dominicanos quieren ser Otro? No, creo que los dominicanos sólo quieran ser dominicanos, no quieren ser otros; nos atamos a las yolas del fracaso con arroz y habichuelas, merengues y mamajuanas. No queremos ser otros.
III
IV
He dicho que el dominicano debe morir. Y eso, por supuesto, es muy alemán. La muerte es aquí como en Hegel (la muerte del arte), como en Nietzsche (la muerte del hombre); es un estado de superación racional. Y más alemán, ahora con Schopenhauer, no hay manera de cambiar al hombre. El hombre no quiere ser otra cosa que hombre. Hábitos, cultura, razón, metafísica, pensamiento, es humano, es hombre; es conciencia de sí y para así (Unamuno).
V
Por lo anteriormente expuesto, no habrá cambio en el hombre dominicano. No podrá haber cambio en sí mismo. Afirmar, sin embargo, que el dominicano no morirá (no morirá aquello que tenemos que abandonar), es puro pesimismo, al estilo de Schopenhauer y de las religiones orientales.
VI
V
Nuestros pensadores del siglo XIX, y los que iniciaron el XX, se devanaron los sesos buscando una explicación a nuestra conducta colectiva. Se hablaba de una ciencia que ayudara a entendernos, algo así como un saber. Una interpretación social de nuestro pathos, de nuestra personalidad colectiva.
VI
Américo Lugo creía que no constituíamos una nación, porque los elementos para formarla no se encontraban. Sus escritos de años posteriores, parece que le dieron al historiador una visión distinta; la nación se forja en la lucha por su propia existencia: la gesta contra la ocupación y la lucha por la desocupación pura y simple, son dos episodios maravillosos del pensamiento trágico dominicano.
VII
Es nuestra tragedia una agonía, y la agonía como explica Unamuno (Agonía del cristianismo) es lucha. Los que luchan por la dominicanidad están ahí. Los sentimos, pero es una fuerza que apenas se manifiesta. Las voces se pierden en los ecos y todo se relativiza hoy día.
VIII
IX
Joaquín Balaguer fue el maestro de una práctica funesta del poder: La práctica cortesana y la vulgarización de Maquiavelo. Ésta, unida al despotismo trujillista, a la ignorancia y a la falta de educación. Los que le siguieron no han cambiado nada, han reproducido los modelos más antidemocráticos, contrario a la ética administrativa y al empuje por ser otra cosa.
X
La práctica de la política se convirtió en un fraude. Y en lugar de cambiar algo, lo que ha ocurrido es que todos buscan salvarse solos en medio del naufragio de los valores nacionales. Cuando al Senador le interrogan sobre el nepotismo, dice que es una práctica normal, hasta el Presidente tiene a su familia guisando en el gobierno. El ignorante cree que puede justificar su despropósito porque su vecino o su superior cometen, supuestamente, el mismo crimen.
XI
XII
Nuestros grandes pasatiempos son la política y el béisbol. Las tertulias están cruzadas por esos dos temas. La proliferación de peloteros, políticos y poetas es extraordinaria. Se lee poco; se compran libros que jamás se leen y no nos leemos nosotros mismos. Nuestros intelectuales se pavonean con las citas de autores extranjeros y nos miran de forma muy rara cuando los comparamos con un autor nuestro. Eso tiene su nombre.
XIII
Se dice con frecuencia que no tenemos críticos literarios. Pero lo cierto es que no los queremos tener. Poca gente compra ensayos, muy pocos ensayos críticos, a menos que haya un artículo sobre el poeta amigo o el crítico haya desollado a un poeta adversario. Si no ejercitamos el criterio, no podemos tener críticos.
XIV
XV
La intelectualidad dominicana ha sido siempre un gremio que no ha podido constituirse en fuerza. Sólo Juan Bosch buscó y logró crear un grupo de hombres que unieran el sentimiento dominicanista a la política. Fue un buen intento. Pero un intento fracasado. Bosch sabía cuáles eran las limitaciones del dominicano. Y su teoría de la pequeña burguesía no tiene desperdicios.
XVI
Américo Lugo, que veía el colectivo de forma muy teórica, no entraba en la política, pienso porque era un intelectual que no podía accionar en un mundo de caciques campesinos, buscadores de prebendas y vividores del erario. Lugo era muy puro y fuertemente moral, como Juan Bosch. Es difícil llevar la teoría a la práctica y Lugo prefirió la teoría, aunque como un gran dominicano, la invasión estadounidense de 1916 aceleró su vida y su pensamiento.
XVII
XVIII
Las imposiciones culturales tampoco funcionan. El positivismo hostosiano es una prueba histórica irrefutable. Si el dominicano no quiere pensar en ser otro, es porque el dominicano se siente bien como es; la agonía por la dominicanidad es la acción de un grupo, como siempre, que está enfermo a causa de su propia conciencia.
XIX
Lo que funciona en el dominicano no es la conciencia de sí, lo que es vital en su vida es la reproducción material de su existencia y un cierto acomodo a las formas frívolas de la modernización. Entonces, la modernización como enfermedad es que el dominicano quiere ser un otro moderno, pero de forma superficial.
XX
Me explico, queremos vivir modernamente, pero no hacemos lo suficiente para alcanzar las instituciones, instrucción y desarrollo de la vida moderna. Porque lo
que funciona en la sintaxis social es la dominicanidad disoluta, como círculo vicioso, como disco rayado. Los retos de la vida moderna dentro de un sistema legal y de justicia no son las verdaderas aspiraciones del colectivo; volvamos al sálvese quien pueda. El dominicano no quiere salvarse como colectividad.
XXII
El espíritu del dominicano hacia la modernización es interesante. Los fundadores de la dominicanidad compelidos por circunstancias externas buscaron formar instituciones a semejanza de las que existían en Estados Unidos y Francia; crearon, por ejemplo, una marina de guerra con cuatro goletas, un sistema legal copiado de los códigos franceses, pero no fundaron un sistema educativo. Nótese que venimos a hablar de educación domi
nicana, propiamente dicha, cuarenta años después de la independencia.
XXIII
Los déspotas como Ulises Heureaux (Lilís), Rafael Leonidas Trujillo, Joaquín Balaguer y otros autócratas menores o en proceso, nos han vendido todos los objetos de la modernización como si fuera la modernidad misma; Lilís, el trencito de la Vega a Sánchez; Mon Cáceres, el teléfono; Trujillo, carreteras, edificios, industrias; Balaguer, la ciudad moderna, y Leonel Fernández, el tren de Villa Mella, de los chicharrones, a la Feria, a comprar billetes. Todas esas patrañas se venden como una mutación del dominicano. Como el cambio a un otro que es el moderno.
XXIV
No hay cosa más falsa que la modernidad dominicana; que la modernización que venden los políticos. Si quieres luz, cómprate una planta; si quieres transporte, un auto; si quieres un hospital; págate un seguro privado… Ese es el fracaso del dominicano como colectividad. Sólo nos quedan los lamentos: los políticos son iguales; el tiempo es repetitivo y como ya se sabía que Edipo se echaría en la cama con su madre, el pueblo dominicano camina ciego, torturado por el tiempo clausurado que es el de su propio destino. ¿Y entonces, qué hacer?
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Lo pusimos como articulo de la semana en nuestro blog :http://paraquenoserepitalahistoria.blogspot.com
para usted
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