HUMBERTO LÓPEZ-TORRES
Así titula Mario Vargas Llosa su novela histórica sobre el asesinato, en República Dominica, de uno de los más sanguinarios dictadores en la historia de nuestro continente: Rafael Leónidas Trujillo.
Rafael Leónidas Trujillo Molina, hijo de un comerciante emigrado de Canarias y nieto de un haitiano de origen francés y de una mulata haitiana, aunque Trujillo siempre renegó de la ascendencia haitiana de su madre.
Había nacido en 1891. De manera irregular y con problemas, terminó su instrucción primaria; a los 16 años era empleado telegrafista y antes de los 19 se dedicaba, junto con su hermano Petán, al cuatrerismo, falsificación de cheques y robo postal, delitos por los que fue encarcelado varios meses. Años más tarde lideró una violenta banda de asaltantes llamada La 42; luego fue guarda campestre en una finca azucarera.
Durante la ocupación por los marines norteamericanos, Trujillo se alista en la recién creada guardia constabularia o guardia nacional, donde hizo una meteórica carrera desde subteniente, teniente, capitán, mayor y finalmente general. Cuando los marines abandonaron la isla quedó a cargo de la Brigada Nacional, cuerpo que reemplazó a la guardia constabularia.
En 1924 el presidente Horacio Vásquez lo nombró Teniente Coronel y como Jefe del Estado Mayor fue comisionado para detener una marcha de insurrectos que pedían la renuncia del presidente, pero en lugar de defender la capital, Trujillo se unió al movimiento y el presidente Vásquez tuvo que renunciar.
En 1930 se convirtió en candidato único a la presidencia en una elección realizada bajo un clima de terror desatado por Trujillo y su banda La 42, que hicieron renunciar a los miembros de la Junta Electoral y los sustituyeron por personas que respondían a la voluntad de Trujillo. Y sin opositor al frente ganó la presidencia para no abandonarla jamás…
Contemporáneo de otros regímenes dictatoriales en América Latina, el de Trujillo, una de las dictaduras más sangrientas, se caracterizó por más descarado, brutal y eficiente; durante esos treinta y un años se ejerció la represión indiscriminada hacia todo grupo opositor, el culto a la personalidad y el anticomunismo exacerbado. Las libertades civiles fueron inexistentes, se cometieron constantes violaciones a los derechos humanos y se prestó especial atención al perfeccionamiento de las fuerzas armadas. La República Dominicana vivió un pánico constante. Rafael Leónidas Trujillo fue el responsable de la muerte de más de cincuenta mil personas.
Trujillo, a quien el pueblo comenzó a apodarlo el chivo, siempre mostró preocupación por la migración de haitianos a la Dominicana. Y ante ello desarrolló una política xenófoba, misma que también afectó a dominicanos por el hecho de tener piel oscura. En 1966 firmó, con el presidente de Haití, Stenio Vincent, un acuerdo que establecía nuevos límites entre las dos naciones. Y un año después decidió que tropas dominicanas penetraran en una zona fronteriza conocida como Perejil o El Corte, y con el pretexto de eliminar filtraciones conspirativas, masacraran entre 15 y 20 mil haitianos residentes.
Se prohibieron las huelgas, y los pocos sindicatos que existían, fueron obligados a afiliarse a una federación afín a Trujillo. A partir de 1931 el recién formado Partido Dominicano fue el único permitido por el gobierno. La cartilla de miembro del PD se convirtió en documento obligado para toda persona mayor de edad, necesario para toda actividad cotidiana como busca de empleo o salir del país.
Firmó un concordato con El Vaticano y el entonces Papa, Pío XII otorgó al dictador La Gran Cruz de la Órden Piana.
Trujillo mantuvo relaciones amistosas con dictadores como Francoise Duvalier, de Haití; Francisco Franco, de España, Juan Domingo Perón, de Argentina y con los Somoza, de Nicaragua. Alentó la relación diplomática y económica con Estados Unidos pero las mantuvo tensas con América Latina, especialmente con Costa Rica y Venezuela.
Intentó, sin éxito, asesinar a Élie Leascot, presidente de Haití en 1944, y el 24 de junio de 1960 ordenó a sus agentes extranjeros colocar una bomba en el automóvil del presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, durante un desfile militar en Caracas. Betancourt sufrió algunas heridas pero no murió.
En contraparte hubo varios intentos, todos fallidos, para derrocarlo en 1947, en 1949 y en 1959. Los expedicionarios fueron capturados, torturados y en su mayoría, fusilados. Un grupo de jóvenes encabezados por Manolo Tavárez y su esposa Minerva Mirabal, quienes procuraban un cambio hacia la democracia, fue desmantelado por el Servicio de Inteligencia Militar que persiguió, encarceló y torturó a sus miembros.
El ensañamiento de Trujillo contra ese grupo llegó al grado de mandar asesinar a Minerva Mirabal, esposa de Tavárez y sus hermanas María Teresa y Patria, precipitándolas al mar en su automóvil desde un acantilado.
En sus 31 años de dictadura adquirió propiedades, fincas y otros negocios a precios bajísimos con fondos del estado, pero poniéndolos a su nombre; así se adueñó de todo y llegó a ver a la República Dominicana como un feudo privado suyo y de su familia, y llegó a acumular una fortuna valuada en 800 millones de dólares de entonces. Al momento de su muerte, en el país había más de 111 empresas de su propiedad
El dictador hizo que el Congreso lo nombrara Generalísimo de los Ejércitos Nacionales; a la capital del país, Santo Domingo le fue cambiado el nombre por Ciudad Trujillo; la provincia de San Cristóbal fue renombradaProvincia Trujillo, y el pico más alto del país, La Pelona Grande, se nombró Pico Trujillo. Se inició una producción en serie de estatuas del jefe que se colocaron en todo el país; puentes y edificios públicos fueron nombrados en su honor. Trujillo legó a ser recomendado (y luego rechazado) para el Premio Nobel de la Paz; obligó a varios intelectuales a escribir libros para después atribuirse su autoría.
Se adjudicó varios títulos honoríficos como doctor, licenciado, Padre de la Patria Nueva, Benefactor de la Patria, Protector de la iglesia. Si alguien pretendía ingresar a la universidad, debía antes rendirle pleitesía, y para graduarse el requisito indispensable era hacer confesión pública de fe trujillista.
Pero para fines de la década de los cincuentas se había convertido en una vergüenza para Estados Unidos. La noche del 30 de Mayo de 1961 (el próximo lunes hará 55 años), en la carretera entre Santo Domingo, llamada entonces Ciudad Trujillo ¡faltaba más!, y San Cristóbal, el automóvil en el que viajaba, un Chevrolet Bel Air 1957 recibió más de 60 impactos de bala de diversos calibres, 7 de los cuales impactaron en el cuerpo de Trujillo causándole la muerte. El automóvil, con el chofer Zacarías de la Cruz herido, y sin control, quedó volcado sobre una cuneta.
Los disparos partieron de otro automóvil, un Chevrolet Byscaine 1959 que se le emparejó a 120 kilómetros por hora. Su conductor era Antonio Toni Imbert Barreras, junto a quien viajaba en el asiento delantero, Antonio de la Maza; en el asiento posterior iban, a la izquierda Salvador Estrella Sadhalá y el teniente Amado García Guerrero a la derecha. Y fueron éste y de la Maza quienes dispararon sus metralletas, mismas que habían sido proporcionadas por la CIA a través del estadounidense Simón Thomas Stocker Wimpy, propietario del único supermercado del país.
En otro automóvil, detrás del de los homicidas viajaban Pedro Livio Cedeño Herrera y Huáscar Tejeda Pimentel; y en un tercero iría Roberto Rafael Fifí Pastoriza. Su misión era rematar a Trujillo en caso de que siguiera vivo.
Todos los implicados en el asesinato guardaban agravios de Trujillo. Pero carecían de un proyecto de cambio efectivo en el gobierno dominicano. Vaya; ni siquiera habían elaborado un plan de huida después del crimen. Todos, con excepción de Toni Imbert Barreras y Luis Amiama Tió, fueron detenidos, encarcelados y torturados durante meses y finalmente asesinados por la propia mano de Ramfis (nombre de opereta), el hijo mayor de Trujillo.
ACLARACION. Existia un plan despues del ajusticiamiento y es harto conocido lo del fracaso por la inaccion, o las cuestiones del destino que se suscitaron y Pupo Roman, en ese momento jefe de las Fuerzas Armadas. Por lo demas existia un documento a ser leido por una emisora de radio que constituia un plan de gobierno inmediato, este iba a ser leido por Severo Cabral, toda esta parte no se pudo hacer por lo expresado en el primer parrafo y que vario todo el esquema y el plan.
Ranfis murió años después en un accidente de automóvil en España; su hermano Radamés (otro nombre de opereta) se dedicó a ser correo menor de traficantes de droga en Centroamérica; y un buen día apareció asesinado.
Los restos de Rafael Leónidas Trujillo fueron sepultados en un principio en el cementerio de Pére Lachais, en París. Luego pasaron al de El Pardo, en Madrid, donde permanecen.
En su libro, Mario Vargas Llosa reproduce un fragmento de un merengue dominicano: La gente celebra con gran entusiasmo la fiesta del chivo el 30 de mayo.
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