LA NACION
MARTES 19 DE ABRIL DE 2016 • 11:13
"La permanencia de Augusto Pinochet ha ayudado a la estabilidad del proceso de transición", decía casi al finalizar su mandato en 1994 el fallecido primer presidente de la democracia en Chile Patricio Aylwin, quien convivió durante sus cuatro años de mandato con el ex dictador al frente del Ejército.
A diferencia de otros países, donde los dictadores fueron enjuiciados rápidamente por sus crímenes, Aylwin respetó las condiciones que había impuesto Pinochet antes de dejar el cargo en 1990, y le permitió seguir dirigiendo el alto mando militar.
Este abogado, uno de los fundadores del Partido Demócrata Cristiano en 1957, nunca ocultó su simpatía por los golpistas. De hecho, dos semanas antes del derrocamiento del socialista Salvador Allende en 1973 dijo: "Entre una dictadura marxista y una dictadura de nuestros militares, yo elegiría la segunda".
Eso no le impidió luego ejercer una oposición "light" al dictador, rechazar la Constitución que la dictadura hizo a su medida en 1980, e impulsar el "No" en el plebiscito convocado en 1988 para que Pinochet se pudiera perpetuar en el cargo hasta 1997.
Al asumir la presidencia, su punto más claro de alejamiento del gobierno militar fue la creación de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, presidida por el jurista y ex-parlamentario Raúl Rettig, y no dudó en definir esas violaciones de los derechos humanos como "la mayor tragedia" de la historia chilena. Además, en su carácter de presidente de la República pidió perdón a los familiares de las 3000 víctimas de la dictadura.
La transición "a la chilena" impuesta por Aylwin tuvo otro sello que la definió: su línea económica. Su gobierno mantuvo y consolidó las reformas económicas liberales iniciadas por la dictadura que llevaron al país a crecer a ritmos de un 7% anual. Aylwin fue muy prudente con las cuentas fiscales, mantuvo una economía abierta, favoreció la exportación y un sector privado fuerte. Así, más de un millón de chilenos salieron de la pobreza, lo que el presidente definía como "crecimiento con equidad".
Durante sus cuatro años de gobierno, su aprobación nunca bajó del 48% y su rechazo nunca superó el 31%.
A fines del año pasado, luego de una caída y un fuerte golpe en su cabeza, con 97 años, su salud comenzó a flaquear y se inició un deterioro que derivó hoy en su fallecimiento.
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