En los últimos tiempos se ha incrementado enormemente la comisión de asaltos por parte de rateros atracadores, varios de ellos pertenecientes a nuestras instituciones armadas. También, los delitos denominados por el vulgo “tumbes”, consistentes en crear situaciones engañosas para despojar a los propietarios de bienes, sean estos utensilios del hogar o dinero en efectivo.
Empezaré por abordar dos situaciones que le sucedieron a quien estas líneas escribe y que parecen sacadas de un libro de cuentos chinos. En una finca familiar situada en Haras Nacionales, un falso inspector de la compañía de electricidad CDEEE le manifestó al encargado de la propiedad que había dos postes del tendido que había que cambiarlos, so pena de ser sometidos, con el agravante de intimidar sobre la responsabilidad de los dueños. El encargado me llamó por teléfono y me dijo que un señor con gorro de la CDEEE deseaba hablar por teléfono conmigo. Este me manifestó que para remediar la situación, él tenía un camión grúa, que solo debía comprar los dos postes a un suministrador que era de su entera confianza, para lo cual me ofrecía sus coordenadas. Llamé al negocio sugerido y el que me atendió me expresó que previo al envío debía depositar RD$7,000.00 en una cuenta de un banco de la ciudad, para lo cual me suministraba el número de la misma. Así lo hice y para sorpresa, ni los postes llegaron, ni el susodicho inspector apareció y solo localicé al suministrador y su número de cuenta bancaria con su dirección. Entonces puse la denuncia en el Destacamento de la P.N. en Villa Mella. Debía además, presentarme al otro día para darle detalles al departamento de Robos. Al otro día temprano estaba allí, pero tuve que esperar varios turnos hasta que asentaron mi denuncia, no sin antes solicitarme RD$1,500 para el combustible. Resultado. Nunca más me informaron del desenvolvimiento del caso.
En otra ocasión, encontrándome en el extranjero, un acongojado ciudadano llamó por teléfono a mi casa informando que había sufrido un grave accidente automovilístico y que se necesitaba dinero para el traslado y pago de honorarios médicos. En mi casa se rieron, pero tenemos noticias, de domésticas que han entregado valiosos objetos de la casa para ser vendidos y tener dinero efectivo para cubrir los costos del accidentado.
Hemos conocido de casos de otras personas que le sucedieron de manera semejante al nuestro y estos confiados, han acudido a la Policía Nacional, que como a nosotros, les hicieron perder tiempo en declaraciones y en nimiedades, obteniendo el silencio posterior como respuesta. Por eso, cuando sucede algún percance de esta naturaleza, les hemos aconsejados a los estafados no acudir a un destacamento policial a interponer la denuncia, porque será perder irremediablemente su valioso tiempo.
Hace ya mucho tiempo, en la P.N. había investigadores sumamente eficientes, pero al pasar el tiempo, los nuevos reclutas son imberbes que al verse con una pistola y no tener el grado de educación necesario, o abusan de los ciudadanos o peor, utilizan su arma para cometer atracos en connivencia con otros reclutas o delincuentes.
Se especula sobre la recomposición de la policía nacional para que sea un organismo, como debiera ser, auxiliar civil de la justicia. Pero sucede que sus miembros se consideran parte de las fuerzas armadas y actúan en esa tesitura, lo cual aparte de ser ilegal, confunden a la ciudadanía al no suministrarles el auxilio demandado como institución llamada a regular el orden público.
El argumento para esta descomposición en la policía es el bajo salario que perciben. Sería conveniente tener menos policías con sueldo aceptable. Para eso deberían ser incorporados, todos aquellos policías que se dedican a atender “personalidades” o establecimientos públicos en donde su presencia no es necesaria. La reforma policial es una necesidad para que la ciudadanía vuelva a confiar en este cuerpo del orden público.
Empezaré por abordar dos situaciones que le sucedieron a quien estas líneas escribe y que parecen sacadas de un libro de cuentos chinos. En una finca familiar situada en Haras Nacionales, un falso inspector de la compañía de electricidad CDEEE le manifestó al encargado de la propiedad que había dos postes del tendido que había que cambiarlos, so pena de ser sometidos, con el agravante de intimidar sobre la responsabilidad de los dueños. El encargado me llamó por teléfono y me dijo que un señor con gorro de la CDEEE deseaba hablar por teléfono conmigo. Este me manifestó que para remediar la situación, él tenía un camión grúa, que solo debía comprar los dos postes a un suministrador que era de su entera confianza, para lo cual me ofrecía sus coordenadas. Llamé al negocio sugerido y el que me atendió me expresó que previo al envío debía depositar RD$7,000.00 en una cuenta de un banco de la ciudad, para lo cual me suministraba el número de la misma. Así lo hice y para sorpresa, ni los postes llegaron, ni el susodicho inspector apareció y solo localicé al suministrador y su número de cuenta bancaria con su dirección. Entonces puse la denuncia en el Destacamento de la P.N. en Villa Mella. Debía además, presentarme al otro día para darle detalles al departamento de Robos. Al otro día temprano estaba allí, pero tuve que esperar varios turnos hasta que asentaron mi denuncia, no sin antes solicitarme RD$1,500 para el combustible. Resultado. Nunca más me informaron del desenvolvimiento del caso.
En otra ocasión, encontrándome en el extranjero, un acongojado ciudadano llamó por teléfono a mi casa informando que había sufrido un grave accidente automovilístico y que se necesitaba dinero para el traslado y pago de honorarios médicos. En mi casa se rieron, pero tenemos noticias, de domésticas que han entregado valiosos objetos de la casa para ser vendidos y tener dinero efectivo para cubrir los costos del accidentado.
Hemos conocido de casos de otras personas que le sucedieron de manera semejante al nuestro y estos confiados, han acudido a la Policía Nacional, que como a nosotros, les hicieron perder tiempo en declaraciones y en nimiedades, obteniendo el silencio posterior como respuesta. Por eso, cuando sucede algún percance de esta naturaleza, les hemos aconsejados a los estafados no acudir a un destacamento policial a interponer la denuncia, porque será perder irremediablemente su valioso tiempo.
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