SANTO DOMINGO. En la mañana del sábado de la semana pasada nos enteramos por la prensa de un nuevo accidente de tránsito en el que perdieron la vida seis miembros de una familia, que transitaban de manera inadecuada en un camión que se estrelló contra una ferretería cerca de Villa Altagracia.
Unas cuantas semanas atrás otro grave accidente tuvo lugar en Paya, Baní, en el que se vieron involucrados un autobús, un tanquero de gas y una camioneta, y a consecuencia del cual también se perdieron vidas.
Siempre he sentido gran preocupación e indignación por el caos en que está sumido el tránsito vehicular en nuestro país. Leemos noticias de que somos casi campeones mundiales (una vez más de atrás hacia adelante), en las estadísticas de seguridad vial.
Ese mismo sábado aparece un artículo que dice que la República Dominicana gasta 700 millones de dólares al año, o sea, 30,590 millones pesos, en asistir a los heridos en accidentes de tránsito, y agrega que esto equivale al 1.3% del PIB, ¿Se pueden imaginar esto, cuando recién ahora hemos llegado a conquistar un 4% de ese mismo PIB para la educación? Y solo estamos hablando "numeros fríos", sin mencionar la cantidad de gente que queda incapacitada y que, por ende, deja de ser ente productivo para el país.
Qué rabia da ver a esas guaguas hacer lo que les viene en gana, tirándose encima de los demás vehículos, atravesando vías de tres carriles desde la derecha para doblar a la izquierda en la misma esquina donde acaban de dejar a algún pasajero. Y no hablemos de los motores. Ya está institucionalizado que no deben respetar ni semáforo, ni agente de AMET, que violentan sin que nadie se inmute.
Conversando en un grupo de cronopios, de aquellos que pensamos que el mundo aún tiene solución, comentamos lo fácil que es resolver el tema del tránsito si solo hubiera voluntad de hacerlo. De los pocos recursos que se necesitan para arreglar este caos, versus el efecto sobre la psiquis del dominicano de que aprendamos a organizarnos. Pero si se están gastando RD$ 30,590 millones en atender a los heridos, ¿No sale más barato prevenir que lamentar?
Es realmente vergonzoso encontrarse por los alrededores de la calle Roberto Pastoriza y la avenida Ortega y Gasset, en ruta hacia la búsqueda del túnel que baja a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y ver que los agentes de la AMET, ante la imposibilidad de controlar el tránsito, han decidido realizar verdaderas emboscadas contra los conductores que vienen en vía contraria por la calle Luis Alberti, escondiéndose como si fueran rufianes para atraparlos y ponerles una contravención.
Si bien considero que la impunidad es el peor de todos los males que padece nuestra sociedad, mucho más que la falta de educación y de salud, vemos la manera descarada en que el enriquecimiento ilícito ha sido hasta ahora la norma común de nuestros políticos, llegando incluso a convertirse en "referentes honorables" para nuestra juventud...y nada pasa. ¿De qué sirve, pues, educar a esas generaciones que vienen subiendo, si ven cómo se comporta nuestra clase gobernante? Y es en nuestras calles donde el pueblo común se apodera de su porción de impunidad, pues los conductores imprudentes matan gente, abusan de los demás, e irrepetan las leyes de tránsito...y nada pasa.
Tenemos un Presidente que parece que quiere hacer las cosas diferentes, y lo creo así, por eso sigo esperando que se haga "lo que nunca se ha hecho", sobre todo con el peor de nuestros males.
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