Juan Pablo Russo.
Fuente Escribiendodecine
El cine argentino resultó un valuarte indispensable a hora de testimoniar y/o representar la dictadura y la violencia política de los años setenta y principios de los 80. Ficciones y documentales, explícitos o alegóricos, fueron los encargados de poner en imágenes varios de los hechos más dolorosos de la historia reciente. Desde Tiempo de revancha, opus matafórico de Adolfo Aristarain, hasta la reciente Eva no duerme, de Pablo Agüero, pasando por las re-estrenadas La historia oficial (Luis Puenzo) y Cazadores de utopías (David Blaustein), presentamos esta propuesta como un diálogo abierto y con el ánimo de continuar extendiendo el listado hasta cubrir todas las indispensables.
Tiempo de revancha (1981), de Adolfo Aristarain. A partir de una historia de corte policial, Adolfo Aristarain retrata un país corrompido en todos sus niveles sociales. Federico Luppi en la piel de Pedro Bengoa es un trabajador de las minas de la empresa Tulsaco. No sólo debe borrar su pasado para sobrevivir, sino que advierte que la "marca" sobre el cuerpo es la contraseña del "éxito". Tiempo de revancha fue uno de los títulos más representativos del cine argentino durante los años de la última dictadura militar. La película marcó el retorno al cine nacional de Federico Luppi y obtuvo numerosos premios internacionales.
Plata dulce (1982), de Fernando Ayala. Cruda descripción de la economía en tiempos de Martínez de Hoz. Un hombre se encuentra con un ex compañero del secundario que le ofrece un negocio redondo. La plata comienza a venir a raudales, pero las cosas cambiarán de un día para el otro. Fue una de las primeras películas en poner en duda el sentimiento triunfalista que imperaba después del Mundial '78.
El poder de la censura (1983), de Emilio Vieyra. Dramática y cruda historia sobre la censura aplicada a la expresión de las ideas. Dos cineastas y un productor debutante unen talentos para filmar una película que intenta sortear los problemas con la censura. Debido a ciertas imposiciones, tienen que decidir si aceptan los "cortes" o si eligen autocensurarse. Probablemente se trate del primer film argentino de la "era del destape", aunque se filmó y estrenó durante el gobierno militar.
La República perdida (1983), documental de Miguel Pérez. El film está realizado a partir del montaje de imágenes históricas de archivo y dedicado a seguir la evolución política Argentina desde el golpe de estado de 1930 -que derrocó a Hipólito Yrigoyen- hasta la última pérdida de la democracia en 1976. Primer film de Miguel Pérez, reconocido montajista del cine argentino, que se transformó en un estruendoso éxito de comercial, en lo que mucho tuvo que ver el contexto histórico en el que se estrenó: a meses del retorno de la democracia en 1983. La República perdida II (1986) es la continuación de La República perdida que, en este caso, revisa el período de la dictadura militar en la Argentina de 1976.
Malvinas, historia de traiciones (1983), de Jorge Denti. Documental sobre la Guerra de Malvinas que hace hincapié en los motivos políticos, económicos y sociales que llevaron al conflicto bélico. El film incluye importantes testimonios, entre ellos, de las Madres de Plaza de Mayo y de ex combatientes y obreros de la Argentina y Gran Bretaña.
No habrá más penas ni olvido (1983), de Héctor Olivera. Radiografía de la violencia y el desconcierto que ha sufrido la sociedad argentina por años. La película transcurre en un pequeño pueblo, en el que se enfrentan dos fracciones del peronismo: la que representa al intendente y la corporizada en la figura del delegado municipal. La película está basada en la novela homónima de Osvaldo Soriano.
Cuarteles de invierno (1984), de Lautaro Murúa. Metáfora de la realidad argentinas de los años '70. Durante la dictadura militar que rigió en la Argentina entre 1976 y 1983, un boxeador en decadencia y un cantor se encuentran en un pueblo del interior y establecen una fuerte amistad. Los militares preparan un festival y necesitan de la ayuda del púgil y del cantante. También basado en la novela de Osvaldo Soriano y última película de Lautaro Murúa.
Los chicos de la guerra (1984), de Bebe Kamin, Evocación de la Guerra de las Malvinas. Se centra en las historias de tres jóvenes de distintas clases sociales, desde sus propias infancias hasta los traumáticos regresos del conflcto bélico en el Atlántico Sur. Fue el primer film argentino de ficción sobre la guerra de Malvinas.
Hay unos tipos abajo (1985), de Emilio Alfaro y Rafael Filipelli. Durante la dictadura militar y en medio del mundial de fútbol de 1978, un periodista ve a unos hombres de aspecto sospechoso en la puerta de su edificio. A causa del clima político y de su profesión, un periodista se cree perseguido por un auto y por sus ocupantes. El miedo crece en él y le hace cambiar su conducta y llegar a la locura.
La historia oficial (1985), de Luis Puenzo. En la última etapa de la dictadura militar, una profesora de historia comienza a darse cuenta de lo acontecido en la Argentina de años anteriores. El retorno de una amiga exiliada, el descubrimiento de los turbios manejos de su esposo y la aparición de una Abuela de Plaza de Mayo que busca a su nieta son motivos más que suficientes para que la mujer viva una auténtica toma de conciencia política. Fue la primera película argentina en ganar Oscar a la mejor película extranjera.
La noche de los lápices (1986), de Héctor Olivera. La película de ficción relata sucesos reales desde la voz y presencia de su único sobreviviente. En septiembre de 1976, durante los primeros meses del gobierno militar en la Argentina, siete adolescentes de la ciudad de La Plata son secuestrados, torturados y asesinados a raíz de sus protestas por el aumento del boleto estudiantil. Basado en un hecho real, este drama es uno de los films más emblemáticos del cine testimonial argentino sobre los crímenes de la sangrienta dictadura que gobernó el país hasta 1983.
Tangos, El exilio de Gardel (1986), de Fernando "Pino" Solanas. Drama musical sobre el desarraigo y el exilio marcan las vidas de unos argentinos que viven en París. Juan 1, un bandoneonista, intenta llevar a escena una "Tanguedia" (tango-comedia-tragedia), cuyo libro es enviado desde Buenos Aires por Juan 2, un amigo que resiste los años de la dictadura militar.
El ausente (1987), documental de Rafael Filipelli que si bien el film no alude a nadie con nombres propios conocidos, se trata de los hechos protagonizados por el dirigente obrero, desaparecido en 1976, René Salamanca, en el sindicalismo cordobés de los años setenta.
Made en Argentina (1987), de Juan José Jusid. Exiliado en Nueva York durante una década, un matrimonio retorna a la Argentina de visita por unos días. En esta ciudad se reencuentra con el Negro y Yoli, hermano y cuñada de la mujer, quienes residen en Lanús. La película -basada en la obra teatral "Made in Lanús", de Nelly Fernández Tiscornia y protagonizada por Luis Brandoni, Patricio Contreras,Leonor Manso y Marta Bianchi- fue parcialmente rodada en Nueva York, se convirtió en un enorme éxito comercial y recibió numerosos premios en festivales internacionales.
Mirta, de Liniers a Estambul (1987), de Jorge Coscia y Guillermo Saura, aborda la historia de una joven que culmina sus estudios en la Universidad en 1974 y viaja a Suecia con su pareja. En su difícil relación durante el exilio político irá encontrando poco a poco un camino más personal. Descubrirá múltiples puntos de contacto y comunión de intereses.
Juan, como si nada hubiera sucedido (1987), de Carlos Echeverría. Sobre Juan Marcos Herman, el único desaparecido de la ciudad de Bariloche durante la última dictadura. A partir de entrevistas a familiares, amigos y militares responsables de puestos clave en aquel momento un joven periodista, álter ego del director del film, se pregunta por los motivos del secuestro y el destino final del joven estudiante de derecho. En su recorrido el documental va revelando contradicciones entre los diferentes relatos, puntos de incertidumbre, complicidades entre la cúpula militar, el poder económico, la justicia y la sociedad civil, y la indiferencia de una ciudad que ha elegido hacer como si nada hubiera sucedido.
La sagrada familia (1988), de Pablo César. Un grupo de hombres y mujeres damnificados por una inundación llegan a la estancia de un poderoso terrateniente quien aprovecha la oportunidad de ayudarlos, creando para ello una extraña fundación con la cual obtendrá publicidad y ventajas económicas. Los huéspedes empiezan a ser tratados como prisioneros y serán sometidos a experimentos y vejaciones al tiempo que se les imparte un discurso moralista y religioso. Finalmente serán asfixiados con gas y sus órganos exportados al exterior mientras que la fundación es reconocida por su contribución al progreso del país.
La amiga (1989), de Jeanine Meerapfel. Nueva mirada del cine argentino sobre la dictadura militar de los años '70 y los terribles daños que causó en la sociedad. El foco está puesto en dos amigas (Cipe Lincovskyy Liv Ullmann) de muchos años separadas por el exilio, provocado por la dictadura militar. Ambas se reencuentran durante los primeros años de la democracia y luchan por la justicia.
Un lugar en el mundo (1992), de Adolfo Aristarain. Convertido en un hombre, Ernesto regresa a Valle Bermejo. Y recuerda su niñez, los tiempos de lucha contra el cacique Andrada. Los padres de Mario fundaron una cooperativa que agrupaba a los pequeños ganaderos del Valle en defensa de la lana de sus ovejas. Por entonces apareció allí Hans, el geólogo español que buscaba petróleo para Andrada. Toma el tema del exilio en tanto reubicación del exiliado en el espacio interno, es decir, en la Argentina misma.
El acto en cuestión (1993), de Alejandro Agresti. Un hombre descubre en un viejo libro de ilusionismo el llamado "acto en cuestión", un truco que consiste en hacer desaparecer objetos y personas. Gracias a este hallazgo, se convierte en una celebridad y recorre el mundo entero. El temor a que se descubra el origen de su truco convierte al mago en un hombre agresivo y paranoico, al extremo de mantener a su mujer en cautiverio. Negándose a develar cómo hacía desaparecer objetos y personas, guardará para siempre el silencio sobre lo sucedido. A lo largo del film hay alusiones a la última dictadura argentina. Por ejemplo, cuando en la década del 40 le preguntan si sabe de alguien que tenga su misma capacidad y responde: "en Argentina soy el único, por ahora...". O también, cuando en una de sus presentaciones alguien grita la consigna de los familiares de víctimas del terrorismo de Estado: "¡Aparición con vida!".
Montoneros, una historia (1994), de Andrés Di Tella. Historia personal y colectiva a la vez, va enhebrando testimonios e imágenes de noticieros y videotapes que reproducen rostros y episodios claves de aquellos años. Ana, una ex-montonera, evoca la experiencia de los años violentos de la Argentina en el movimiento montonero, con los ojos del presente y con los interrogantes que aún no ha podido responderse.
El censor (1995), de Eduardo Calcagno. Acercamiento a la figura de un censor cinematográfico de la época de la última dictadura militar, levemente inspirado en el tristemente célebre Miguel Paulino Tatoen la piel de Ulises Dumont.
Hundan al Belgrano (1996), de Federico Urioste. Relato minucioso de cada uno de los detalles de la Guerra de Malvinas sobre la base de entrevistas, escenas dramáticas, mapas y otros elementos de raíz histórica, sin pasar por alto los antecedentes históricos desde el siglo XVIII, que terminaron en esta confrontación. Muestra la atroz ferocidad del ejército inglés en una guerra injusta e imperial y la imposibilidad de que un ejército que torturó y oprimió a su pueblo pueda salir victorioso en una lucha de liberación.
Prohibido (1996), donde Andrés Di Tella examina la censura mediante testimonios y documentos de época. El film alude a la propaganda que el último régimen militar hacía en cánticos agradecidos, eslóganes publicitarios y exhibiciones televisivas de sus jerarcas, que bien recuerdan el uso de los medios visuales y de audio en la Alemania nazi y en otras dictaduras.
Cazadores de utopías (1996), de David Blaustein. En el film, 34 testimoniantes, protagonistas de la historia política de los años ´70, cuentan por primera vez, pormenores de los hechos que marcaron la violenta lucha por el poder en la Argentina. El punto de vista de la narración, que se caracteriza por su profundo compromiso con la historia del país, trata sobre la politización de la juventud, la militancia, la lucha armada, el poder, la utopía, la represión, los campos de concentración, la cárcel, el exilio y la vuelta a la democracia.
Buenos Aires viceversa (1996), de Alejandro Agresti. Es una película existencialista concentrada en un grupo de jóvenes viviendo en Buenos Aires, viviendo una existencia dura y absurda, frente a la indiferencia de la ciudad y la irracionalidad y el egoísmo de los adultos. La historia es un largo episodio, juntando a más de 6 historias.
Botín de Guerra (1999), de David Blaustein. Documental que relata la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo para identificar a los niños secuestrados por las fuerzas armadas y de seguridad durante la última dictadura militar. Segundo trabajo del realizador, está estructurado en base a entrevistas que se filmaron en Argentina, Suiza y España.
El visitante (1999), de Javier Olivera. Pedro, ex combatiente de la Guerra de las Malvinas, no puede olvidar aquellos días en que estuvo en las trincheras, tampoco puede olvidar a Raúl, su compañero de lucha, que quedó para siempre en aquel desolado lugar de pesadilla.
Garage Olimpo (1999), de Marco Bechis. Narra cómo los torturadores han sido capaces de instalar la cárcel en el alma del secuestrado. Durante la última dictadura militar, una detenida-desaparecida (Antonella Costa) tiene una relación de amor-odio con su victimario y torturador. (Carlos Echevarría). La película se mueve todo el tiempo entre límites muy precisos, sin golpes bajos, sin mostrar la picana sobre la carne, en todo caso, el golpe bajo es la propia historia, en un escenario que la ciudad se traga.
Fuckland (2000), de José Luis Marqués. Un argentino se propone reconquistar las islas a través de la idea de embarazar a las nativas del lugar y, así, poblarlas de argentinos. Primera película argentina rodada según los postulados del Dogma 95, con un equipo de filmación que llegó semiclandestinamente a las islas Malvinas.
Historias cotidianas (2000), de Andrés Habegger. Documental estructurado en cuatro segmentos que siguen a una breve y vertiginosa presentación de los protagonistas, cámara en mano. Además de las múltiples fotografías que guardan estos hijos, hay mucho material de archivo. Se centra en los relatos de otros seis hijos de padres desaparecidos durante la última dictadura militar. Es el primer largometraje realizado por un hijo de desaparecidos.
Operación Walsh (2000), de Gustavo E. Gordillo. La película devuelve con generosidad la vida de uno de los grandes escritores de la Argentina: Rodolfo Jorge Walsh. Película realizada por alumnos, docentes y graduados de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
Ni vivo, ni muerto (2001), de Víctor Jorge Ruiz. El film cuenta una extraña historia en tiempos de la última dictadura militar en el país. Buenos Aires, 1980. Alcides ha perdido a su esposa, quien fue secuestrada por un grupo armado. Dos años después, es contactado por los mismos secuestradores, que le hacen un trato imposible de rechazar: si quiere recuperar a su esposa con vida deberá realizar un trabajo muy especial para ellos.
Figli/Hijos (2001), de Marco Bechis. En un país lejano una mujer está pariendo, dos hombres esperan afuera para llevarse al bebé. Nacen gemelos, un varon y una nena. Los hombres se llevan al varón mientras la obstetra logra esconder a la nena (Rosa) en un bolso. Veinte años después en Buenos Aires Rosa encuentra a su hermano que vive en Milán con su nueva familia. Y viaja hacia allí para encontrarlo después de haberlo contado por email su pasado, el absurdo de la separación, la muerte prematura de su verdadera madre. Javier no le puede creer pero la duda se insinúa. Su vida, su seguridad, sus afectos se derrumban. Encuentra a Rosa, que le muestra fotos, documentos, la sigue a Barcelona, donde en un centro de análisis de ADN pueden certificar su parentela, y allí vive la obstetra que los ayudó a nacer.
Kamchatka (2002), de Marcelo Piñeyro.Aborda el tema de la última dictadura militar, visto desde los ojos de un niño. En el otoño de 1976, en plena dictadura militar argentina, a Harry le cambia la vida. Tiene 10 años y no logra entender por qué debe abandonar su casa y a sus compañeros de escuela para mudarse a una quinta con sus padres y su hermano. Adaptarse a esa nueva vida -en la que existen reglas rigurosas- ayudará al protagonista a comprender por qué su padre le pidió que recordara siempre Kamchatka, uno de los países de un conocido juego de estrategia. Una historia sin sentimentalismos pero con mucha emoción sobre la última dictadura militar. Lejos de buscar la reconstrucción histórica o la denuncia, el film plantea una situación inexplorada por otras películas: el sufrimiento de los hijos de los perseguidos políticos, otras víctimas de la época.
Los rubios (2003), de Albertina Carri. Docuficción que trata sobre las memorias de la directora respecto de sus padres que luego de vivir en la clandestinidad durante la dictadura militar iniciada en Argentina en 1976 fueron secuestrados y permanecen desaparecidos. La directora se vale de fragmentos, fantasías, relatos, fotos y hasta muñecos Playmobil en un relato que enfoca al pasado y se proyecta en el presente. Un equipo de filmación que por momentos aparece en cámara y una actriz completan la construcción del universo fracturado en que la protagonista descubre una y otra vez lo imposible de la memoria.
Flores de septiembre (2003), de Roberto Testa, Nicolás Wainszelbaum y Pablo Osores. Documental que habla de la historia secreta de la Escuela Carlos Pellegrini durante los años de la represión, desde su inicio en 1975 hasta la vuelta al sistema democrático. Recupera la historia de Rubén Benchoam, Mauricio Weinstein y Juan Carlos Mártire, alumnos de "4º Noche" (división que ingresa a la escuela en 1973 y egresa en 1978), a través de los testimonios de sus compañeros: la militancia política, la amistad, las anécdotas estudiantiles, la cotidianeidad, la pérdida y las ilusiones. Ellos tres, al igual que muchísimos otros jóvenes, fueron desaparecidos. Los relatos de los distintos protagonistas: docentes, autoridades, ex alumnos, familiares y estudiantes actuales, reelaboran y dan cuenta de los efectos de la dictadura y la represión en el ámbito particular que constituye una escuela secundaria, en un juego permanente entre pasado y presente.
Nietos (Identidad y memoria) (2004), de Benjamín Ávila. Durante el período de 1976 a 1983, Argentina fue gobernada por una violenta dictadura mili-tar. Durante estos años, miles de personas fueron secuestradas y asesinadas con total impunidad. En muchos casos, los hijos de estos desaparecidos y los recién nacidos de mujeres embarazadas en el momento de su secuestro fueron apropiados ilegalmente. La cifra de 500 niños desaparecidos es uno de los más sombríos legados de este período. La incansable labor de Abuelas de Plaza de Mayo a lo largo de más de 25 años permitió que 77 de estos niños fueran restituidos a sus familias biológicas. Lejos de intentar una revisión política o histórica sobre este período, El documental rescata, a partir de los relatos de algunos de estos chicos, la dimensión humana que este proceso de recuperación de una nueva y verdadera identidad posee para ellos, explorando la forma en que la historia de ayer se inscribe en la del presente y les señala un camino para el futuro.
Crónica de una fuga (2006), de Israel Adrián Caetano. Película que relata un hecho real, la fuga de un centro clandestino de detención en la Argentina llamado la Mansión Seré durante la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983). El autor de la novela sobre la que se basa la película es Claudio Tamburrini, uno de los detenidos que logró fugarse. Se trata del único caso de fuga registrado.
Aparecidos (2007), de Paco Cabezas. Dos hermanos llegan desde España para autorizar la desconexión de su padre del respirador que lo mantiene con vida. Antes de hacerlo emprenden un viaje en el que descubren un diario con el relato de crímenes cometidos en un pasado que empieza a confundirse con el presente donde una familia es perseguida, torturada y asesinada frente a sus ojos. Finalmente comprenderán que las visiones de esos sucesos ocurridos en 1980 están vinculadas con su padre quien, siendo médico, estuvo directamente involucrado en crímenes de la dictadura, entre ellos, el robo de un niño recién nacido.
Estela (2008), de Silvia Di Florio. A lo largo de tres décadas de lucha perseverante y silenciosa, las Abuelas de Plaza de Mayo han logrado restituir su identidad a casi un centenar de nietos que habían sido apropiados, como parte de un plan sistemático ejecutado por la última dictadura militar. Cada uno de esos casos implica para las Abuelas una formidable victoria sobre la impunidad. El documental describe su vida cotidiana, la actividad dentro de Abuelas y, en uno de los capítulos más emotivos, su regreso a la escuela de provincia donde fue directora durante muchos años, y donde los ex alumnos le brindan un cariñoso homenaje.
Cordero de Dios (2008), de Lucía Cedrón. El abuelo de Guillermina es secuestrado durante la crisis de 2001, y la joven decide contactar a su madre, quien se encuentra exiliada en Francia y tiene sus propios fantasmas de la época de la dictadura.
La mirada invisible (2009), de Diego Lerman. María Teresa (Julieta Zylberberg) es preceptora en un colegio en plena dictadura, o sea, una inocente maestra de ceremonias.Y cuando María Teresa, persiguiendo un vago olor a tabaco, comienza a esconderse en los baños de los chicos para sorprender a los que fuman y llevarlos ante la autoridad, poco a poco hace de ellos un hábito oscuramente excitante, no es de la violación de las reglas sino de su aplicación a ultranza de donde surgirán la torsión y el desvío.
Andrés no quiere dormir la siesta (2009), de Daniel Bustamante. Tras la muerte de su madre en un accidente, Andrés (8) debe ir a vivir a la casa de su abuela Olga y su padre Raúl. En el barrio donde vive funciona un centro clandestino de detención. Es un secreto a voces con el que todos conviven. Un año de cambios y transformaciones. Un año en el que Andrés y Olga descubrirán el poder que tienen uno sobre el otro, y las consecuencias del mismo.
El abismo...todavía estamos (2010), de Pablo Yotich. Ernesto que motivado por el nacimiento de su primera hija, decide ir a vivir con su novia Paloma a mediados del año 1978. Sin saber que los militares los buscan para detenerlos por orden de su hermano mayor, son llevados a uno de los centros clandestinos más peligrosos de la Argentina. Una vez detenidos, Paloma fallece dando a luz, mientras que Ernesto es torturado hasta la muerte. En el año 2010, Alejandro, hermano cura de Ernesto y Felipe, cree reconocer a la hija de la joven pareja, Natalia. Tras contactarla, ella deberá decidir si acepta su verdadera identidad o la impuesta, con la cual aprendió a vivir durante 30 años.
El piano mudo (2010), de Zuhair Jury. La historia transita la vida del músico Miguel Angel Estrella, tomando como eje su cautiverio en la cárcel de Uruguay durante la última dictadura militar. Miguel Ángel Estrella sufre torturas y vejámenes, superándolas con la fuerza de sus convicciones y su profunda espiritualidad. Haciendo uso de ésta, viaja oníricamente por su historia, reencontrándose consigo mismo para convertirse a partir de su liberación en un símbolo de la lucha por los Derechos Humanos y la dignidad de los pueblos en todo el mundo.
Verdades verdaderas. La vida de Estela (2011), de Nicolás Gil Lavedra. La película cuenta la vida de Estela de Carlotto, presidenta de la asociación de las Abuelas de la plaza de Mayo desde que su hija desapareciera. Su lucha permanente nos cuenta su historia y la de su familia, reflejo de miles de casos similares que buscan desde hace 30 años a sus desaparecidos.
Calles de la memoria (2012), de Carmen Guarini. Un grupo de alumnos extranjeros realiza en Buenos Aires un taller de cine de corta duración. Les propongo trabajar en torno al tema de la Memoria y sobre una de sus expresiones de reciente visibilidad en nuestro país: unas baldosas en las veredas de la ciudad, colocadas para recordar a los desaparecidos por el Terrorismo de Estado. Sin ningún conocimiento previo del tema, los jóvenes com ienzan a adentrarse en historias y situaciones muy alejadas de sus propias experiencias. A partir de la fabricación de un film reflexionan sobre las formas que toma la transmisión de la memoria en su diversas capas. El film deviene un ensayo en torno al modo en que la imagen es protagonista en nuestros modos de elaborar el pasado.
Infancia Clandestina (2012), de Benjamín Ávila. Es la historia de Juan, un niño de 12 años, y su familia. Es una historia de militancias, de clandestinidad y de amores. Donde los deseos se pueden convertir en realidad y también pueden desaparecer. Donde se puede ser feliz y también desdichado. Juan está clandestino, tiene otro nombre al igual que toda su familia: Su mamá Charo, su papá Daniel y su adorado Tío Beto. Juan se llama Ernesto. En el barrio y en la escuela lo conocen así. Pero en su casa es simplemente Juan. Estos dos mundo, Juan y Ernesto, conviven, colisionan y se retro-alimentan hasta un punto en que Juan no podrá sostenerlo más y querrá comenzar su propia clandestinidad con su gran amor que es María, una niña que conoce en la escuela.
Eva no duerme (2015), de Pablo Agüero. Eva Perón ha muerto. Es la figura más amada y más odiada de la Argentina. Un gran especialista se encarga de embalsamarla. Tras meses de trabajo logra un resultado perfecto. Pero se suceden una serie de golpes de Estado en Argentina y algunos dictadores quieren borrar el legado de Evita en la memoria popular. Su cuerpo se convierte entonces en el centro de una confrontación que durará 25 años. 25 años durante los cuales Evita ha sido una figura más poderosa que cualquier político vivo.
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