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Traducido
del francés para Rebelión por Susana Merino
¿Sabían que
Canadá es un gran exportador de equipamiento militar y que dictaduras
represivas como Arabia Saudita, los Emiratos Árabes y Bahréin son clientes
“prioritarios” de Otawa? Los contribuyentes pagan incluso la representación de
las fábricas de armas canadienses en el extranjero. Un asunto que raramente
aborda el ministro de Relaciones Exteriores, John Baird.
Los Emiratos Árabes Unidos nunca han celebrado elecciones y los
partidos políticos están prohibidos. Las ejecuciones por decapitación, la
flagelación y la lapidación son frecuentes. El país aplica laSharia o ley islámica: la homosexualidad, el
adulterio y la apostasía (renuncia al islam) son delitos castigados con la pena
de muerte. Sin embargo será a Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes
Unidos adonde irán el mes próximo los más importantes representantes de la
industria armamentística canadiense para vender sus últimas novedades en armas
y tecnología.
Participarán en el IDEX 2015, el “más importante salón de la
defensa estratégica del mundo”. Y los contribuyentes canadienses pagarán parte
de esa factura. “El Gobierno federal alquilará un espacio en el que se
exhibirán los últimos equipamientos militares de las empresas canadienses,
explica Ken Epps, encargado del proyecto Ploughshares, una asociación vinculada
a la industria armamentística canadiense. El dinero de los contribuyentes
canadienses sirve para dar este tipo de visibilidad en los salones de
armamento”.
Pocos canadienses lo saben, pero Canadá es un gran exportador de
armas: a nivel mundial Canadá estuvo en el puesto nº 15 como exportador de
armas en el período 2009-2013, según el Stockholm International Peace Research
Institute (SIPRI). Y más especialmente Canadá actúa con bastante énfasis en los
mercados “emergentes”: entre 2004 y 2011 las empresas de armas canadienses
vendieron 8.290 millones de dólares a los países en vías de desarrollo, ocupando
el 9° puesto en ese mercado, según un informe de un comité especial del
Congreso de los EE.UU.
Para Ken Epps estar ubicado en ese lugar no es fruto del azar.
Según él, es testimonio de la capacidad persuasiva de la industria canadiense y
de un viraje hacia los mercados emergentes.
“La impresión que Canadá produce en el extranjero es que todo está
sobre la mesa”, dice en la entrevista. “Pregonamos que estamos esencialmente
dispuestos a vender material militar a quien lo quiera, no importa a qué Gobierno”.
Arabia Saudita
En 2014, una sociedad de la Corona, la Corporación Comercial
Canadiense (CCC) firmó un acuerdo con Arabia Saudita para venderle vehículos
blindados livianos (light armoured vehicle o LAV) valorado en 15.000 millones
de dólares en 14 años, el mayor contrato que haya firmado jamás Canadá en el
sector de productos militares. Parecidos a los utilizados por el ejército
canadiense en Afganistán, los LAV serán fabricados por la empresa General
Dynamics Land Systems en London, Ontario. Los términos del contrato son
totalmente secretos: la cantidad de vehículos militares vendidos, el tipo de
armas incluidas en ellos lo mismo que el tipo de servicios técnicos provistos
por la general Dynamics no son públicos.
Aude Fleurant, directora del programa de gastos militares del
SIPRI en Estocolmo, señala que Canadá no transgrede ninguna ley al vender
equipamiento militar a regímenes represivos. “Todos los países exportadores de
armas compiten en estos mercados, por la simple razón de que están viviendo un
crecimiento extremadamente veloz”, dice en la entrevista.
En 2012 el ministro de Relaciones Exteriores, John Baird declaró
en Wahington: “No podemos ser selectivos en el derecho de las personas a las
que defendemos, de modo que no podemos escoger entre proteger los derechos de
unas personas y no los de otras”. Al año siguiente, el Gobierno canadiense
anunció que había ubicado los intereses económicos en el corazón de sus
prioridades en la política exterior del país. En un documento titulado “Canada
First”. El ministerio de Obras Públicas destacó que los mercados más
promisorios para la industria armamentística eran los de Medio Oriente, sureste
asiático y América del Sur. “Son la mayor oportunidad en lo que los sectores de
defensa canadiense tienen reconocida experiencia”, señaló el ministro.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio y Desarrollo del
Canadá no aceptó nuestro pedido de entrevista. Su portavoz Francois Lasalle nos
dijo por correo: El sistema de control de las exportaciones de Canadá es uno de
los más estrictos del mundo e incluye reglas que aseguran que todo producto o
tecnología exportada no se utilizan contra los civiles […] El contrato de venta
de armas a Arabia Saudita es el más importante de los jamás obtenidos por
Canadá [¡!] va a crear y a mantener 3.000 empleos directos en el sector de
tecnología punta en el suroeste de Ontario […] y a emplear a más de 500
subcontratistas en todo el país”.
Hasta hoy el Gobierno canadiense rehúsa decir si ha recibido
garantías de Arabia Saudita de que los vehículos blindados no se usarán contra
la población saudí.
Débil balance
Para Ken Epps es muy difícil saber con claridad qué tipo de
equipamiento venden las firmas canadienses. “Los detalles divulgados por el
Gobierno federal son menos precisos que en años anteriores –dice- La respuesta
que nos da permanentemente el Gobierno es que la confidencialidad de los
contratos le impide dar informes. Esto viene muy bien al Gobierno, que de este
modo omite cualquier información al respecto”. Fleurant precisa que es muy
difícil saber cómo se utilizarán las armas. Los países del Golfo están
gobernados por regímenes reconocidos como represivos y la región es inestable,
nos recuerda.
“¿El equipamiento militar canadiense se utilizará para reprimir?
¿No se utilizará? Imposible saberlo con certeza. No hay que olvidar que los
países del Golfo compraron masivamente equipos de vigilancia en la oleada de la
Primavera Árabe. Estos regímenes temen la inestabilidad, temen la puesta en
tela de juicio de sus poderes”. La venta de miles de millones de dólares en
armas a los regímenes dictatoriales tendrá también otro efecto: provocar una
reducción de las críticas formuladas con respecto a los países compradores.
Mientras las decapitaciones de prisioneros llevadas a cabo por el
grupo armado Estado Islámico son condenadas sin vacilación por los dignatarios
occidentales, incluso por el ministro Baird, las ejecutadas por Arabia saudita,
un país sin código penal que asesinó de este modo a 87 personas en 2014, se han
ignorado totalmente.
Para Andrew Smith, portavoz de la organización "Campaign
Against Arms Trade”, con sede en Londres, Reino Unido, es la consecuencia
inevitable de una asociación económica lucrativa. “Cuando un país vende miles
de millones de dólares a un régimen dictatorial, se vuelve mucho menos propenso
a denunciarlo, dice en la entrevista. Eso está de alguna manera incluido en el
contrato”.
La venta de armas a regímenes dictatoriales es sobre todo una
cuestión política, dice Aude Fleurant, del SIPRI: la voluntad de restringir la
venta de armas a los regímenes represivos simplemente no existe en los
gobiernos occidentales.
¿Por qué está permitido? Porque la presión del público no está
allí. Son los intelectuales, la sociedad civil, los grupos de presión los que
deben decir: Canadá no debe exportar armas a Arabia Sudita porque allí existe
un régimen represivo. No será el Gobierno el que tome la iniciativa, porque los
intereses que mueven estas ventas son enormes”.
Venta prohibida
En Canadá, las exportaciones de armas se hallan sometidas a la ley
de permisos de exportación e importación. Esta ley prohíbe la exportación de
equipamientos militares a los países “donde los gobiernos han seguido procesos
de serias violaciones de los derechos humanos de sus ciudadanos, a menos que pueda
demostrarse que no existen riesgos razonables de que el equipamiento se utilice
contra la población civil”. 18 se hallan señalados por la ley, entre ellos
Corea del Norte e Irán.
Principales compradores extranjeros de equipamiento militar
canadiense (2012-2013)
- EE.UU. (1.200 millones –estimado-),
- Reino Unido 192.125.657 dólares.
- Austria 109.308.082 dólares.
(Fuente, Ministerio de Asuntos Exteriores, Comercio y Desarrollo
de Canadá
Principales vendedores de armas a los países en desarrollo 2004-2011 (en millones de dólares)
- EE.UU. 126.000
- Rusia 60.241
- Reino Unido 30.560
- Alemania 24.970
- China 24.970
- Israel 13.170
- Francia 9.560
- Italia 8.450
- Canadá 8.290
- Ucrania 6.960
(Fuente Gobierno de los EE.UU.)
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