El reciente atentado contra la revista satírica francesa Charlie ha suscitado un debate sobre la libertad de expresión.
Todo el mundo condena el atentado, pero algunos pretenden justificarlo sobre la base de que algunas de las publicaciones de la revista fueron ofensivas de la religión musulmana, de que la revista es de mal gusto, y de que debe haber límites a la libertad.
La libertad de expresión es considerada un derecho "sombrilla", porque protege a los demás derechos consagrados en la Constitución. Sin la libertad de expresión no se conocieran los desmanes de los políticos, el pillaje de los poderosos, o los atropellos de los religiosos.
Establecer límites a la libertad de expresión es sumamente peligroso para la salud de la vida democrática, porque hoy razonablemente podemos aceptar una limitación que nos parece aceptable, precedente que puede llevar a otras menos razonables, afectando el conjunto de la libertad.
La libertad de prensa es molestosa. Por eso, muchos la defienden para ellos poder expresarse, pero no para escuchar las cosas desagradables que les pueden decir. Otros la quieren para avanzar sus proyectos políticos, y cuando llegan al poder la quieren eliminar.
Prefiero un "mercado de ideas", donde cada cual escoja lo que quiera, y rechace las que no le gusten, al silencio de las dictaduras políticas o de las tiranías religiosas. La libertad de expresión es la protectora del Estado Social y Democrático.
atejada@diariolibre.com
Todo el mundo condena el atentado, pero algunos pretenden justificarlo sobre la base de que algunas de las publicaciones de la revista fueron ofensivas de la religión musulmana, de que la revista es de mal gusto, y de que debe haber límites a la libertad.
La libertad de expresión es considerada un derecho "sombrilla", porque protege a los demás derechos consagrados en la Constitución. Sin la libertad de expresión no se conocieran los desmanes de los políticos, el pillaje de los poderosos, o los atropellos de los religiosos.
Establecer límites a la libertad de expresión es sumamente peligroso para la salud de la vida democrática, porque hoy razonablemente podemos aceptar una limitación que nos parece aceptable, precedente que puede llevar a otras menos razonables, afectando el conjunto de la libertad.
La libertad de prensa es molestosa. Por eso, muchos la defienden para ellos poder expresarse, pero no para escuchar las cosas desagradables que les pueden decir. Otros la quieren para avanzar sus proyectos políticos, y cuando llegan al poder la quieren eliminar.
Prefiero un "mercado de ideas", donde cada cual escoja lo que quiera, y rechace las que no le gusten, al silencio de las dictaduras políticas o de las tiranías religiosas. La libertad de expresión es la protectora del Estado Social y Democrático.
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