El informe anual de libertades cree que el modelo democrático sufre su mayor peligro en 25 años por el autoritarismo y el terrorismo
JOAN FAUS Washington 28 ENE 2015 - 21:19 CET
El informe de la organización independiente Freedom House sobre las libertades en el mundo en 2014 supone un grito de advertencia. “La aceptación de la democracia como la forma dominante de gobierno en el mundo -y de un sistema internacional construido sobre ideales democráticos- está bajo una mayor amenaza que en cualquier momento en los últimos 25 años”, sostiene Arch Puddington, vicepresidente de investigación de Freedom House, en el documento presentado este miércoles en Washington.
Hay dos causas principales: los regímenes autoritarios emplean métodos más agresivos y el riesgo terrorista se ha extendido. 2014 fue el noveno año consecutivo en que se registró un retroceso global de los derechos políticos y las libertades civiles, según el informe de la organización estadounidense.
El documento constata el “rechazo más explícito” a los estándares democráticos en países como Rusia -a raíz de su papel desestabilizador en Ucrania-, Egipto -por la mano dura del régimen contra los opositores- o Turquía -por la campaña contra libertad de prensa y la sociedad civil-. “Hasta hace poco, la mayoría de los gobiernos autoritarios decían respetar los acuerdos internacionales y hablaban con la boca pequeña sobre normas electorales y derechos humanos”, subraya Puddington. “Ahora, se saltan cada vez más los valores democráticos, defienden la superioridad del mandato de un solo partido, y buscan liberarse de las limitaciones de los principios diplomáticos fundamentales”.
La aceptación de la democracia como la forma dominante de gobierno en el mundo está bajo una mayor amenaza que en cualquier momento en los últimos 25 años”Arch Puddington, vicepresidente de investigación de Freedom House
En paralelo, el terrorismo impacta más sobre las libertades. “Desde África Occidental hasta Oriente Próximo y el sur de Asia, fuerzas yihadistas radicales acosaron a gobiernos locales y poblaciones. Su impacto fue devastador en países como Irak, Siria, Pakistán o Nigeria al masacrar tanto a fuerzas de seguridad como a civiles, tomar a extranjeros como rehenes, y matar o esclavizar a minorías religiosas”, señala el informe, que también advierte de que la respuesta antiterrorista de los gobiernos también menguó las libertades.
El documento evalúa a los países en una escala entre el 1 y el 7 -desde los considerados más libres hasta los menos- y los clasifica en tres grupos. En 2014, un 46% de los países del mundo eran libres (el año anterior, era el 45%); un 28% parcialmente libres (30% en 2013); y un 26% no libres (25%). Buena parte de los países libres se concentran en el continente americano, Europa y Oceanía; mientras la mayoría de los no libres en Asia, Oriente Próximo y África.
En América Latina -con Cuba como único país no libre- destacan los retrocesos de Ecuador -por las mayores restricciones a la libertad de expresión-, Haití -por la persecución judicial contra la oposición política y social, y los abusos a periodistas-, México -por el alcance de impunidad y corrupción revelado por la matanza de Iguala-, y Venezuela -por la represión contra los opositores-. En el caso venezolano, el informe lo menciona también de ejemplo de una práctica extendida a lo largo del mundo de utilizar el terrorismo como “justificación para medidas represivas nuevas y sin relación”. En concreto, señala la encarcelación “como terroristas” de figuras políticas de la oposición.
En 2014, un 46% de los países eran libres (el año anterior, era el 45%); un 28% parcialmente libres (30% en 2013); y un 26% no libres (25%)
La zona con menos libertades del mundo es la comprendida entre el norte de África y Oriente Próximo. Y Siria -azotada desde 2011 por una sangrienta guerra civil- recibe la nota más baja de un país en más de una década. En el extremo opuesto, sobresale Túnez, el primer país árabe en conseguir el estatus de libre desde que Líbano lo perdiera hace cuatro décadas.
Uno de los datos preocupantes es que las naciones que empeoran su evaluación (61) suponen casi el doble que las que la mejoran (33). Esta proporción se mantiene en la mayoría de continentes. Otra señal negativa es el retroceso de países con cierto músculo económico e influencia diplomática regional, como Rusia, Egipto, Turquía, Venezuela, Tailandia, Nigeria, Kenia o Azerbaiyán.
El documento también alerta del incremento de las restricciones en Internet en todo tipo de países. En Ecuador -que considera parcialmente libre- advierte de la contratación de firmas que retiran contenido que puede ser desfavorable al Gobierno y la persecución de usuarios críticos en las redes sociales. Y en Corea del Sur e Israel -considerados libres- apunta, respectivamente, a la censura de determinados contenidos a raíz de la polémica desatada por un accidente de ferry, y a la instauración de un “ambiente más estricto” de discusión en las redes sociales sobre la situación en la Franja de Gaza.
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