El líder cubano expresa sus exigencias para normalizar relaciones con EE UU
ÁLVARO MURILLO Belén (Costa Rica) 28 ENE 2015 - 23:04 CET
El presidente de Cuba, Raúl Castro, aprovechó este miércoles su discurso en la primera jornada de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en Costa Rica, para repudiar el embargo comercial y financiero vigente por parte de Estados Unidos, a pesar de la nueva etapa de diálogo bilateralanunciada el 17 de diciembre con el presidente Barack Obama.
"No será posible (la normalización de las relaciones bilaterales) mientras exista el bloqueo, mientras no se devuelva el terreno ilegalmente ocupado por la base naval de Guantánamo, no cesenlas transmisiones radiales y televisivas violatorias de las normas internacionales, no haya justa compensación justa a nuestro pueblo por los daños humanos y económicos que ha sufrido", ha declarado Castro ante la mayoría de gobernantes de los 33 países miembros de la CELAC.
El líder cubano ha reconocido la disposición de Obama de avanzar hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas después de más de medio siglo de hostilidades, pero ha afirmado que "el problema principal no ha sido resuelto". "El bloqueo económico, comercial y financiero, que provoca enormes daños humanos y económicos y es una violación del Derecho Internacional, debe cesar", ha subrayado después de agradecer a los demás mandatarios el apoyo en el repudio regional al embargo. Castro fue el primer presidente en llegar a la Cumbre, al mediodía del martes y este miércoles ha sido uno de los primeros en hablar con el foco en las relaciones con EE UU: "No sería ético, justo ni aceptable que se pidiera a Cuba nada a cambio. Si estos problemas no se resuelven, el acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos no tendría sentido".
La cumbre se ha fijado el desafío de atacar la pobreza extrema que afecta a un 12% de la región donde viven 600 millones de personas. Un objetivo concreto que saldría de esta cumbre podría ser reducir a la mitad este porcentaje, ha asegurado Manuel González, canciller de Costa Rica, que entrega a Ecuador la presidencia pro témpore de la CELAC. El presidente anfitrión, Luis Guillermo Solís, ha dado la bienvenida en cuatro idiomas como un ejemplo de la diversidad que acoge la CELAC y de las diferencias convertidas en dificultades a la hora de plasmar decisiones consensuadas, concretas y prácticas. Costa Rica ha propuesto abordar la lucha contra la pobreza extrema desde un enfoque más amplio, atacando también la corrupción.
El problema que une a la región es la desaceleración de las economías que crecieron solo un 1,1%, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Es la tasa más baja desde 2009, condicionada por la situación de Brasil, Argentina, México y Venezuela. La media de crecimiento de las economías es de 2,8%, similar a la de 2013, mientras la generación de empleo también ha perdido el dinamismo de los últimos cinco años.
El tema central, sin embargo, no supera en expectativas el asunto cubano. Este es el primer encuentro multilateral de Raúl Castro desde el 17 de diciembre y se espera que la CELAC apoye la nueva etapa diplomática con Estados Unidos y el llamado a la disolución del embargo, como lo ha pedido Obama a su Congreso en el discurso sobre el Estado de la Unión, hace una semana. La solicitud tieneopositores en Washington. Castro ha señalado que Obama "podría utilizar con determinación sus amplias facultades ejecutivas para modificar sustancialmente la aplicación del bloqueo, sin la decisión del Congreso".
Castro ha dicho que su país y Estados Unidos deben "aprender el arte de la convivencia civilizada", pero en el párrafo siguiente ha asegurado que Cuba no cederá en sus posiciones sobre los asuntos internos: "No nos dejaremos provocar, pero tampoco aceptaremos ninguna pretensión de aconsejar ni presionar en materia de asuntos internos. Nos hemos ganado este derecho soberano con grandes sacrificios y al precio de los mayores riesgos".
Este jueves los presidentes emitirán una declaración conjunta contra el embargo, según fuentes internas de la Cumbre que se celebra en un recinto privado de la ciudad de Belén, a 15 kilómetros de la capital costarricense.
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