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viernes, 2 de febrero de 2018

Documentos que indican que los Trujillos quisieron atentar contra Juan Bosch desde Haiti

Gobierno Dominicano protesta por agresión

Víctor Manuel de la Cruz
Juan Bosch
Capítulos ocultos del golpe de Estado
Editora Búho, Santo Domingo, 1999
Desde las páginas 22 a la 40.-
El gobierno dominicano protestó enérgicamente a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, la incursión a la cancillería de la Embajada Dominicana en Haití, y exigió el desalojo inmediato de dicha misión diplomática. En una nota dirigida al Canciller haitiano, René Chalmers, por su homólogo dominicano, Andrés Freites, éste señala que “violaciones tan insólitas, de normas de derecho internacional universalmente consagrada y reconocidas de manera especial por el sistema interamericano han dado lugar al más enérgico repudio de su gobierno” El Canciller dominicano Expresó: “lamentable es reconocer que estas burdas e incalificables agresiones no son en manera alguna hechos aislados, sino por el contrario constituyen la culminación de una serie de provocaciones irresponsables con las cuales el gobierno haitiano pretende ultrajar la dignidad de. la nación dominicana y afrentar su soberanía.
El secretario de Relaciones Exteriores dominicano señaló, por otra parte, que puede asegurar al canciller haitiano que “si el gobierno dominicano se siente descargado, como es obvio, de toda responsabilidad en la crisis interna que actualmente aflige a Haití. No puede, sin embargo, tolerar ni siquiera durante un día más que el gobierno de Haití siga aprovechando esas lamentables circunstancias para inferir a la dignidad y soberanía vejámenes a que han dado origen la conducta del gobierno haitiano”. Informa asimismo el documento de protesta que el gobierno dominicano exige del gobierno haitiano una rectificación radical de su conducta hacia la República Dominicana. El texto completo de la nota de protesta de parte del gobierno dominicano al gobierno haitiano fue difundido por El Caribe en su edición del 28 de abril del 1963. El mismo dice lo siguiente:
Santo Domingo, abril 27 del 1963.
Excelentísimo Señor
René Chalmers
Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Haití
Puerto Príncipe.
Mi Gobierno tiene conocimiento de que la Cancillería de la Embajada Dominicana en esa capital fue allanada ayer por miembros de la fuerza pública haitiana y que miembros de esa fuerza permanecen allí y se han introducido también en la residencia de la Embajada interfiriendo groseramente el libre movimiento de esta última. Violaciones tan insólitas de normas de Derecho Internacional universalmente consagradas y reconocidas de manera especial por el Sistema Interamericano han dado lugar al más enérgico repudio de mi Gobierno. Sin embargo, lamentable es reconocer que estas burdas e incalificables agresiones no son en constituyen la culminación de una serie de provocaciones irresponsables con las cuales el Gobierno de Vuestra Excelencia pretende ultrajar la dignidad de la nación dominicana y afrentar su soberanía.
Esa conducta incalificable evidentemente se dirige a provocar el distanciamiento entre el pueblo y gobierno dominicanos, concierne hay plena conciencia de las diferencias existentes entre el pueblo haitiano, lleno de virtudes y respetos para los demás, y un gobierno que está ignorando lo más elementales requisitos de la convivencia internacional. Tiene razones mi Gobierno para no abrigar la menor duda de que realmente el propósito del Gobierno haitiano, como lo revela su proceder, se encamina a provocar una crisis entre los dos países con miras a desviar la atención del pueblo haitiano de la aflictiva situación interna de que es solamente culpable su propio Gobierno.
Puedo asegurar a Vuestra Excelencia que si mi Gobierno se siente descargado, como es obvio, de toda responsabilidad en la crisis interna que actualmente aflige a vuestro país, no puede, sin embargo, tolerar ni siquiera durante un día más que el Gobierno de Haití siga aprovechando esas lamentables circunstancias para inferir a la dignidad y soberanía el pueblo dominicano los vejámenes a que han dado origen la conducta del Gobierno haitiano. En consecuencia Vuestra Excelencia el retiro inmediato de las fuerzas policiales que están violando la sede de la misión diplomática dominicana en Puerto Príncipe y además hace responsable de la seguridad personal de los miembros de dicha Misión Diplomática así como también de la seguridad personal de quienes se han acogido al Asilo Diplomático en dicha Misión. Debo advertir a Vuestra Excelencia que si no se pone fin de inmediato a la ultrajante conducta que ha venido observando el Gobierno haitiano, y si no se ofrecen las reparaciones y seguridades que demandan las ofensas y los riesgos a que ha estado sujeta la representación de la República Dominicana en Haití, mi Gobierno adoptará con toda decisión y a cualquier precio, las medidas necesarias para hacer respetar la dignidad y la Soberanía de la Nación dominicana.
En atención a la gravedad de los hechos y circunstancias denunciados en la presente comunicación, mi Gobierno espera que en un plazo irrevocable de veinticuatro horas después de despachado este mensaje, el Gobierno de Vuestra Excelencia procederá a dar pruebas inequívocas de una rectificación radical de su conducta hacia la República Dominicana.
Válgame de la oportunidad para reiterar a Vuestra Excelencia las seguridades de mi más alta consideración.
ANDRES A. FREITES
Secretario de Relaciones Exteriores de la Rep. Dom.
R. D. DETALLA ACUSACIONES
El 28 de abril de 1963, los medios de prensa anunciaron que la República Dominicana había acusado a Haití de actos agresivos que ponían en peligro la paz del hemisferio y amenazó con recurrir a la fuerza, al presentar el caso ante la Organización de los Estados Americanos. La República Dominicana detalló las acusaciones que hacía a Haití en sesión especial del Consejo de la OEA, comenzando con la queja de que la policía haitiana se había apoderado de su Embajada en Puerto Príncipe. También adujo que había haitianos implicados en un complot para asesinar a Juan Bosch, presidente dominicano.
El representante haitiano, Fern D. Baguldy, rechazó categóricamente los cargos. El Consejo, después de eso, levantó la sesión para deliberar, sin dar indicaciones de cuándo la reanudaría. El Consejo escuchó una fogosa denuncia del Gobierno de Haití por el embajador Arturo Calventi y una breve desmentida de todos los cargos por el embajador haitiano, Fern D. Baguldy. El embajador dominicano sometió doce cargos contra Haití y dijo que se estaba desarrollando un complot para asesinar al presidente dominicano Juan Bosch y que en el mismo estaban participando miembros de la familia Trujillo.
Calventi expresó que antes de abrirse la sesión había recibido un mensaje de su Ministerio de Relaciones Exteriores donde se confirmaba que a las dos de la tarde de ese mismo día dos miembros de la familia Trujillo, Luis y Rafael, viajando con pasaportes españoles, habían salido desde Kingston, Jamaica, para la capital haitiana. Ambos eran sobrinos del dictador asesinado Rafael Leónidas Trujillo. Calventi también dijo que según una información confidencial recibida por su Gobierno, Haití había firmado un acuerdo con Checoslovaquia para acelerar la infiltración comunista en Estados Unidos. Calventi también alegó que una madre, dos niños y dos personas de la casa de François Benoit habían sido ametrallados y posteriormente quemados por soldados haitianos. Calventi también se refirió a las quejas de muchos dominicanos por el cierre de la frontera con Haití, por el asesinato de un cónsul dominicano en febrero de 1962 y por la negativa de salvoconducto a 6 de los 28 refugiados de la Embajada Dominicana en Puerto Príncipe, desde junio de 1962. Otro cargo que se hacía a Haití estaba relacionado con la negativa a un vicecónsul dominicano en Puerto Príncipe a cruzar la frontera dominico-haitiana. Calventi exigió que el Gobierno de Haití “rectifique la situación radicalmente” dentro de 24 horas, plazo que expiraba a las 7:00 del lunes [29 de abril] siguiente, y dejó constancia de que la República Dominicana se reservaba el derecho de tomar las medidas que considerase necesarias. El embajador haitiano Baguildy afirmó que las acusaciones dominicanas eran el preparativo para una acción militar planeada desde hacía mucho tiempo. El motivo, dijo Baguildy es “tratar de provocar un cambio de gobierno en mi país” con esas acusaciones. Además, acusó a los dominicanos de alterar y tergiversar la opinión pública internacional.
BOSCH ENVIA MENSAJE A LA O E A
En medio de la crisis creada por el gobierno haitiano, la cual amenazaba con desatar un conflicto armado entre Haití y la República Dominicana, el presidente Bosch le envió un mensaje al presidente de la OEA en el que le reiteraba la postura del gobierno dominicano frente a dicha crisis.
El texto completo del mensaje dirigido por Bosch al presidente de la OEA, estaba fechado el día 29 de abril y fue publicado por El Caribe al día siguiente. En el mismo, Bosch expresa lo siguiente:
Santo Domingo, 29 de abril del 1963
Excelentísimo señor Gonzalo Fació Presidente del Consejo de la Organización de Estados Americanos Washington D.C.
Excelentísimo señor:
“Tengo a honra acusar recibo del cable de Vuestra Excelencia de fecha de ayer en el cual transcribe la parte dispositiva de la resolución aprobada anoche por el Consejo de esa Organización convocado la reunión de consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores Americanos para estudiar la situación que ha surgido entre la República Dominicana y la República de Haití.
Mi Gobierno se complace en informar a Vuestra Excelencia que está dispuesto a prestar su más amplia cooperación a la comisión designada por el Consejo, actuando como órgano provisional de consulta, para estudiar sobre el terreno la situación anteriormente mencionada; y no realizar ningún acto susceptible de agravar el estado de cosas existente. Sin embargo, debo señalar a Vuestra Excelencia, que esta disposición de mi Gobierno se asume sin perjuicio de las medidas indispensables que se han visto en la necesidad de tomar para la protección del personal de la Embajada, de los asilados en ella y de los dominicanos residentes en Haití, en vista de la situación planteada al romper el Gobierno haitiano su relaciones diplomáticas y consulares con la República Dominicana, acontecimiento que, unido al estado de anarquía, intranquilidad y violación constante de las normas destinadas a proteger los derechos humanos imperantes allí, crea un clima de inseguridad permanente y mantiene en peligro constante la vida e integridad física del personal de la misión diplomática dominicana, de los asilados en ellas y de los dominicanos residentes en Haití.
“Esa situación adquiere un nuevo y sombrío carácter de peligrosidad para mi Gobierno y los intereses de la República Dominicana por la presencia en Haití de miembros recién llegados de la familia del ajusticiado tirano Rafael L. Trujillo, presencia que no puede tener otro propósito que no sea el de perturbar la paz en la República Dominicana con el apoyo del Gobierno haitiano.
“Como habrá de comprender Vuestra Excelencia mi Gobierno no puede, sin grave quebranto de sus más sagradas responsabilidades dejar de tomar, como lo ha hecho, dentro del respeto que le merecen y le seguirán mereciendo sus obligaciones, de acuerdo con los tratados Interamericanos a que está vinculado, las precauciones y medidas de seguridad que la situación demanda. “Debido a esas consideraciones, mi Gobierno no puede ceder a la solicitud de retiro de nuestra misión diplomática hecha por el Gobierno de Haití hasta no obtener de dicho Gobierno los salvoconductos solicitados para el traslado de los asilados al exterior o las seguridades que les permitan permanecer bajo la protección de cualquier misión amiga, garantías que no han sido ofrecí- das por el Gobierno de Haití al romper relaciones con la República Dominicana.
Las amenazas derivadas de esta situación se agudizan en los actuales instantes por el hecho de que la comisión designada por el Consejo de la OEA no se ha podido trasladar aún al territorio haitiano para cumplir su cometido, lo que, dentro del clima de irresponsabilidad oficial que el actual régimen haitiano ha fomentado al confiar funciones represivas a un cuerpo de facinerosos ajenos a toda disciplina, y cuyos excesos utiliza como instrumento de terror para asegurar su supervivencia, hace temer que se produzcan nuevas violencias de carácter irreparable contra las personas de los funcionarios que integran nuestra misión, contra los ciudadanos haitianos que se acogieron a nuestro asilo diplomático, y contra los ciudadanos dominicanos residentes en Haití, violencias que mi Gobierno se siente en la imperiosa necesidad de conjurar en cuanto esté a su alcance.
“Válgame de la oportunidad para reiterar a Vuestra Excelencia las seguridades de mi más alta consideración”.
JUAN BOSCH Presidente de la República Dominicana.
GOBIERNO HAITIANO RESPONDE A BOSCH
La Cancillería haitiana respondió la nota de protesta Bosch de la siguiente manera: (transcripción parcial)
“Su Excelencia
Señor Andrés A. Freites
Ministro de Relaciones Exteriores de la R. D.
Santo Domingo.
“Mi Gobierno en respuesta al cable de fecha 28 de abril corriente me ha encargado de informar que: 1 ) no ha habido en fecha 27 de abril corriente ninguna violación de la cancillería de la Embajada dominicana o de la residencia de dicha Embajada por miembros de la fuerza pública haitiana punto Una acción semejante de la fuerza pública haitiana hubiera dado lugar a una trifulca sangrienta entre esta fuerza y los desertores de las fuerzas armadas de Haití que han encontrado refugio en la Embajada dominicana y que contrariamente al uso en la materia y a lo que ha sido hecho en los casos de otras embajadas han guardado sus armas y sus municiones punto El Gobierno haitiano ha asegurado siempre la completa seguridad de las misiones diplomáticas que acuerdan asilo en Puerto Príncipe como lo nunca ha recibido una nota de protesta que emane de dichas misiones contra el comportamiento de los miembros de la fuerza pública.
El Gobierno haitiano aprovecha la oportunidad para señalar al de Vuestra Excelencia las numerosas violaciones de derecho y de la costumbre en materia de asilo en que ha incurrido la Embajada Dominicana en Puerto Príncipe (si gratuitament au au government haitien) para desviar la atención del noble y desgraciado pueblo dominicano de la situación interna de la República Dominicana, situación que se deteriora de día en día y que se nota diariamente por las huelgas repetidas, los movimientos de las multitudes, arrestos arbitrarios, incendios en los campos de cañas punto Esta gestión podría tener también por propósito ofrecer un componente del poderoso aparato de guerra legado al actual Gobierno dominicano por la dictadura de 32 años del régimen pasado pinito Los problemas y los cuidados del actual Gobierno dominicano al respecto no son por otra parte un secreto para nadie punto Esta gestión de Vuestra Excelencia no es por otra parte sino la culminación de una serie de actos de provocación del Gobierno dominicano: dificultades encontradas, contrariamente al uso diplomático por los miembros de la misión diplomática haitiana en la República Dominicana punto Asesinatos por no decir linchamientos de desgraciados obreros agrícola haitianos, hospitalidad generosa y libertad completa de movimientos acordada a notorios enemigos del Gobierno haitiano y otros casos más que se podrían citar. “4) Mi Gobierno declara rechazar y rechaza con indignación las acusaciones erróneas del cable de hoy de Vuestra Excelencia basadas sobre hechos inexistentes. Hace todas clases de reservas en cuanto a la acción irreflexiva y temeraria con que los amenaza el Gobierno dominicano único responsable de todo lo que pueda entrañar de parte de dicho gobierno por los atentados a la dignidad y a la soberanía del pueblo haitiano.
CANCILLERIA DOMINICANA REACCIONA
La respuesta del gobierno haitiano causó que la Cancillería Dominicana le enviara una nota de respuesta al Canciller haitiano. La nota del Canciller dominicano a su homólogo haitiano era un elemento más a la guerra diplomática que libraban los dos países. El texto de dicho documento es el siguiente:
Santo Domingo, D. N., 29 de abril de 1963
Excelentísimo señor René Chalmers,
Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Haití,
Puerto Príncipe.
“Ante de la negativa del Gobierno de Vuestra Excelencia a admitir las inauditas violaciones de que se ha hecho víctima a la representación diplomática dominicana en Haití, cúmpleme reiterar, por medio de la presente, la veracidad de las citadas transgresiones, las cuales han sido ya atestiguadas por terceros idóneos. “Mi Gobierno no tiene dudas de que las imputaciones que Vuestra Excelencia formula en su comunicación cablegráfica contra los representantes diplomáticos y el Gobierno dominicano responde al propósito de encontrar una disculpa a esas transgresiones insólitas y que por tanto no merecen ser tomadas en cuenta. “La decisión adoptada por el Gobierno de Vuestra Excelencia al romper las relaciones diplomáticas y consulares con la República Dominicana concierta con otros lamentables antecedentes, demostrativos por parte del Gobierno haitiano de un total desconocimiento de las normas de derechos y de elementales escrúpulos humanitarios, por cuanto al tomar esa decisión el Gobierno de Vuestra Excelencia pretende que mi Gobierno se desentiende de la ineludible responsabilidad que le incumbe de presentar su protección, no sólo a los miembros de la misión diplomática dominicana, sino también a los ciudadanos haitianos acogidos al asilo de la misma, así, como a los ciudadanos dominicanos que actualmente se encuentran en territorio haitiano.
“En consecuencia, es indispensable que exprese a Vuestra Excelencia que mi Gobierno no cederá a la solicitud del Gobierno haitiano de retiro del personal de la misión diplomática dominicana, hasta tanto el Gobierno de Vuestra Excelencia no expida los salvoconductos solicitados para el traslado de los asilados al exterior u ofrezca las seguridades que les permitan permanecer bajo la protección de cualquier misión diplomática amiga, garantía que el Gobierno de Vuestra Excelencia no se cuidó de ofrecer al notificar el rompimiento de sus relaciones diplomáticas y consulares con el Gobierno dominicano. “Al adoptar esta decisión, mi Gobierno significa nuevamente al de Vuestra Excelencia que le hace responsable de los miembros de la misión diplomática dominicana, de asilados en dicha misión y de los ciudadanos dominicanos actualmente en territorio haitiano, y de las medidas que ha adoptado para garantizar esa seguridad, continuará ejecutándolas percatado plenamente de su derecho de legítima defensa y de la responsabilidad que tiene con el pueblo dominicano.
“Válgame de la oportunidad para reiterar a Vuestra Excelencia la seguridad de mi alta consideración.
Andrés A. Freites Secretario de Estado de Relaciones Exteriores de la República Dominicana.
OEA INVOCA PODERES ESPECIALES
La crisis dominico-haitiana amenazaba con provocar un enfrentamiento armado. Esto condujo a que la Organización de Estados Americanos, en una sección celebrada el día 28 de abril de 1963, invocara poderes especiales según el Tratado de Defensa Mutua de Río de Janeiro para evitar un conflicto armado entre la República Dominicana y Haití. La votación fue de 16 a favor, nadie en contra y dos abstenciones. El Consejo de la OEA decidió constituirse en intermediario y asesor de ambos países para evitar un enfrentamiento militar. Eso dio por resultado que esa misma noche se anunciara que el gobierno de Haití había enviado una nota a la OEA explicando la situación con la República Dominicana. El consejo pasó luego a considerar si enviaba una comisión a Puerto Príncipe para estudiar la situación sobre el terreno. Eso se aprobó también por 16-0. Brasil y Bolivia se abstuvieron por falta de instrucciones, pero se daba por seguro que estaban de acuerdo.
Ese mismo día también se informó oficialmente que el gobierno haitiano había roto relaciones diplomáticas con la República Dominicana. La información la ofreció el embajador haitiano ante la OEA, Fern Baguildy.
PRESIDENTE BOSCH REACCIONA, AMENAZA A DUVALIER
En una alocución radial, el presidente Bosch denunció enérgicamente los ultrajes del gobierno haitiano contra el Estado dominicano y afirmó que “en un plazo de 24 horas le pondría punto final al asunto con los medios que se hallaban a su alcance”. Bosch se dirigió a la nación el domingo 28 de abril, aproximadamente 48 horas después de que un grupo de facinerosos invadieran la cancillería de la Embajada dominicana en la ciudad de Puerto Príncipe, y arma en mano interrogaran a la secretaria de dicha misión diplomática.
“Es muy penoso —dijo Bosch— que un día como el de hoy, dedicado al descanso y a la lectura y a las fiestas, tengamos que hablar sobre acontecimientos nada agradables; sobre hechos que nos entristecen sobre todo porque no lo hemos provocado nosotros, ni el gobierno ni el pueblo dominicano, y sin embargo nosotros los dominicanos, gobierno y pueblo, tenemos que sufrirlos y tal vez tengamos que buscarles soluciones que no sean de nuestro agrado”.
“Por lo menos, en lo que refiere al gobierno, no es de nuestro agrado usar el lenguaje duro. Pero es el caso que somos una nación, un país que respeta a los demás países y pide a los demás respeto para él. El país que no se hace respetar no tiene derecho a llamarse una nación libre; y la República Dominicana es una nación libre, por la voluntad de sus fundadores y por la sangre de los que la mantuvieron libre y soberana; y lo es por la voluntad de su pueblo y por la decisión del Gobierno democrático que ese pueblo eligió el 20 de diciembre de 1962.
Este gobierno no ha cometido el menor acto de agresión, ni siquiera verbal contra ningún otro gobierno de América, a pesar de que en América hay varios gobiernos que no son democráticos. Sin embargo la dignidad dominicana ha sido ultrajada por Haití. Y no estamos dispuestos a tolerar esa situación, y no la toleraremos por ningún motivo.
El pueblo dominicano sabe ya que la Embajada y la cancillería de nuestro país han sido violadas por la Policía haitiana; y para que se sepa bien cuál es la manera de pensar y de actuar del gobierno dominicano, informamos ahora a todos los que nos oyen que tan pronto supimos que se había cometido en Puerto Príncipe, capital de Haití, ese ataque salvaje e imperdonable a nuestra soberanía, dimos las órdenes necesarias para que la policía dominicana protegiera la Embajada de Haití aquí, en Santo Domingo; pues pensamos que si la noticia del atropello que se nos había hecho en Puerto Príncipe salía a la calle, nuestras juventudes podían indignarse y en medio de la indignación podían atacar a la Embajada haitiana en esta capital.
Y nosotros no queríamos que eso sucediera. El pueblo haitiano, tan trabajador, tan luchador, tan sufrido, no puede ser confundido con los tiranos que lo explotan y asesinan; y la Embajada haitiana representa al pueblo de Haití, no a su gobierno. Por eso pedimos protección para la Embajada así como esta noche pedimos buen trato para todos los haitianos que están en nuestro país, sobre todo para los que han venido a nuestra tierra en busca de la libertad que allá no tienen.. Que ningún dominicano deshonre la bandera de la cruz atacando o maltratando a un haitiano de los que están aquí bajo la protección de nuestras leyes.
Es necesario que el pueblo dominicano y los demás pueblos de América sepan que nosotros hemos estado sufriendo con paciencia cristiana toda suerte de ataque del actual gobierno de Haití. Ciudadanos dominicanos como Eduardo A. Dickson Serrano, Ignacio Victoria, Pedro Ibis Jaqués y Andrea Cabral han sido encarcelados y maltratados salvajemente en el año 1962 en las cárceles de Haití y algunos, como Mananco Rodríguez y Luis Decenio Reyes, han desaparecido sin que nadie pueda informar qué ha sido de ellos. La frontera ha estado cerrada desde hace tiempo a tal extremo que se les niega el cruce por ella a los dominicanos que residen en Haití y desean venir a su patria. Y esto quiere decir de hecho que los dominicanos que viven en Haití son prisioneros del gobierno haitiano.
Las agresiones a los ciudadanos dominicanos pasaron a ser agresiones a la nación dominicana cuando el gobierno de Haití pidió, de manera ofensiva e inexplicable, el cierre de los consulados dominicanos en Cabo Haitiano y Juana Méndez, cosa que no se hace entre países sino cuando el que pide el cierre quiere insultar al otro o cuando se desea provocar una ruptura de relaciones. Eso ocurrió el año pasado, y en este año, el 20 de enero, apareció asesinado el cónsul dominicano en Los Cayos, sin que hasta este momento el Gobierno de Haití haya podido explicar el salvaje crimen de nuestro representante. También sin explicaciones y con el deseo evidente de ofender, el gobierno de Haití ha estado rechazando a funcionarios diplomáticos dominicanos o declarando a otros por gratos como ha sucedido el con el señor Marcos A. Cabral y los doctores Ciro Amaury Dargam Cruz y Antonio Jiménez Dájer; y a la vez que esto ha estado sucediendo, el Gobierno haitiano ha estado negándose a dar salvoconductos a los haitianos asilados en nuestra embajada en Puerto Príncipe. Desde junio de 1962, cuando comenzaron a asilarse haitianos perseguidos por su Gobierno, sólo seis han obtenido salvoconductos de 28 que se han asilado.
En el mes de enero de este año, cuando el que les habla era sólo presidente electo, el gobierno haitiano fraguó un complot para matarme y designó a un antiguo miembro del SIM dominicano, el señor Michel Brady, haitiano, para cometer el crimen. En el pasado mes de marzo, el gobierno de Haití designó a ese señor Brady Encargado de Negocios haitiano aquí en Santo Domingo; pero rechazamos la designación haciéndoles saber al gobierno de Haití con el lenguaje que se usa en la diplomacia, que nosotros sabíamos a qué venía ese señor. El 29 de marzo, por dos ocasiones diferentes en ese día, el vehículo oficial del Consulado Dominicano en Varadero fue registrado por militares destacados en esa población haitiana, a pesar de las protestas de nuestro cónsul, señor Federico Paredes Cotes, que viajaba el dicho vehículo.
En el momento en que llegaba esta noche aquí al Palacio Presidencial, se me informaba que esta tarde, el mismo señor Paredes Cotes, nuestro cónsul había sido prácticamente conducido prisionero hasta la frontera por un sargento haitiano porque no lo dejaron llegar solo a traer misiones a su país. Sin embargo ha sido en este mes de abril cuando las agresiones, los insultos, la falta de respeto a nuestra soberanía han llegado al colmo a un grado que nuestra dignidad nacional no puede seguir tolerando.
El 19 de abril supimos que Luis Trujillo Reynoso y José Rafael Trujillo Lora, viajando con pasaporte especiales españoles, se dirigían hacia Haití junto con otras personas, el primero bajo el nombre de Luis Reynoso Mateo. El viaje de esos señores está conectado con la campaña de radio y prensa que se hace en Miami acusando al gobierno dominicano de comunista, y con las actividades en Panamá de Negro.
Trujillo, Johnny Abbes García, un cubano llamado Gustavo Martín, todo bajo la inspiración de Radhamés y Ramfís Trujillo y un señor llamado Pedro Estrada, que en los días de la tiranía de Pérez Jiménez fue el Johnny Abbes de Venezuela.
Es decir, los Trujillo y los esbirros de la antigua tiranía venezolana están reuniéndose en Haití bajo la protección del gobierno de ese país para atacar al gobierno democrático de la República Dominicana. Los primeros enviados del grupo volaron el día 26 de ese mes de Madrid a Lisboa, de Lisboa a Curazao, y ayer pasaron hacia Aruba y Kingston en el vuelo N 975 de la KLM, y hoy de Kingston a Puerto Príncipe, la capital de Haití, adonde llegaron esta tarde en el vuelo N 431 A de la Panamericana Airways.
El día 25 de este mes, es decir, el miércoles de esta semana, el teniente del Ejército haitiano François Benoit buscó asilo en la Embajada dominicana, en horas de la noche. En la mañana del jueves día 26, hubo un atentado contra el Presidente Duvalier y su automóvil fue tiroteado. Fuerzas de los llamados “ton ton macoutes”, que mantienen en Haití el terror más espantoso, ametrallaron e incendiaron ese mismo día jueves 26, en la mañana, la casa del teniente Benoit; en el ametrallamiento resultaron asesinados a tiros la madre del teniente Benoit, dos niños algunos sirvientes de la casa. Al mismo tiempo que se producía ese crimen salvaje e incalificable, dos guardias haitianos con placas de policía números 491 y 533 armados de fusiles, se introdujeron en el local de la cancillería de la Embajada y el Consulado General de nuestro país en Puerto Príncipe registraron la planta baja subieron a la alta, amenazaron a la secretaria, señorita Katia Mena, que estaba sola porque los dos únicos funcionarios diplomáticos que tenemos en Haití, en ese momento no se hallaban en el local, y empezaron a interrogarla bajo la amenaza de sus fusiles. Contar este episodio causa indignación. Solamente un gobierno salvaje, de criminales es capaz de violar una Embajada extranjera y de amenazar con fusile a una dama que además es funcionaria de esa Embajada. Esa acción es una bofetada en la cara de la República Dominicana, una afrenta que nosotros no estamos dispuesto a pasar por alto.
Desde el jueves, guardias armados rodean la Embajada Dominicana en Puerto Príncipe, lugar donde hay 22 asilados entre ellos mujeres y niños que están viviendo horas de terror indescriptibles, porque cada minuto del día y de la noche están esperando el asalto que les costará la vida. Esto también es imperdonable, y nosotros no estamos dispuestos a perdonarlo. Los soldados que hacen esa ronda del terror y de la muerte penetran a cada momento en los jardines de la Embajada, lo cual aumenta a grados de locura el miedo de los asilados. Anteayer viernes 27, nuestro vicecónsul en Puerto Príncipe y auxiliar de la Embajada fue llamado por la Cancillería Dominicana para que informara en detalle acerca de las graves noticias que estábamos recibiendo, y al llegar a la frontera, en la población de Malpasse, las fuerzas haitianas le negaron la autorización para venir, de manera que ese funcionario tuvo que regresar a Puerto Príncipe. Eso quiere decir que lo mismo que había sucedido antes con algunos ciudadanos dominicanos, los propios funcionarios diplomáticos de nuestro país son prisioneros del gobierno de Haití.
En vista de todas esas agresiones, el Canciller de la República señor Andrés A. Freites, hablando a nombre del gobierno que presido, despachó anoche a última hora un cable al ministro de Relaciones Exteriores de Haití cuyos tres últimos párrafos dicen así: “Puedo asegurar a vuestra Excelencia que si mi gobierno se siente descargado como es obvio de toda responsabilidad en la crisis interna que actualmente aflige a vuestro país, no puede, sin embargo tolerar ni siquiera durante un día más que el gobierno de Haití siga aprovechando esas lamentables circunstancias para inferir a la dignidad y soberanía del pueblo dominicano los vejámenes a que ha dado origen la conducta del gobierno haitiano. En consecuencia, mi gobierno exige del de Vuestra Excelencia el retiro inmediato de las fuerzas policiales que están violando la sede de la misión diplomática dominicana en Puerto Príncipe y además lo hace responsable de la seguridad personal de los miembros de dicha Misión Diplomática así como también de la seguridad personal de quienes se han acogido al asilo diplomático en dicha Misión.
“Debo advertir a Vuestra Excelencia que si no se pone fin de inmediato a la ultrajante conducta que ha venido observando el gobierno haitiano, y si no se ofrecen las reparaciones y seguridades que demandan las ofertas y los ruegos a que ha estado sujeta la representación de la República Dominicana en Haití mi gobierno adoptará con toda decisión y a cualquier precio, las medidas necesarias para hacer respetar la dignidad y la soberanía de la nación dominicana.
En atención a la gravedad de los hechos y circunstancias denunciados en la presente comunicación, mi gobierno espera que en un plazo irrevocable de 24 horas después de despachado este mensaje, el gobierno de Vuestra Excelencia procederá a dar pruebas inequívocas de una rectificación radical de su conducta hacia la República Dominicana”. Al mismo tiempo, como somos miembro de la Organización de Estados Americanos se envió copia de esa nota al Consejo de la OEA y hoy, a las 4 de la tarde se reunía el Consejo citado para estudiar la situación.
Con estudio o sin él, la situación es grave; y queremos advertirlo así al pueblo dominicano a América y al mundo. Hemos sido insultado sin haber provocado nosotros el insulto: se ha invadido nuestra Embajada con fuerzas armadas, lo cual equivale a una invasión a nuestro país y es una ofensa imperdonable a nuestra dignidad; se conspira en Haití contra nuestro gobierno democrático en alianza con los Trujillo. En pocas palabras, se nos ha faltado al respeto, y las naciones pequeñas que permiten eso no son dignas de ser naciones, porque lo único que puede mantenernos como país soberano es la decisión de hacernos respetar de los pequeños y de los grandes, de los que pretendan abusar de su debilidad y de los que pretendan abusar de su fuerza.
Hemos sufrido con gran paciencia los ultrajes del gobierno haitiano. Pero esos ultrajes tienen que terminar ya. Si no terminan en un plazo de 25 horas, les pondremos punto final con los medios que se hallen a nuestro alcance”.

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