Arthur Padirodovich
Es casi imposible retratar con palabras los recuerdos de una época. La memoria es un museo engañoso; una serie de habitaciones que guardan olores, páginas, imágenes y grabaciones fragmentadas o rotas que se deterioran y, con el paso de las estaciones, parecen perder su nitidez, engañan al visitante y luego desaparecen.
Sin embargo, es agradable encontrar un autor que desea contar su versión desde la acera de la “verdad histórica”. Esos individuos que -se rebanan el cerebro al tratar de recordar y representar de manera fidedigna los hechos; con poca pasión, apoyada en entrevistas de testigos, que ponen el dedo en el renglón para guiarla y no volverla un drama- valen la pena leerse.
Creo que esa es la manera en que Yo no (Penguin Random House, marzo 2017) se presenta y es agradable. Su autor, Joachim Fest (El hundimiento y la biografía de Hitler) expone en este libro sus memorias de juventud y adolescencia antes, durante y después del régimen nazi.
Nacido en un hogar católico, Fest relata la actitud rebelde de su familia contra las autoridades; comenta las dificultades que sufrieron sus padres, amigos, enemigos y conocidos; así como los momentos de felicidad y tristeza durante sus viajes de Berlín a Friburgo, el reclutamiento forzado en los últimos días de la guerra y su cautiverio en un campo de prisioneros norteamericano.
En una parte del libro se puede sentir, al final de la dictadura y la catástrofe sufrida en Europa, al autor tomar asiento para reflexionar sobre el espíritu occidental. La autoría lleva como subtítulo “Rechazo del nazismo como una actitud moral” y Fest trata, remarco trata, de explicar qué pasó, cómo un pueblo educado, ejemplo de la civilización, se volcó a la barbarie y eligió a un criminal como líder.
Desde una mirada a su pasado, Joachim detalla esta parte del siglo 20 como un experimento social y tiempo de revoluciones que permitió a charlatanes y oportunistas hacerse con el poder y cometer los crímenes que no se registraban, en esa parte del mundo, desde tiempos medievales.
Con esto escrito debo dejar una advertencia al lector. Si espera encontrar una obra de acción o novela histórica de guerra, no la encontrará aquí. Es buena, no brillante, pero sí un “buen tratado”; es sincera. Es un testimonio que plantea una visión diferente, humilde, cotidiana e intelectual del año 1933 a 1946.
Da algunos detalles de esos años, pero no presenta nada nuevo o increíble al lector familiarizado con el tema. Es una novedad, no tan novedosa, que vale la pena leerse. Puede o no echarle un ojo en su siguiente visita a la librería.
japr02@hotmail.com
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