Pedro Echeverría V.
1. Veía por la mañana un video acerca de Francisco Franco, el cruel dictador y asesino que gobernó España de 1939 a 1975. Allí se puede observar el ascenso al trono del rey Juan Carlos de Borbón, así como los ascensos al gobierno español del falangista Carrero Blanco y del franquista Arias Navarro; también se puede observar el gigantesco homenaje que se le hace al dictador los días de su muerte. Esto último es lo que más me llamó la atención junto a las concentraciones de masas que se hicieron alrededor de su gobierno. ¿Puede con facilidad borrarse el franquismo?
2. Me puse a pensar en el comportamiento de las masas alrededor de un personaje, de un político que apoyó a Hitler, que fue su seguidor e incluso lo visitó en Alemania. Entonces pensé y revisé los libros: La Rebelión de las masas de José Ortega y Gasset, Psicología de masas y el fascismo de Wilhelm Reich y André Glucksmann: El viejo y el nuevo fascismo. En los tres trabajos hay mucho material de investigación, pero sólo el de Reich me pareció esencial para entender las causas de ese comportamiento para mí difícil de creer.
Francisco Franco y Adolf Hitler en la entrevista de Hendaya. |
3. Por ello me pregunté junto a Reich: ¿Cómo es posible que millones de trabajadores alemanes, el movimiento obrero más grande y mejor organizado de Europa, no impidieran e incluso apoyaran al fascismo a pesar de tratarse de una ideología reaccionaria que trabajaba en contra de sus intereses como clase social? Y también, ¿cómo es posible que millones de ciudadanos alemanes de clase media aceptaran la muerte de la democracia y el triunfo de un sistema que les perjudicaba en sus aspiraciones individuales, tanto económicas como políticas?
4. Pero también pensé –por encima de todo- en la historia de España. Observé las grandes movilizaciones llenas de entusiasmo, en las que se apoyó Francisco Franco en 1939 después de someter a la Segunda República Española plenamente democrática, libertaria, anarquista, participativa mediante una cruel y asesina Guerra Civil. Buscaba si esas masas eran injertadas en el video, si eran reales y encontré mantas alusivas al acto. Recordé que también he visto películas de concentraciones masivas de Hitler. Alguien me preguntó de Fidel Castro.
5. En los años sesenta observé, escuché, sentí, más de 10 concentraciones de masas convocadas por Fidel Castro en las que éste decía discursos de cuatro o cinco horas explicando la situación de Cuba y del mundo; estas manifestaciones me entusiasmaban porque siempre comprendí que Fidel le hablaba a su pueblo y como marxista siempre trataba los problemas poniendo en el centro la lucha de clases, la explotación capitalista y la necesidad de luchar sin descanso en la defensa de los derechos. Jamás pensé que la derecha pudiera entusiasmar a las masas; ¿con qué discurso?
6. Wilhelm Reich criticó que sus compañeros marxistas no tuvieran en cuenta otra variable más poderosa que no fueran “las condiciones económicas”. (La realidad es que Marx no fue tan dogmático) Reich decía que faltaba en el análisis marxista las condiciones subjetivas, las fuerzas que anidan en el interior de la personalidad de cada individuo y que pueden incluso ser más poderosas que las condiciones objetivas de su entorno. Reich se refería a la estructura psíquica de cada individuo, que tiene su expresión política en la psicología de las masas.
7. Reich tenía razón: ““La familia autoritaria (lo he escrito varias veces) representa la célula productiva más inmediata y la más importante del pensamiento reaccionario: constituye la fábrica de la ideología y de la estructura reaccionarias”… “La dominación comienza en los primeros años de vida del individuo con la represión de los instintos sexuales del niño y adolescente, aplicando la prohibición, los castigos y el remordimiento. Se trata de una técnica muy eficaz porque “la inhibición sexual es el medio de ligar al individuo con la familia”.
8. Pues sí, la derecha como Hitler, Mussolini, Franco, la Iglesia, aunque no se identifiquen en nada con los intereses de los explotados, aunque no luchen por la igualdad, también pueden hablarle a las masas y entusiasmarlas. Manipulan a las masas hablándoles de lo correcto del individualismo, que cada quien defienda sus intereses privados, combatiendo el colectivismo, al Estado, al comunismo; defendiendo a la familia autoritaria y la propiedad privada; justificando las ganancias empresariales y la acumulación capitalista. (15/IV/17)
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