14 Abr 2017 - 4:51 PM
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, tuvo que disculparse por decir que Hitler no usó armas químicas, obviando, al parecer, los millones de judíos que murieron en las cámaras de gas.
Adolfo Hitler vuelve a ser protagonista (y eso que murió hace 72 años). En medio del rifirrafe que se ha generado tras el bombardeo de una base siria por parte de Estados Unidos, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, se refirió brevemente a Hitler: "Ni alguien tan despreciable como Hitler usó armas químicas en la Segunda Guerra Mundial". Un periodista le pidió explicaciones y Spicer, en vez de arreglarla, la empeoró: "Creo que en lo que respecta al uso del gas sarín, él no usó el gas (contra) su propia gente de la misma forma que (el presidente sirio) Assad lo está haciendo", señaló. Y, aunque, en parte, tenía razón, parecía que Spicer obviaba el hecho de que millones de judíos murieron en cámaras de gas construidas por el Tercer Reich.
Spicer tuvo que salir a disculparse, primero, por medio de un comunicado. "De ninguna forma estaba tratando de minimizar la naturaleza horrenda del Holocausto. Estaba tratando de hacer una distinción sobre la táctica de usar aviones para dejar caer armas químicas sobre centros poblados. Cualquier ataque contra personas inocentes es reprobable e inexcusable", explicó Spicer. Luego, en entrevista con CNN, dijo que su declaración "fue un error. Mi objetivo entonces y ahora es mantenerme enfocado en Assad y así debería haber sido; me aseguraré de apegarme a mi línea cuando hable de eso". Pero sus palabras no impidieron que algunos, como el Centro Anne Frank, pidieran su renuncia: "(Spicer) carece de la integridad para servir como secretario de prensa de la Casa Blanca y debe ser despedido por Donald Trump inmediatamente", dijo el Centro.
Hasta Alemania se quejó: "Cada comparación de las situaciones actuales con los crímenes del nacionalsocialismo no conduce a nada bueno", sostuvo Steffen Seiber, portavoz de la canciller Angela Merkel. Pero hay que decirlo: Spicer no se ha sido el único que se ha referido a Adolfo Hitler en los últimos meses. La cabeza del Tercer Reich ha sido mencionado este año más de lo que pareciera normal, casi siempre, para deslegitimar a alguien. En otros casos, no se hace referencia a Hitler pero sí al nazismo. Como lo hizo recientemente el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, para criticar a Alemania por no dejar que funcionarios turcos hicieron proselitismo en Alemania a favor de un referendo con el que Erdogan busca obtener un mayor poder del que ya tiene.
“¡Eh, Alemania! Tus prácticas no tienen nada que ver con la democracia, al contrario, lo que haces no se diferencia de lo que hacían los nazis”, expresó Erdogan en su momento. La canciller alemana Angela Merkel tuvo que salir a pedirle respecto a su homólogo turco: "Esas comparaciones de Alemania con el nazismo deben terminar. Ellas son indignas para las estrechas relaciones que existen entre Turquía y Alemania y para nuestros pueblos”, dijo la canciller. “Comparaciones con el régimen nazi solo han servido para minimizar los crímenes cometidos por el nacionalsocialismo. ¡No las permitiremos y deben terminar!". Erdogan calificó también de nazi al gobierno holandés por lo mismo por lo que arremetió contra Berlín.
Pero el de Spicer y Erdogan son apenas dos de los tantos casos en los que se recuerda a Hitler pese a los 72 años que han pasado desde su muerte. Comparar a Hitler y al nazismo con alguien o con un movimiento se ha vuelto costumbre: por ejemplo llamar feminazis a las feministas. Hay hasta una regla para eso: la Ley de Godwin: "A medida que una discusión en línea se alarga, la probabilidad de que aparezca una comparación en la que se mencione a Hitler o a los nazis tiende a uno", reza la ley, propuesta por el abogado estadounidense Mike Godwin. El mismo Godwin se refirió a las declaraciones de Spicer: "Hasta la fecha, estas están siendo mis peores Pascuas", sostuvo. Y pareciera que no va a mejorar.
Y es que el ascenso de gobiernos conservadores alrededor del mundo ha hecho a muchos recordar a Hitler. Mi Lucha, el libro que Hitler escribió antes de su ascenso al poder, sigue siendo un éxito de ventas. Y la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial tras el bombardeo en Siria por parte de Estados Unidos no ha hecho sino estimular estas ventas. La Ley de Godwin se va a seguir cumpliendo, incluso, por parte de dirigentes como Erdogan o funcionarios como Spicer.
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