Llama la atención toda la importancia y utilización que ha dado la prensa a la persecución y aprisionamiento de José López, exsecretario de Obras Públicas, esmerándose en señalar todos los detalles. En largos monólogos, los canales y las radios ocuparon prácticamente todas las horas de transmisión, repitiendo las mismas imágenes, suministradas al parecer por la misma fuente. Se trata -dice la Justicia locuaz- de “enriquecimiento ilícito” con intento de “lavado de dinero”.
Hubo pronunciamientos de gente que temió que el aluvión pudiera arrastrararlos sin tener nada que ver en el asunto. Entre esos pronunciamientos, oficiales y de oposición, nadie expresó dudas sobre la rareza fantasiosa y teatral del acontecimiento: bolsas arrojadas de noche, por un tapial, por parte de quien tenía llave de acceso a la puerta del monasterio; oído penetrante de un vecino, a las 3 de la mañana, para escuchar el “estrépito” de bolsas con dinero que se arrojaban al jardín del monasterio por sobre la tapia; llamada inmediata al 911 y en minutos llegada de la policía; inocentes y ancianas monjitas identificando al supuesto delincuente como habitual benefactor; rápida actuación de dos policías que se manifiestan víctimas de intento de soborno (enseguida y personalmente felicitados por Macri); orden de detención preventiva para todos los familiares de López y constantes cálculos dispares en el conteo del dinero por la diversidad de sus cotizaciones, con afán de señalar la magnitud del supuesto delito.
Pero sobre todo… ¿Alguien se ha dado cuenta de que hay algo que ha desaparecido absolutamente de los noticiosos de la prensa y de las investigaciones de la Justicia?
¡Sí! Desaparecieron los Panama Papers, y la investigación sobre el aumento extraordinario del patrimonio macrista (108 % en seis meses) entre una y otra declaración jurada, y 18 millones en el paraíso fiscal, que ha prometido reintegrar en el “blanqueo” decretado por él.mismo
Da impresión de una jugada armada detalladamente. Desde luego, aprovechando una oportunidad para insistir en el único pretexto de que dispone el gobierno para explicar su ineptitud en el manejo de la crisis suscitada por sus desaciertos y seguir insistiendo en la “pesada herencia” que no deja de atribuir a la corrupción de todos los exfuncionarios. Y la jugada apunta, delicadamente, alVaticano complicando a las monjitas para vengarse de las actitudes absolutamente medidas y justas del papa Francisco para con el gobierno nacional. Un gobierno que públicamente ha reconocido que normalmente los empresarios “importantes” recurren a guardar su dinero en paraísos fiscales y a entrar en los negocios off shore. Al parecer se trata de una práctica ilegal pero que jerarquiza a quienes la aprovechan.
Al margen de lo que pueda haber de delictivo en la conducta del exsecretario de Obras Públicas, que la prensa sumisa ya ha condenado sin apelación, ¿no es para pensar que la explicación de tantas irregularidades y rarezas denuncia un plan de los servicios de inteligencia con los que sigue activamente relacionado H. J. Stiuso, ex presidente de la SIDE? ¿No estamos en un laberinto muy parecido al armado con el cadáver de Nisman, (al que ya la Cámara de Casación acaba de declarar lejos de toda sospecha de asesinato) en que seguramente, aunque con mucha habilidad “sidistica”, estuvo complicado el presidente “resucitado”? ¿La ansiedad y apresuramiento, ilógico en varios aspectos, por parte de López no está denunciando presiones atemorizantes por parte de los servicios o de otro origen, para provocar, como a Nisman, un temor desmedido no terminado en suicidio pero sí en una especie de entrega incomprensible táctica y racionalmente?
Son algunas preguntas que se me ocurren y seguramente los lectores podrán responder cada uno desde sus propios criterios. Pero, sigo preguntando: ¿es menos delictivo tener 18 millones en un paraíso fiscal y haber aumentado el patrimonio en apenas seis meses, de 52 millones a 110, que esto de llevar ocho millones de dólares como donación a un convento? Cuando en los 70 los dictadores de Haití Francois Duvalier y su hijo hicieron importantes donaciones a la obra de laMadre Teresa de Calcuta que ésta agradeció públicamente ¿no se trató de un lavado parecido al intentado por José López, del que puede haberse contagiado? Con Milagro Sala prisionera sin delito como decisión vengativa contra su compromiso con los pobres, y cansados ya del despliegue escenográfico con Lázaro Báez, ¿por qué no se dejan de perder el tiempo y se preocupan de idear soluciones para los obreros, los ancianos, los empobrecidos, los docentes, los desocupado, los chicos hambrientos?
¿Hasta cuando seguirá la impunidad social para los engaños oficiales: con números arreglados, promesas de futuro venturoso, falseamiento del sentido de las palabras: como “pobreza cero” (los pobres a cero) “empleos de calidad” (despidos por miles) “socialismo popular” (autoritarismo represivo y protocolo antipiquetes) “unión entre argentinos” (destrucción de conquistas laborales, culturales y comunitarias para enfrentar las conquistas logradas y a las personas que fueron clave o beneficiarios de esos logros)?
Confianza, paciencia, esperanza son virtudes que se piden y el pueblo acepta resignadamente, mientras no se pretenda convertirlas en dependencia, injusticia o defraudación.
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