No importa el resultado de la reunión del Consejo Permanente de la OEA, no importa que se decida, pero lo que sí le quedará claro al “dictadorzuelo”, es que el mundo ya no está para dictadores
Y es irrelevante que se vistan de demagogos, populistas, o socialistas, y mucho más que luzcan etiquetas de seudodemócratas “participativos” y “protagónicos”, pues lo que interesa a los ciudadanos que habitamos el siglo XXI, es que se respeten los Derechos Humanos, porque lo demás son monstruosas ficciones con las cuales se construyen feroces dictaduras.
Ejemplos que reactualizaron a Stalin, Mao, Pol Pot y Fidel Castro, los de Chávez y Maduro, que despilfarraron la gigantesca riqueza petrolera venezolana en unas políticas sociales que empobrecieron más a los pobres y los tienen hoy al borde de la hambruna.
Y violando sus Derechos Humanos, domesticándolos, sometiéndolos y despotizándolos para proclamar que tenían pueblo y estaban permisados para convertir a Venezuela en su hacienda a perpetuidad.
Hoy todas esas mentiras ruedan hechas añicos y Maduro tiene que dar cuenta a la OEA, la institución emblemática del sistema democrático interamericano que ya descubrió al Maduro de verdad y amenaza con echarlo a la calle, separarlo de sus filas.
Para evitarlo el “dictadorzuelo” tendrá que demostrar lo contrario, que respeta la Constitución venezolana y acata la decisión del pueblo de someterlo a un Referendo Revocatorio que, sin duda, lo destituirá del poder.
De modo que, Maduro está entre la rendición negociada y con condiciones o la compulsiva o pugnaz que lo sacará por un acto de fuerza, que no es otro que la aplicación del Artículo 350 de la Constitución que pone su gobierno y destino en manos del pueblo.
No quisiéramos que Venezuela tenga que verse agitada por tales pronunciamientos de violencia, aunque tenemos que advertírselo a un “dictadorzuelo” y sus secuaces que no quieren darse cuenta que el mundo ya no está para dictadores. @MMalaver
Manuel Malaver
Y es irrelevante que se vistan de demagogos, populistas, o socialistas, y mucho más que luzcan etiquetas de seudodemócratas “participativos” y “protagónicos”, pues lo que interesa a los ciudadanos que habitamos el siglo XXI, es que se respeten los Derechos Humanos, porque lo demás son monstruosas ficciones con las cuales se construyen feroces dictaduras.
Ejemplos que reactualizaron a Stalin, Mao, Pol Pot y Fidel Castro, los de Chávez y Maduro, que despilfarraron la gigantesca riqueza petrolera venezolana en unas políticas sociales que empobrecieron más a los pobres y los tienen hoy al borde de la hambruna.
Y violando sus Derechos Humanos, domesticándolos, sometiéndolos y despotizándolos para proclamar que tenían pueblo y estaban permisados para convertir a Venezuela en su hacienda a perpetuidad.
Hoy todas esas mentiras ruedan hechas añicos y Maduro tiene que dar cuenta a la OEA, la institución emblemática del sistema democrático interamericano que ya descubrió al Maduro de verdad y amenaza con echarlo a la calle, separarlo de sus filas.
Para evitarlo el “dictadorzuelo” tendrá que demostrar lo contrario, que respeta la Constitución venezolana y acata la decisión del pueblo de someterlo a un Referendo Revocatorio que, sin duda, lo destituirá del poder.
De modo que, Maduro está entre la rendición negociada y con condiciones o la compulsiva o pugnaz que lo sacará por un acto de fuerza, que no es otro que la aplicación del Artículo 350 de la Constitución que pone su gobierno y destino en manos del pueblo.
No quisiéramos que Venezuela tenga que verse agitada por tales pronunciamientos de violencia, aunque tenemos que advertírselo a un “dictadorzuelo” y sus secuaces que no quieren darse cuenta que el mundo ya no está para dictadores. @MMalaver
Manuel Malaver
No hay comentarios:
Publicar un comentario