Ines Aizpun.
El mundo debe dar las gracias a Reino Unido es el título de un artículo del periodista John Carlin, publicado en El País.
En un texto inteligente y directo, como son todos sus trabajos, Carlin pone el dedo en la llaga: los ingleses han demostrado que sí, que los pueblos se suicidan y que la política no es un juego frívolo que se resuelve preguntando a quien no tiene los datos para tomar una decisión de tal envergadura.
Se lamenta el analista de la demagogia de los políticos ingleses que, buscando beneficios personales y más poder, prometieron un referéndum de consecuencias todavía no calculadas.
Y una segunda lección: los jóvenes británicos que hoy echan en cara a sus mayores haberles sacado de la Unión Europea, limitando así sus posibilidades de trabajo y futuro... no fueron a votar. Lección aprendida. Dar por hecho la libertad y la democracia es un grave error.
El populismo no tiene ideología. En Inglaterra el conservador Cameron, en España los “progresistas” de Podemos, hacen gala de la misma irresponsabilidad a la hora de prometer y de tratar de ganar las batallas electorales sin pensar en la verdadera guerra: los problemas de un modelo de sociedad que el resto del mundo ve como ejemplo (mejorable) de una sociedad próspera y hasta hace pocos años, la más igualitaria.
Se supone que las democracias representativas nos llevan a votar para que gente dedicada a eso, a gobernar, tome decisiones. Unas serán bien aceptadas, otras no. Lo que está demostrado es que el populismo fracasa siempre.
IAizpun@diariolibre.com
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