Cuentan que el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina utilizó toda su saña, cinismo y teatralidad para matar al laureado escritor Ramón Marrero Aristy. Su hija y su viuda sobrevivieron a la tenaz persecución del tirano, que fue como una película de terror en la vida real. Ellas piden que se cree conciencia para evitar que jamás vuelva una dictadura.
Belisa Mejía viuda Marrero describe lo que su familia y el pueblo sufrieron: “Todo lo malo que digan de la era de Trujillo es poco, para describir realmente lo que sucedió. Y no tanto Trujillo, sino la gente que lo rodeó. ¡Cuántos crímenes, cuántos presos! Marrero se quejaba amargamente de la gente que llevaban y torturaban en la cárcel La Cuarenta. Tú sabes los jóvenes que estropearon en esa cárcel. Esa fue la cosa más mala que este país ha tenido. Esa época no puede volver aquí, nunca jamás”. Estas reflexiones de la distinguida dama están recogidas en el libro del periodista Manuel Nova, titulado “Ramón Marrero Arisy: El Negro más Caro de Trujillo”.
Nova pone en mano de los lectores una excelente obra, donde revela aspectos desconocidos sobre la vida y muerte de Aristy, sus dotes de periodista y escritor. Manuel Nova hace justicia, pues a pesar de ser secretario de Estado de Trabajo, hombre de la entera confianza de Trujillo, su muerte pasó desapercibida, además de ser un novelista desconocido para la nueva generación.
Probablemente el crimen no tuvo resonancia en el tiempo debido a que ocurrió casi junto con la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo y después el asesinato de las Hermanas Mirabal. Fue asesinado el 17 de junio de 1959.
Para que el crimen quedara inscrito en la mente y el corazón de la familia como tinta indeleble, Trujillo ordenó que fuese asesinado el día del cumpleaños número ocho de su amada hija, Belisa (Belisita). El intelectual había programado de forma entusiasta el cumpleaños y ya los invitados comenzaban a llegar, pero el regalo que le llegó a la niña fue su padre en un ataúd.
“…Las amiguitas mías llegando con sus juguetes, vestidas con sus cretonas; el muerto llegando también. Hasta el día de hoy nunca he celebrado mi cumpleaños. ¿Qué voy a celebrar? La muerte de mi papá”, señala Belisa.
¿Por qué fue asesinado un popular secretario de Estado e íntimo colaborador de Trujillo? Lo primero es que siempre hubo intrigas, envidia por su popularidad y aura intelectual. Muchas figuras internacionales lo alababan. El profesor Juan Bosch en el exilio hizo unas críticas a su impresionante novela Over y razonó que era el joven literato más talentoso de Latinoamérica.
Otra cosa es que el jefe de los Servicios de Inteligencia Militar (SIM), JhonnyAbbes, le atribuye el haber dicho que “algún día un negro iba a ser Presidente”. El tirano no admitía competencia. Atribulado por las conspiraciones en su contra, Marrero encaró al tenebroso Abbes, al que acusó de ser “un chismoso sin talento”.
Lo que colmó la copa fue que Abbes lo culpó de haber ofrecido informaciones al periodista polaco-norteamericano del New York Times, TadSzulc, quien había publicado un reportaje criticando las injusticias que cometía el régimen con los trabajadores campesinos.
Fue llamado al Palacio Nacional y allí fue torturado y asesinado por el propio dictador. Inmediatamente mataron su chofer y a ambos los montaron en su vehículo y lo lanzaron por un precipicio de la carretera de Constanza, simulando un accidente.
En un acto de teatralidad, durante una reunión en el Palacio Nacional, le informaron a Trujillo sobre su muerte y éste puso cara de asombro y comentó, para que todo el mundo escuchara: “¿Y qué hacía Marrero por Constanza?” Calificó al escritor como su amigo y fiel colaborador. Dio “el más sentido pésame” a la viuda y le ofreció una diputación, que ella rechazó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario