Saludos:
- Los Héroes Sobrevivientes.
- Funcionarios.
-
Directivos de las Fundaciones.
-
Personalidades.
- Representantes
de la prensa.
-Público
asistente.
(Referencia
a la fundadora fallecida, Agripina Olivier, y Modesta)
Señoras
y Señores, Apreciados todos,
Como
todos los años, nos reunimos hoy para conmemorar esta vez el quincuagésimo
séptimo (57) Aniversario de la gesta expedicionaria de Constanza, Maimón y
Estero Hondo.
Y
como todos los últimos años hemos hecho uso de esta tribuna y de este, para
nosotros, sagrado escenario, extensión oficial del Panteón de la Patria, para
reflexionar y elevar nuestra voz ante lo que consideramos los reclamos y las
preocupaciones más legítimas por el curso y devenir de nuestro país y
especialmente del sistema democrático dominicano.
Comparto
la opinión externada hace 15 días, por el Arq. Carlos Báez
Brugal en el pasado acto de recordación de la gesta del día luz, del 30
de Mayo del 1961, en que el Arq. Báez señaló que la democracia que tenemos no
es la democracia por la que se sacrificaron tantos héroes y mártires de la
lucha contra la tiranía de Trujillo, contra el funesto triunvirato golpista,
contra la invasión Yanqui en la revolución de Abril y contra el régimen
despótico de los 12 años.
Nuestra
democracia, si bien ha mantenido y consolidado la libertad de expresión y de
asociación política, en muchos aspectos claves y vitales para una democracia
auténtica parece estar retrocediendo o involucionando.
Decíamos hace un año que para que una democracia sea
auténtica, debe haber una verdadera división de Poderes, que se balanceen y se contrapesen.
Pero además, otro elemento clave es que existan partidos políticos que
practiquen la democracia interna y los viejos partidos de hoy tienen menos
democracia interna que la que tenían en los años 80 y 90. Tienen menos
definición o identidad ideológica que la que tuvieron en esas épocas y han
terminado convirtiéndose en maquinarias electorales, disputándose el botín que
otorga el poder del Estado. Si algo refleja esa involución de los partidos, fue
el acuerdo electoral de los tres grandes partidos que dominaron el escenario
político de estos 50 años, en lo que constituyó la consumación de un sainete
histórico y surrealista de la política nacional donde el PRD se alió al PLD y
donde la fracción mayoritaria del viejo PRD hoy PRM se alió con el Partido
Reformista, en un proceso donde se dieron muchos
actos de transfuguismo, sin precedentes en las últimas décadas.
El más reciente elemento de ese proceso de involución y retroceso
lo constituyen las últimas elecciones.
Hay que comenzar por destacar que uno de los principales avances
democráticos de la reforma constitucional de 1994 fue la separación de las
elecciones congresionales y municipales de las presidenciales. Los viejos
partidos, y no pocos sectores de la sociedad, esgrimieron que eso mantenía al
país en un exceso de politiquería cada dos años y en la reforma constitucional
de 2010 se revirtió aquel avance de la manera más conveniente para los actuales
diputados y senadores, que se quedaron seis años en sus puestos.
Con la reunificación de las elecciones congresuales y municipales,
junto a la presidencial, el pasado proceso electoral se convirtió en una
jornada larga y difícil, en particular su escrutinio, y ése ha sido uno de los
principales factores que contribuyeron a estas elecciones traumáticas y
decepcionantes.
Pero más determinante aún, en este proceso de involución
democrática fueron:
-El uso y abuso de los recursos del Estado en el más desinhibido
clientelismo y activismo político.
-La compra de cédulas y de la voluntad de los electores en
magnitudes sin precedentes.
-La parcialización de la Junta Central Electoral, controlada por
un miembro del partido de gobierno, quien hizo alardes de su prepotencia y
arrogancia. A esto se le puede añadir el dispendio exagerado y los costos de un
proceso electoral en el que se malgastó una fortuna comprando unos equipos
electrónicos que no sirvieron o no se pudieron usar por la ineficiencia y el
desorden administrativo de la JCE y que además se le compraron a una compañía
cuestionada en España y otros países por sus inconductas, tal y como denunció
el medio digital El Grillo (gravísima denuncia de la que no hicieron eco los
medios de comunicación tradicionales). Sin lugar a dudas, la credibilidad de
esta Junta no se puede comparar con la que presidió el Lic. Estrella Sadhalá en
las elecciones del 1996 o la que presidió Bonelly en el año 2000.
Entre todos los aspectos decepcionantes y cuestionables de las
pasadas elecciones, he destacado de forma particular el hecho que todavía hoy a
solo un día para que se cumpla un mes de las elecciones, la Junta Central
Electoral no ha publicado los resultados por provincias, por municipios y por
circunscripciones de la boleta A (la boleta presidencial). Todo el tiempo nos han
dado los resultados de esa boleta con los totales nacionales, y desde las 7 de
la noche del día de las elecciones, con apenas pocas decenas de colegios
electorales computados, nos dieron un resultado de los porcentajes obtenidos
por cada candidato (62% Danilo, 35% Luís Abinader, etc.) que no varió salvo por
décimas de un uno por ciento hasta llegar al cien por ciento, algo que nos
atrevemos a decir que no tiene ninguna lógica matemática ni estadística, y que
siembra dudas adicionales a todo el proceso.
Señores, nuestra democracia, nuestro sistema político, tiene que
ser revisado y cambiar su rumbo. La separación de poderes, principio
fundamental de la democracia debe garantizarse si éste ha de ser un “Estado
Social y Democrático de Derecho” tal como afirma nuestra constitución, y sin
embargo lo que hemos visto es una concentración de poderes del 1996 al
presente.
La separación de poderes no será posible a menos que el
“Establishment” político se aboque a aprobar la tan necesitada Ley de Partidos,
así como nueva ley electoral, que entre muchas cosas elimine una vez por todas
el absurdo de que se nos obligue en una misma boleta a elegir a nuestro
diputado arrastrando consigo al senador,
violando así nuestro derecho constitucional a elegir al diputado que queramos,
separado del senador que queramos y distorsionando la voluntad del pueblo.
Tampoco será posible la separación de poderes a menos que las
Altas Cortes se despoliticen y se “despartidisen”, sin una Junta Electoral que
apruebe o no apruebe un partido o una agrupación a su antojo o según le “bajen
líneas políticas”. Sin lugar a dudas la democracia dominicana no aguanta
que sigamos con el Tribunal Superior
Electoral ni con la Junta Central Electoral que tenemos.
Por otro lado, a Los males de nuestra institucionalidad política
se suman los múltiples males que arropan a nuestro país, como la impunidad, el
aumento de la pobreza y la desigualdad social, el deterioro de los servicios de
salud, el deterioro del medio ambiente, el crecimiento de la delincuencia, el
narcotráfico e inseguridad ciudadana.
Todos estos son males que no se pueden combatir adecuadamente con
un sistema político plagado de corrupción, sin un norte ideológico claro, sin
programas y planes estratégicos en beneficio de la institucionalidad y del
desarrollo a largo plazo y donde el mayor interés de quienes gobiernan es el
beneficio y enriquecimiento de los compañeros y perpetuarse en el poder.
No podemos dejar de ponderar que hoy se inició la 47 Asamblea
General de la Organización de Estados Americanos, la tristemente recordada OEA,
en nuestro país. Muchos, seguro desconocen que la OEA constituida formalmente
en el 1948 tuvo entre sus primeras acciones condenar a los gobiernos del
presidente Arévalo de Guatemala, al de José Figueres (Don Pepe) y al de Cuba en
tiempos del presente Grau San Martín, por haber dado apoyo a los exiliados
dominicanos y de centroamericanos en sus intentos de luchas armadas en contra
de la tiranía de Trujillo en los episodios de la frustrada expedición de Cayo Confites
desde Cuba en 1947 y la de la expedición de Luperon desde Guatemala. En esos
momentos la OEA, apoyando el Gobierno de Trujillo, condenó a esos gobiernos por
supuestamente violar el “Sagrado” principio de la no intervención en los
asuntos de otros países. Pero esa OEA no condenó luego la violación de esos
mismos principios de “no intervención” cuando los EE.UU. financiaron y apoyaron
la invasión de Bahía de Cochinos contra Cuba en Abril del 1961 y se olvidaron
de esos principios cuando los Estados Unidos hicieron la bochornosa y criminal
invasión de nuestro país en Abril del 1965 para sofocar el intento del pueblo
de restablecer el gobierno legítimo de Juan Bosch y la constitución de 1963.
No podemos dejar de sumarnos a los que reclaman que la OEA emita
por los menos una resolución pidiendo excusas al país por aquel agravio
histórico. Pero tampoco podemos dejar de mencionar que en el marco del trabajo
de la OEA se creó el Sistema Interamericano de Derechos Humanos del cual
nuestro país forma parte y que procura que los Estados garanticen y respeten
los derechos fundamentales de sus habitantes. Ese mismo sistema ha promovido la
creación de Comisiones de la Verdad en países que padecieron dictaduras
horrendas. En el nuestro aún no se ha podido dar este importante avance para
superar el régimen de impunidad histórica que prevalecido. Por lo tanto,
sumamos nuestra voz al pedido y al clamor de establecer en nuestro país una
Comisión de la Verdad tal y como vienen reclamando el Museo Memorial de la
Resistencia y otra organizaciones.
En un momento en que nos visitan tantos países hermanos y se
invoca la solidaridad entre los pueblos latinoamericanos es pertinente resaltar
que la expedición de junio del 59 es una de las muestras más encomiables de
solidaridad internacional, ya que en esa jornada heroica se incorporaron
hermanos cubanos, hermanos venezolanos, puertorriqueños, 2 norteamericanos, 2
españoles y un guatemalteco. Por eso la bandera de esos países nos acompañan
hoy en alto, junto con la dominicana en este monumento y no en vano el 14 de
junio, que es también el cumpleaños del más grande internacionalista
latinoamericano, el inmenso Che Guevara, ha sido propuesto como día de la
solidaridad internacional de América Latina.
¡Loor y gloria eterna a los héroes de Constanza, Maimón y Estero
Hondo de 1959!
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