Mario Álvarez Dugan
El 24 de agosto de 1985, don Mario Álvarez Dugan, quien fuera director de este diario desde 1988 hasta su fallecimiento el 13 de diciembre de 2008, le envió al escritor y político Tony Raful, de forma personal y confidencial, una carta histórica donde hace puntuales aclaraciones sobre la génesis de Radio Caribe, medio utilizado por la dictadura trujillista para sus férreos ataques contra sus adversarios, en específico al presidente venezolano Rómulo Betancourt. También el presidente Joaquín Balaguer recibió ataques.
Esta misiva, que por un tiempo estuvo traspapelada, por cuya razón no pudo ser integrada en la primera edición del libro “De Trujillo a Fernández Domínguez y Caamaño, el azar como categoría histórica, 1930-1965”, fue publicada en una separata de 15 páginas, titulada por su receptor “Carta inédita de Cuchito Álvarez sobre Radio Caribe”.
Esta documentación, escrita por un testigo de excepción, tiene un valor incalculable y, como dice Raful en su nota introductoria, enriquece en la mayor medida posible el conjunto de informaciones que sirve para interpretación y conocimiento de ese proceso histórico.
Don Mario fue director de la emisora en 1961, en sus días finales. Fue “relevado”, como él mismo define, la tarde del 31 de mayo, día de la llegada de Ramfis Trujillo al país desde París, tras la muerte de su padre. Anteriormente, fue director del periódico “La Nación”.
Querido amigo. Lo primero que don Mario aclara es que la emisora Radio Caribe fue un proyecto concebido y desarrollado por Johnny Abbes García, jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, quien entusiasmó al dictador sobre la creación de una Radio Nacional, como se llamó originalmente, con los fines primarios de ser una emisora comercial.
Esta noticia creó roncha en Petán Trujillo, hermano del tirano, quien entendió que sus intereses en la televisora La Voz Dominicana se verían afectados, relata el veterano periodista.
Tras la autorización de Trujillo, Abbes adquirió equipos Gates, los más modernos de la época, incluyendo una planta de 50 kilos de potencia, de onda corta.
El primer director fue el cubano Miguel Agustín Gacel, explica don Mario. Gacel era un exiliado anticastrista, representante de los intereses de la mafia de los casinos de juego, en Cuba, vinculado a Joseph Kennedy, padre del expresidente de Estados Unidos, John F. Kennedy. Gacel tenía, además, un hijo que pertenecía al SIM en el extranjero.
Don Mario Álvarez relata que las emisiones de pruebas eran dirigidas contra Rómulo Betancourt, con acusaciones de homosexual.
“Esas emisiones eran escuchadas perfectamente en Caracas hasta en la radio de los carros”, relata.
Esta situación produjo la visita del senador de Florida, George Smathers, a Trujillo, por solicitud de Betancourt, especie inteligentemente minimizada por el dictador, tras explicar que eran sólo emisiones de prueba.
“Smathers llegó a decir a Trujillo que creía posible una especie de pacto de no agresión. Es decir, que Betancourt cortara los ataques radiales contra Trujillo, si aquí se hacía lo mismo desde la ‘radio clandestina’.
“Trujillo se habría negado a pactar, y una noche en su caminata por la avenida George Washington afirmó que su pelea con Betancourt era ‘a muerte’. Tal y como finalmente ocurrió”, dijo. El senador le citó a Trujillo los inconvenientes económicos y políticos de operar una radio nacional y fue entonces cuando el dictador le ordenó a Abbes abandonar el proyecto, pero el astuto coronel le convenció de crear una emisora comercial, disfrutando de los anuncios de las empresas de Trujillo, una asignación de 10 000 pesos mensuales del Partido Dominicano y de 30 000 de la Tesorería Nacional. Esta asignación -dice don Mario- le fue quitada a Radio Caribe por órdenes de Joaquín Balaguer, dos días después de la muerte de Trujillo.
Abbes convirtió Radio Caribe, ubicada en el parque Hostos, en un modelo de emisora, con un Departamento de Prensa calificado y un cuerpo de locutores conformado por los mejores del país. Él se encargaba de escribir los editoriales, cuyos temas, en muchas ocasiones, eran sugeridos por Trujillo.
“Se constituyó en un rotundo éxito, pues tenía una programación formidable y profesional, se transmitía en varios idiomas, sin política -aunque suene raro- y sin los consabidos elogios al dictador”, explica el periodista.
De nuevo una emisora política. El 26 de julio de 1960, Abbes García escribió un artículo elogiando la revolución castrista y a su líder Fidel Castro, comentario con el que entran de nuevo los temas políticos a la emisora, y a seguidas, los ataques contra el entonces “presidente” Joaquín Balaguer, con la intención de que renunciara al cargo y que el Congreso repusiera a Trujillo.
Abbes, desde su emisora, era hostil contra la política norteamericana y la Iglesia católica; adquirió tanto poder que varios sacerdotes se pusieron a su servicio y durante una Semana Santa, en lugar de sonar música sacra ordenó merengue y guaracha.
La muerte de Trujillo, puntualiza don Mario, puso final a la aventura de Abbes. Balaguer le quitó todo el poder y exigió que fuera expulsado del país, enviándolo al “exilio dorado” con un nombramiento de cónsul dominicano en Japón.
Esta misiva, que por un tiempo estuvo traspapelada, por cuya razón no pudo ser integrada en la primera edición del libro “De Trujillo a Fernández Domínguez y Caamaño, el azar como categoría histórica, 1930-1965”, fue publicada en una separata de 15 páginas, titulada por su receptor “Carta inédita de Cuchito Álvarez sobre Radio Caribe”.
Esta documentación, escrita por un testigo de excepción, tiene un valor incalculable y, como dice Raful en su nota introductoria, enriquece en la mayor medida posible el conjunto de informaciones que sirve para interpretación y conocimiento de ese proceso histórico.
Don Mario fue director de la emisora en 1961, en sus días finales. Fue “relevado”, como él mismo define, la tarde del 31 de mayo, día de la llegada de Ramfis Trujillo al país desde París, tras la muerte de su padre. Anteriormente, fue director del periódico “La Nación”.
Querido amigo. Lo primero que don Mario aclara es que la emisora Radio Caribe fue un proyecto concebido y desarrollado por Johnny Abbes García, jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, quien entusiasmó al dictador sobre la creación de una Radio Nacional, como se llamó originalmente, con los fines primarios de ser una emisora comercial.
Esta noticia creó roncha en Petán Trujillo, hermano del tirano, quien entendió que sus intereses en la televisora La Voz Dominicana se verían afectados, relata el veterano periodista.
Tras la autorización de Trujillo, Abbes adquirió equipos Gates, los más modernos de la época, incluyendo una planta de 50 kilos de potencia, de onda corta.
El primer director fue el cubano Miguel Agustín Gacel, explica don Mario. Gacel era un exiliado anticastrista, representante de los intereses de la mafia de los casinos de juego, en Cuba, vinculado a Joseph Kennedy, padre del expresidente de Estados Unidos, John F. Kennedy. Gacel tenía, además, un hijo que pertenecía al SIM en el extranjero.
Don Mario Álvarez relata que las emisiones de pruebas eran dirigidas contra Rómulo Betancourt, con acusaciones de homosexual.
“Esas emisiones eran escuchadas perfectamente en Caracas hasta en la radio de los carros”, relata.
Esta situación produjo la visita del senador de Florida, George Smathers, a Trujillo, por solicitud de Betancourt, especie inteligentemente minimizada por el dictador, tras explicar que eran sólo emisiones de prueba.
“Smathers llegó a decir a Trujillo que creía posible una especie de pacto de no agresión. Es decir, que Betancourt cortara los ataques radiales contra Trujillo, si aquí se hacía lo mismo desde la ‘radio clandestina’.
“Trujillo se habría negado a pactar, y una noche en su caminata por la avenida George Washington afirmó que su pelea con Betancourt era ‘a muerte’. Tal y como finalmente ocurrió”, dijo. El senador le citó a Trujillo los inconvenientes económicos y políticos de operar una radio nacional y fue entonces cuando el dictador le ordenó a Abbes abandonar el proyecto, pero el astuto coronel le convenció de crear una emisora comercial, disfrutando de los anuncios de las empresas de Trujillo, una asignación de 10 000 pesos mensuales del Partido Dominicano y de 30 000 de la Tesorería Nacional. Esta asignación -dice don Mario- le fue quitada a Radio Caribe por órdenes de Joaquín Balaguer, dos días después de la muerte de Trujillo.
Abbes convirtió Radio Caribe, ubicada en el parque Hostos, en un modelo de emisora, con un Departamento de Prensa calificado y un cuerpo de locutores conformado por los mejores del país. Él se encargaba de escribir los editoriales, cuyos temas, en muchas ocasiones, eran sugeridos por Trujillo.
“Se constituyó en un rotundo éxito, pues tenía una programación formidable y profesional, se transmitía en varios idiomas, sin política -aunque suene raro- y sin los consabidos elogios al dictador”, explica el periodista.
De nuevo una emisora política. El 26 de julio de 1960, Abbes García escribió un artículo elogiando la revolución castrista y a su líder Fidel Castro, comentario con el que entran de nuevo los temas políticos a la emisora, y a seguidas, los ataques contra el entonces “presidente” Joaquín Balaguer, con la intención de que renunciara al cargo y que el Congreso repusiera a Trujillo.
Abbes, desde su emisora, era hostil contra la política norteamericana y la Iglesia católica; adquirió tanto poder que varios sacerdotes se pusieron a su servicio y durante una Semana Santa, en lugar de sonar música sacra ordenó merengue y guaracha.
La muerte de Trujillo, puntualiza don Mario, puso final a la aventura de Abbes. Balaguer le quitó todo el poder y exigió que fuera expulsado del país, enviándolo al “exilio dorado” con un nombramiento de cónsul dominicano en Japón.
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