Segundo Imbert Barrera: un auténtico héroe de las luchas contra Trujillo (1-2)

Juan Ventura

El reconocido novelista peruano, Mario Vargas Llosa en su obra titulada La fiesta del chivo, ha colocado en el lugar que se merece la figura conspicua del puertoplateño  Segundo Imbert Barrera.

El exmayor Segundo Imbert Barrera, ha sido vilipendiado por su vinculación en los primeros 17 años de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina. También se le quiso imputar su participación en el asesinato de las hermanas Mirabal Reyes y su chofer Rufino de la Cruz, en el año de 1960, estando él aún preso en la cárcel trujillista.

El autor de la novela La guerra del fin del mundo se expresa de la siguiente manera sobre el hermano de uno de los que participó del complot del 30 de mayo de 1961, don Antonio Imbert Barrera: “¿Cómo podía estar alguien que, confiado en una promesa de amnistía, dejó Puerto Rico, donde tenía una buena situación trabajando para la familia Ferré en Ponce, y volvía a su tierra a descubrir que lo esperaban para juzgarlo por el supuesto crimen de un sindicalista cometido en Puerto Plata hacía siglos, y condenarlo a treinta años de cárcel?  ¿Cómo podía sentirse un hombre que si mató lo hizo por el régimen y al que, en premio, Trujillo  tenía ya en cinco años pudriéndose en una mazmorra?”.

El exmayor Segundo Imbert Barrera fue un auténtico héroe de las luchas contra Trujillo; antes  de la frustrada expedición de Cayo Confites, en el año 1947, a través de su pariente y amigo de infancia Fernando Spignolio Mena, entró en contacto con el Frente Interno de Puerto Plata, prestándole su cooperación. Ambos eran personas inteligentes, valientes,  con cualidades de líderes y sin miedo para la acción.

No se puede negar de la colaboración que hizo Segundo Imbert al régimen dictatorial de Trujillo, en los primeros años en que le sirvió a éste en varias localidades del país y, muy especialmente, en Santo Domingo, San Pedro de Macorís y su ciudad natal de Puerto Plata, en su calidad de militar. Actuó de la manera como lo hizo contra los opositores al gobierno porque así se le enseñó  actuar. Esa fue la enseñanza que le hizo la dictadura.

Los escritores e historiadores que se han referido al exmayor Segundo Imbert Barrera, nada más se refieren a la vida de éste sobre su vinculación con el dictador Trujillo y no dicen nada en cuanto a sus últimos años en contra de la dictadura de Trujillo. Este fue asesinado en la cárcel de La Victoria, el 2 de junio de 1961, después del ajusticiamiento de Trujillo y su cadáver fue tirado al mar. Se le ha querido ignorar. Es hora ya que se le coloque en el lugar que se  merece. Es cierto, que cometió errores.

Pero también es bueno consignar, que supo rectificar y apoyar las luchas contra la dictadura de Trujillo. Murió dignamente por sus luchas en favor de las causas de un mejor porvenir para el pueblo dominicano.

Es una pena y vergüenza que mucha gente que colaboró con la dictadura de Trujillo y que jamás combatió  aquel régimen oprobioso, existan calles y avenidas con sus nombres en algún sitio del país. Hubo otros que después del ajusticiamiento del dictador en 1961, siguieron colaborando con los remanentes del trujillismo y en su honor existen amplias calles y avenidas. Como dice Andrés L. Mateo: “En un país en el cual las calles están rotuladas con los nombres de tantos canallas a quienes nadie debería recordar…”.

El exmayor Segundo Imbert Barrera, oriundo de Puerto Plata, nació e 3 de noviembre del año 1918 y quien fuera nieto del restaurador, tres veces gobernador de Puerto Plata y vicepresidente de la República, general Segundo Francisco Imbert Delmonte y biznieto del principal líder de las batallas de Santiago del 30 de marzo de 1844 y de Beller, general José María Imbert. Hijo de los señores Segundo Manuel Imbert Mesnier y de María del Consuelo Barrera Steinkoff. El matrimonio Imbert—Barrera, además procreó los hijos: María Isabel Consuelo, Aída María y Antonio Cosme Imbert Barrera.

Era un hombre de unos 5 pies y 8 pulgadas, de buena presencia, calva incipiente, pelo excesivamente cortado, simpático, accesible, líder militar, que de haber sobrevivido a la dictadura de Trujillo hubiese sido uno de los conductores del Ejército Nacional.

Segundo Manuel Imbert Barrera, contrajo nupcias con la señorita Martha Beatriz Brugal Mateos, por ante la Oficialía del Estado Civil del Municipio de Puerto Plata, el 14 de febrero de 1942 y tuvieron los hijos: Segundo, Martha, Silvia y Carmen Imbert Brugal, todos ellos profesionales, en diferentes ramas del saber humano.

El mayor del Ejército Nacional, Segundo Imbert desde el año 1947 se involucró en las luchas contra la dictadura de Trujillo, en compañía de Fernando Spignolio, Fernando Suárez, Félix La Hoz, José Augusto Puig Ortiz y otros tantos.

A finales del año 1947, después del fracaso de la invasión de Cayo Confites, cayó preso Fernando Spignolio. Este fue denunciado por su vinculación a dicha Invasión. Posteriormente fue libertado.

Hipólito Tavárez Ventura (a) Papito Pían, fue un dirigente obrero portuario que estuvo en los primeros años vinculados a las luchas contra Trujillo. Posteriormente vivió algunos años en New York. A su regreso al país dio un giro de 180 grado y se puso al servicio de la dictadura de Trujillo. Estaba al tanto de las luchas  de Spignolio y Papito Pían chantajeaba a éste, a la familia Bordas con dinero, por cuyo motivo Spignolio se acercó a Segundo Imbert Barrera, y obtuvo de éste, el encarcelamiento de Papito Pían y envío a la Capital, acompañado de un informe, recomendado por Imbertt Barrera, en el cual se destacaba su peligrosidad, siendo ejecutado con toda premura en la fortaleza Ozama.  Esa fue una actuación que pone en alto la conducta del Mayor Segundo Imbert Barrera.

Las armas que eran traídas del extranjero a Puerto Plata por el capitán de barco Félix La Hoz, entraban por el puerto y por las costas de Puerto Plata con el consentimiento tácito  del mayor Segundo Imbert Barrera. Dichas armas serían utilizadas por los miembros del Frente Interno de Puerto Plata.

El dictador Trujillo llegó a sospechar que el mayor Segundo Imbert estaba involucrado en una intentona en contra de su régimen. Este fue trasladado desde la comandancia de la Fortaleza San Felipe de Puerto Plata, en el año 1949 hacia Perdenales, teniendo como segundo en mando al capitán Danilo Trujillo, portador de instrucciones especiales al respecto. Antonio Imbert Barrera, quien era un técnico en mecánica, fue designado Gobernador Civil de la provincia de Puerto Plata, mediante el decreto número 6256, de fecha 30 de julio de 1948.

El Frente Interno de Puerto Plata, que apoyaría los desembarcos de Cayo Confites y Luperón, fue denunciado por el capitán Antonio Jorge Estévez. Los principales cabecillas del mismo fueron asesinados. Posteriormente el capitán Jorge Estévez fue ajusticiado en Cuba por exiliados por su alta traición al movimiento del 1949. Su hermano Antonio Imbert Barrera, a la sazón Gobernador Civil de la provincia de Puerto Plata, fue cancelado de dicho cargo mediante el decreto número 5893, fecha 28 de junio de 1949, siendo designado en su lugar el señor Augusto Ginebra Pelegrín. Como vemos, don Antonio Imbert Barrera fue destituido a los nueve días de la llegada de la Expedición a  Luperón del año 1949.