Por Ubi Rivas
Euclides Gutiérrez Félix, persona de luces tempranas conforme identificó el genio psicológico del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo que lo escogió senador cuando apenas tenía 18 años de edad, quien escribió la más veraz y completa biografía de El Jefe, articulista, catedrático, discursante brillante, en su columna cada lunes de El Nacional del 18 de este mes, reseña los que a su juicio son los tres grades episodios dominicanos del Siglo XX.
Empieza por la abortada expedición por Luperón en 1949 comandada por Horacio Julio Ornes Coiscou, un civil, y aunque cita el secuestro ordenado por Trujillo en 1956 del profesor vasco, agente de la CIA y del FBI, Jesús de Galíndez, en pleno corazón de la Gran Manzana, ese es el segundo gran episodio, porque desde entonces, el imperio entendió que un HDP suyo desertaba de su paraguas protector, declarándose, sin declararse, autónomo.
Las expediciones de Constanza el 19-06-1959 y de Estero Hondo y Maimón, cuatro días después, Euclides no la evalúa como un gran episodio, cuando fue el desencadenante de la gran conspiración de enero 1960, los crímenes horrendos de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, que determinó el ajusticiamiento de El Jefe el 20-05-61, que Euclides silencia.
La revuelta de abril 1965 Euclides asigna el tercer gran episodio, categorizó el más importante del siglo XX dominicano, y Euclides silencia, muy raro, el derrocamiento del presidente Juan Bosch que determinó la revuelta de abril, episodio señero de ese siglo XX.
Evidente que Euclides, historiador peso pesado, aparte de su química igual, redactó ese artículo en evidente desequilibrio ponderativo, que de seguro, adobará en otro artículo reconstructivo.
El último gran episodio que aguarda el país es cómo concluirá el poder el PLD, y sus efectos secundarios, nada halagüeños. Aspiramos sosegados.
Empieza por la abortada expedición por Luperón en 1949 comandada por Horacio Julio Ornes Coiscou, un civil, y aunque cita el secuestro ordenado por Trujillo en 1956 del profesor vasco, agente de la CIA y del FBI, Jesús de Galíndez, en pleno corazón de la Gran Manzana, ese es el segundo gran episodio, porque desde entonces, el imperio entendió que un HDP suyo desertaba de su paraguas protector, declarándose, sin declararse, autónomo.
Las expediciones de Constanza el 19-06-1959 y de Estero Hondo y Maimón, cuatro días después, Euclides no la evalúa como un gran episodio, cuando fue el desencadenante de la gran conspiración de enero 1960, los crímenes horrendos de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, que determinó el ajusticiamiento de El Jefe el 20-05-61, que Euclides silencia.
La revuelta de abril 1965 Euclides asigna el tercer gran episodio, categorizó el más importante del siglo XX dominicano, y Euclides silencia, muy raro, el derrocamiento del presidente Juan Bosch que determinó la revuelta de abril, episodio señero de ese siglo XX.
Evidente que Euclides, historiador peso pesado, aparte de su química igual, redactó ese artículo en evidente desequilibrio ponderativo, que de seguro, adobará en otro artículo reconstructivo.
El último gran episodio que aguarda el país es cómo concluirá el poder el PLD, y sus efectos secundarios, nada halagüeños. Aspiramos sosegados.
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