Por: Luis Scheker Ortiz
e-mail: l.scheker@hoy.com.doLa asombrosa lista de más de 200 testigos que someten Ángel Rondón y Andrés Bautista y ocupa las primeras páginas se lee como gran noticia en espera de que sea abultada por otros tantos inculpados sometidos por actos de corrupción, soborno, desfalco, lavado de activos, contrataciones etc., en el caso de Odebrecht, asesorados por hábiles abogados que juegan al cuento del “Gallo Pelón”, el de nunca acabar, que persigue que el pueblo ya fastidiado se olvide de todo y baje la guardia, lo que no deja de ser peligroso. La Justicia tarda pero llega, como lo demuestra nuestra propia historia
Esa larga lista de testigos (¿?) donde figuran reburujados ex y actuales funcionarios de ayer y de hoy, junto con personas que solo en su casa les conocen, forman parte de una estrategia maniqueista para confundir y vencer por cansancio, pero ningún Juez que se respete, y el magistrado Dr. Francisco Ortega Polanco lo es, que honra su investidura no se prestará a esta grosera manipulación.
No tiene obligación de escuchar todos los testigos que la defensa ofrezca para formarse su íntima convicción, libre de prejuicios sustentada en pruebas inequívocas y concluyentes que nutren el expediente acusatorio.
Como ha sido advertido, la tortilla puede virarse. El modelo de una sociedad anti democrática e injusta, basada en la corrupción, la impunidad, el crimen, la injusticia social y la explotación de las grandes mayorías, no puede sobrevivir al deseo de todo un pueblo decidido a producir un cambio que aliente la fe y la esperanza de verse tratado como seres humanos, que aspira tener igualdad de derechos y protección del Estado, compartir su suerte y de convivir con dignidad y decoro, sin abusos, discriminaciones y atropellos, en paz consigo mismo y con los demás.
Es el ejemplo que nos ofrece la Raza Inmortal, encabezada por Juan Pablo Duarte y los trinitarios cuando decidieron liberarse del yugo opresor y despótico y crear una patria libre, independiente y soberana; de Luperón y los restauradores cuando los traidores vendieron la patria herida, al poder usurpador de España; la misma raza que después de varios intentos, un nutrido grupo de expedicionarios patriotas y valientes, dispuestos a inmolarse, decidieron casarse con la gloria y ponerle fin a la cruel dictadura de Trujillo, del Chacal del Caribe un 14 de junio de 1959, que culmina con el ajusticiamiento del tirano por los Héroes de Mayo, apenas dos años después; y se repite con la gloriosa Revolución de Abril, inspirada por el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez y comandada por el coronel Caamaño y sus leales compañeros y el pueblo unido con ellos en un solo grito, un solo reclamo: el retorno de la Constitución del 63 y de Juan Bosch, presidente, víctima de un nefasto golpe de Estado fascista, que provoca la grosera intervención militar norteamericana convirtiendo la lucha por la libertad y la democracia en guerra patria…
Y así, con sus alzas y sus bajas, la lucha patriótica por la democracia, la libertad y el bienestar de nuestro pueblo, no se detiene
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