Es una escultura construida por la Alemania nazi y Uruguay no sabe qué hacer con ella: un águila rampante, de bronce macizo, de dos metros de alto y 2,80 de envergadura, que mira hacia el frente, tiene sus alas desplegadas, sus plumas marcadas como si fueran una coraza y en sus garras lleva una corona de laureles y una esvástica.
El águila, símbolo del régimen de Adolf Hitler, fue el mascarón de popa del "acorazado de bolsillo" Graf Spee, orgullo de la marina nazi, hundido frente a Montevideo en 1939 tras uno de los grandes combates navales de la Segunda Guerra Mundial, la batalla del Río de la Plata. Extraída del fondo del estuario en 2006, su reaparición abrió una caja de Pandora: ¿Qué debe hacer Uruguay con ella?
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