Después del derrumbe del bloque socialista en Europa, mientras la llamada derecha se fumaba un puro tras otro y hacía negocios, la izquierda se lamía las heridas y maquinaba su regreso.
A partir de 1989, año del desmoronamiento del Muro de Berlín, cualquiera podía ver las obras del ‘socialismo real’: espionaje y delación, campos de concentración, miseria, desastres ecológicos… Incluso se abrieron los archivos y aparecieron muchos documentos que probaban lo que los comunistas y sus cipayos occidentales (Sartre, La Pasionaria, Berlinguer…) ocultaban: el genocidio de Katyn lo perpetraron los soviéticos, Lenin fue el constructor del Archipiélago Gulag, el atentado contra Juan Pablo II lo gestaron los servicios secretos del Pacto de Varsovia, Stalin se repartió con Hitler Europa Oriental, el KGB elaboró el bulo de que el virus del SIDA se creó en un laboratorio de EEUU
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