HIRAM GONZÁLEZ
ASESOR, MOVIMIENTO 30 DE NOVIEMBRE
No todos los países democráticos son prósperos, pero la mayoría de los países prósperos son democráticos. El comunismo es la filosofía de la miseria y la democracia es la filosofía de la esperanza.
No puede la voluntad de un hombre o la de un grupo de hombres contra la voluntad de un pueblo.
La única forma de terminar con la violencia es terminar con la injusticia.
No tratemos de hacer a los hombres iguales, hagamos iguales las oportunidades.
Donde todo es de todos, nadie tiene nada. Se cuida la posesión propia. Se destruye o despilfarra la ajena.
La política es el arte de manipular el pensamiento ajeno.
El hombre abandonado por la sociedad es un enemigo de ella.
La ambición con escrúpulos es una virtud, la ambición desmedida es un peligro.
Si la vida no es para ser útil, no vale la pena vivirla.
No odies al que te ha hecho daño porque si lo haces, te continuará haciendo daño toda tu vida.
Equilibrio social, equilibrio económico y equilibrio político son las bases de la paz, la libertad y la democracia.
Tan importante como el derecho de elegir a un gobernante es el derecho de poder sustituirlo.
La prosperidad de un país es la suma de la prosperidad individual de sus ciudadanos. Un país ocupado en odiar, no tiene tiempo para prosperar.
No hay crimen más horrible que el que se comete a nombre de la Justicia.
No acabaremos con los criminales mientras haya un niño desamparado.
Es malo el capitalismo cuando se encuentra en pocas manos. Dispersémoslo.
Un pueblo que no quiere pagar el precio de la libertad no merece ser libre.
Solamente en un pueblo aislado se puede perpetuar la mentira.
Los dictadores no nacen, ni se hacen, los hacemos.
Los principios tienen que ser de acero templado y no de hojalata, que cambian de forma fácilmente.
Se puede eliminar por la fuerza la libertad de expresión pero jamás la libertad de pensamiento.
No busquemos la riqueza haciendo al rico pobre; sino al pobre rico.
La acción de unos pocos vale más que la apatía de muchos.
Los dictadores consideran que discrepar es un crimen, porque debilita su autoridad; los demócratas creemos que es una virtud porque obliga a la reflexión.
El comunismo destruye el último consuelo del hombre: la esperanza.
La beneficencia fácil y excesiva no disminuye la pobreza, la promueve.
En las democracias la protesta es un deber; en la tiranía es un delito.
El odio y la venganza son los mayores obstáculos para hacer justicia.
La calumnia y la envidia son las armas de los cobardes.
HIRAM GONZÁLEZ
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