Tras el fin de la Guerra Civil española en 1939, 2.200 españoles republicanos exiliados llegaron a nuestro país buscando refugio. Muchos de ellos se encontraban en campos de concentración franceses.
Era 2 de septiembre de 1939 y Winnipeg llegaba al puerto de Valparaíso, Chile, con 2.200 españoles republicanos exiliados tras el fin de la Guerra Civil española.
Tras la derrota del bando republicano español frente a las fuerzas militares, liderada por el general Francisco Franco, miles de hombres y mujeres se vieron obligados a buscar asilo y refugio en otras tierras por motivos políticos e ideológicos, o por temor a represalias por parte del bando vencedor.
Muchos de los refugiados se encontraban en campos de concentración franceses durante el régimen autoritario que se instauró en España durante la Guerra Civil, de 1936 a 1936.
La situación no dejó indiferente al entonces presidente de Chile, Pedro Aguirre Cerda, quien se comprometió a apoyar y financiar el traslado a nuestro país a cierto número de refugiados.
De esta forma, el mandatario designó a Pablo Neruda, entonces cónsul delegado para las inmigraciones españolas en Paris, con el fin de que organizara y ejecutara el traslado de miles de españoles prisioneros en los campos de concentración al sur de Francia.
Catalanes, vascos, andaluces, gallegos, valencianos, madrileños, se subieron al barco carguero Winnipeg que zarpó 4 de agosto de 1939 desde el puerto Francés de Poullac. 2.200 pasajeros de diferentes oficios y profesiones llegaron para que pudieran servir al desarrollo de Chile
Pablo Neruda llamaría a este logro como “su más bello poema”. Los primeros pasajeros en desembarcar llegaron a Arica el 26 de agosto de 1939, mientras que el 2 de septiembre, Winnipeg y el resto de su tripulación llegaron al Puerto de Valparaíso.
Un hecho que hoy cumple 78 años y que se recordará en el Estadio Nacional con una conmemoración a las 18 horas.
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