JUAN OLIVER
La familia Franco mantiene en su poder dos estatuas centenarias de la catedral de Santiago que fueron extraídas de su Pórtico de la Gloria en el siglo XVI, vendidas por un aristócrata al Ayuntamiento de la capital gallega en plena dictadura y supuestamente "regaladas" por éste a Franco, quien decoró con ellas el pazo de Meirás.
Se trata de dos imágenes de Abraham y Ezequiel labradas a caballo de los siglos XII y XIII en el taller del Maestro Mateo, el arquitecto del Pórtico de la Gloria. Ayer, En Marea, el Bloque Nacionalista Galego y Compostela Aberta iniciaron una ofensiva para reclamar al Gobierno que obligue a los herederos de Franco a devolverlas y reintegrarlas en el patrimonio público.
Las dos esculturas pertenecen al imaginario proyectado por el Maestro Mateo en el que se incluyen otras dos de David y Salomón que actualmente ocupan el pretil de la escalinata de la fachada oeste de la catedral. Tras el desmantelamiento de parte de la fachada en el siglo XVI, durante unas obras de restauración, las obras desaparecieron hasta que en 1933, gracias al historiador Fermín Bouza Brey, se localizaron en un pazo propiedad del conde Ximonde, cuya familia las poseía desde al menos finales del siglo XVIII y quien las vendió en 1948 al Ayuntamiento por 60.000 pesetas —unos 26.000 euros al cambio actual— a condición de que no salieran de Santiago.
El Ayuntamiento mantuvo su promesa durante un tiempo y las situó en la escalinata de su sede municipal en el pazo de Raxoi, ubicado en la plaza del Obradoiro, frente a la catedral, hasta que a principio de los sesenta aparecieron en una exposición sobre el arte románico etiquetadas como propiedad de Francisco Franco y procedentes del pazo de Meirás, su residencia de verano en el municipio coruñés de Sada, también expoliada a instituciones y vecinos.
Tras su traslado a la Casa Cornide —el palacete que los Franco expoliaron en pleno casco histórico de A Coruña— han sido expuestas en dos ocasiones: la primera, en el año 2008 en esa ciudad; y la segunda, en la muestra Dominus Iacobi que el Museo del Prado mantuvo abierta en Madrid desde noviembre del 2016 hasta el pasado marzo.
"Es una vergüenza democrática que permitamos que la familia Franco mantenga bienes que fueron expropiados con total impunidad", dijo el pasado jueves Ana Pontón, portavoz nacional del Bloque Nacionalista Galego, durante un acto celebrado ayer por su formación en Santiago frente al Museo de la Catedral.
"Es una vergüenza democrática que permitamos que la familia Franco mantenga bienes que fueron expropiados con total impunidad", dice una representante del BNG
Pontón reclamó la devolución inmediata de las piezas robadas, y fue muy crítica con el Ayuntamiento compostelano, a cuyo alcalde, ex compañero de partido y aliado de En Marea, Martiño Noriega, de Compostela Aberta, acusó de "pasividad" al incluirlo entre los responsables de las administraciones estatales, autonómicas y locales que apenas han movido "un dedo" para recuperarlas.
Noriega contestó ayer con una iniciativa que Compostela Aberta llevará al pleno municipal para reclamar al Gobierno y a la Xunta que promuevan las acciones administrativas y legales oportunas para obligar a los Franco a que devuelvan las estatuas al patrimonio público. Aunque el regidor espera que la moción sea aprobada por unanimidad, PSOE y PP no se han posicionado aún. El portavoz popular en Santiago, Agustín Hernández, pidió ayer a los herederos del dictador un gesto de “humildad”.
Por su parte, el diputado de En Marea Miguel Anxo Fernán Vello presentó este viernes por la mañana en el Congreso una pregunta parlamentaria en la que reclama al Ministerio de Cultura que realice las oportunas gestiones para devolver las esculturas al Pórtico de la Gloria, “Carece de justificación que un Gobierno democrático no se haya preocupado aún de reclamar dichos bienes, sobre todo cuando fueron producto de un auténtico robo”, asegura en su escrito, en el que recuerda que no existe constancia documental alguna del supuesto “regalo” que permitió a los Franco hacerse con ellos.
Hace cinco años, la asociación en defensa del patrimonio medieval gallego O Sorriso de Daniel envió una carta a Carmen Franco Polo, la hija del dictador, en la que le solicitaba la devolución de las imágenes. No obtuvo respuesta positiva, como tampoco la han obtenido las numerosas peticiones de otras instituciones religiosas, culturales y políticas. Los Franco siguen manteniendo la propiedad de numerosos inmuebles, objetos de valor y obras de arte robadas a sus propietarios o sustraídas del patrimonio público durante la Guerra Civil y la dictadura.
Por otro lado, la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica de A Coruña advirtió ayer de que la Fundación Nacional Francisco Franco "se está riendo de Galicia, de su presidente [Alberto Núñez Feijóo] y de todas las instituciones democráticas" tras anunciar que ha cancelado "por motivos de seguridad" las visitas al Pazo de Meirás, cuya gestión le encomendaron los Franco el pasado invierno.
"La FNFF y la familia Franco, que gestionan un espacio declarado Bien de Interés Cultural, no sólo están reiteradamente incumpliendo la normativa al respecto sino que ahora se burlan de las instituciones democráticas, que siguen pasivas incidiendo en la subordinación del Partido Popular a los herederos del dictador", asegura en una nota de prensa la CRMH, que este verano impulsó la creación de una Xunta pro Devolución do Pazo, a través de la cual pretende recuperar ese inmueble para el patrimonio público.
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