Razones
de sobra tuvo la Fundación Héroes del 30 de Mayo al reclamar
el sábado último en el acto del 54 aniversario de la muerte a
tiros del tirano Rafael Trujillo Molina que en el país se haga sentir el
imperio de la ley.
Parece un planteamiento impensable pero es tremenda y hasta dolorosa verdad.
Aquí hay mucha gente que a diario viola las leyes, las normas y procedimientos que están supuestos a regir la vida nacional, causa por la cual no cesan los problemas chiquitos y grandes proyectando un gran desorden social desde violar disposiciones de tránsito, construir ilegalmente, coger dinero ajeno y muchos delitos más.
El ajusticiamiento de Trujillo, tras 31 años de la tiranía más sanguinaria y cruel de nuestra historia, fue en efecto un paso trascendental hacia la libertad.
Pero abundaron y abundan, desde la misma noche del tiranicidio el 30 de mayo de 1961, quienes han entendido y actúan dentro del marco de una conducta de libertinaje.
Por eso hay que valorar el reclamo de la Fundación Héroes del 30 de Mayo de que se haga valer el imperio de la ley.
Mientras tanto recordamos y honramos a los valiosos hombres que participaron en esa acción directamente y a quienes estuvieron comprometidos en la misma para descabezar esa tiranía.
Allí estuvieron en ese episodio histórico, en la hoy autopista 30 de mayo, Antonio de la Maza, Juan Tomas Díaz, Antonio Imbert Barreras, teniente Amado García Guerrero, Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejeda Pimentel y Roberto Pastoriza.
Otros comprometidos en la conspiración no acudieron a la cita por diversas causas, unos porque estaban fuera de la ciudad o tenían el encargo de misiones diferentes dentro del mismo plan.
Un punto importante por lograr es que desde las escuelas y colegios se informe y oriente a nuestros jóvenes sobre la horrible tiranía de Trujillo, que todavía tiene sus secuelas pues están por todos lados los que practican un autoritarismo inconcebible y ansias inconmensurables de poder y dinero al margen de la ley o aprovechándose de ella.
Gratitud eterna a los héroes del 30 de mayo de 1961.
Parece un planteamiento impensable pero es tremenda y hasta dolorosa verdad.
Aquí hay mucha gente que a diario viola las leyes, las normas y procedimientos que están supuestos a regir la vida nacional, causa por la cual no cesan los problemas chiquitos y grandes proyectando un gran desorden social desde violar disposiciones de tránsito, construir ilegalmente, coger dinero ajeno y muchos delitos más.
El ajusticiamiento de Trujillo, tras 31 años de la tiranía más sanguinaria y cruel de nuestra historia, fue en efecto un paso trascendental hacia la libertad.
Pero abundaron y abundan, desde la misma noche del tiranicidio el 30 de mayo de 1961, quienes han entendido y actúan dentro del marco de una conducta de libertinaje.
Por eso hay que valorar el reclamo de la Fundación Héroes del 30 de Mayo de que se haga valer el imperio de la ley.
Mientras tanto recordamos y honramos a los valiosos hombres que participaron en esa acción directamente y a quienes estuvieron comprometidos en la misma para descabezar esa tiranía.
Allí estuvieron en ese episodio histórico, en la hoy autopista 30 de mayo, Antonio de la Maza, Juan Tomas Díaz, Antonio Imbert Barreras, teniente Amado García Guerrero, Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejeda Pimentel y Roberto Pastoriza.
Otros comprometidos en la conspiración no acudieron a la cita por diversas causas, unos porque estaban fuera de la ciudad o tenían el encargo de misiones diferentes dentro del mismo plan.
Un punto importante por lograr es que desde las escuelas y colegios se informe y oriente a nuestros jóvenes sobre la horrible tiranía de Trujillo, que todavía tiene sus secuelas pues están por todos lados los que practican un autoritarismo inconcebible y ansias inconmensurables de poder y dinero al margen de la ley o aprovechándose de ella.
Gratitud eterna a los héroes del 30 de mayo de 1961.
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