Un día como hoy, hace 60 años, Venezuela retomó el camino democrático al caer la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, quien ejerció de forma autoritaria la presidencia del país desde 1952 hasta 1957.
Pérez Jiménez llegó al poder el 2 de diciembre 1952 en sustitución de Germán Suárez Flamerich, quien ejercía el máximo cargo del Ejecutivo para ese entonces. Su nombramiento fue ratificado por la Asamblea Nacional Constituyente que ejercía en el país en aquel entonces.
Durante sus años de gobierno, Pérez Jiménez trabajó bajo el lema del “Nuevo Ideal Nacional”. A pesar de que se realizaron obras e inversiones de gran envergadura como hospitales, autopistas y edificios, la represión militar y las violaciones de los derechos humanos se hicieron presentes desde el principio de su gestión.
Los partidos políticos de izquierda como Acción Democrática y el Partido Comunista de Venezuela quedaron ilegalizados, por lo que sus líderes tuvieron que trabajar desde la clandestinidad para hacer oposición al presidente y sus políticas. Sin embargo, muchos de sus líderes murieron al ser descubiertos por la entonces Seguridad Nacional como, por ejemplo, el dirigente adeco Leonardo Ruiz Pineda.
El punto de quiebre de su gobierno comenzó en 1957 cuando realizó el 15 de diciembre de ese año un plebiscito para que los ciudadanos decidieran si continuaba o no en el poder. La situación provocó indignación en los partidos legales (Copei y Unión Republicana Democrática) y comenzó un proceso junto con las organizaciones políticas clandestinas para oponerse a esta elección y llamar al electorado a abstenerse.
Los ciudadanos salieron tímidamente a votar aquel día. Entre gritos de fraude por parte de la oposición y la tardanza en la entrega de resultados por parte del Consejo Supremo Electoral (hoy Consejo Nacional Electoral), se anunciaron los resultados 24 horas después con el triunfo de Pérez Jiménez en las urnas. Los partidos llamaron a protestar y la represión gubernamental junto con las detenciones fueron agresivas.
La situación se tornó mucho más complicada para el gobierno el 1° de enero de 1958, cuando el Coronel Hugo Trejo y algunos oficiales de Caracas y Maracay se alzaron contra Pérez Jiménez. A las pocas horas el alzamiento fracasó y los implicados fueron apresados.
Los partidos políticos de oposición aprovecharon el alzamiento para realizar distintas acciones de calle, como marchas pacíficas y entrega de panfletos en las principales avenidas del país con mensajes en contra del gobierno militar. Las cárceles se llenaron de miles de presos políticos y la represión fue cada vez más brutal.
El 21 de enero de 1958 se desarrolla una huelga en la prensa nacional en la que ningún medio impreso circuló en el país. Luego, la Junta Patriótica liderada por los opositores más importantes de cada organización política convocaron una huelga general que derivó en enfrentamientos con la policía en horas de la tarde de ese día.
Llegado el 22 de enero, los altos jefes militares se reunieron en la Base Naval de Mamo y en la Comandancia de la Marina y pidieron a Pérez Jiménez su renuncia. Ese mismo día en la noche la Marina y la Guarnición se pronunciaron en su contra.
Sin apoyo militar y con un rechazo por parte de la sociedad civil, Pérez Jiménez huyó la madrugada del 23 de enero de 1958 de Venezuela con destino a República Dominicana donde lo esperaba el entonces presidente de ese país, General Rafael Leonidas Trujillo. Su lugar fue ocupado por una junta militar presidida por Wolfang Larrazábal.
Así tituló el diario Panorama el derrocamiento de Pérez Jiménez
Ese día en horas de la mañana la población salió a festejar la huida de Pérez Jiménez y pidió elecciones democráticas y libres para elegir un nuevo presidente. Eso se cumplió en 1959 cuando Rómulo Betancourt ganó las elecciones.
Desde ese entonces hasta la actualidad, todos los 23 de enero se celebran en Venezuela como un día de júbilo, donde sus ciudadanos recuerdan la importancia de la democracia y el fin de una era de control militar que dirigió al país a lo largo de su historia.
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