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PARAQUENOSEREPITALAHISTORIA .Para los interesados en el tema y los olvidadizos de sus hechos, aquí están para consultar múltiples artículos escritos por diversas personalidades internacionales y del país. El monopólico poder de este tirano con la supresión de las libertades fundamentales, su terrorismo de Estado basado en muertes ,desapariciones, torturas y la restricción del derecho a disentir de las personas , son razones suficientes y valederas PARA QUE NO SE REPITA SU HISTORIA . HISTORY CAN NOT BE REPEATED VERSION EN INGLES

martes, 31 de octubre de 2017

Rafael Augusto Sanchez prominente abogado muerto por Trujillo

Gracias al amigo Juan Carlos Stefan por otro tremendo reportaje historico

León persigue el manuscrito que Franco se llevó de ‘regalo’

Franco junto al alcalde de León, Martínez Llamazares, dirigiéndose a la Diputación, el 11 de julio de 1964. Y detalle de una página del Manuscrito de Astorga. JESÚS -
Franco se llevó un tesoro leonés hace 53 años y, desde entonces, se encuentra en paradero desconocido. La Diputación no sólo acaba de despojar al dictador de todos los honores que le otorgó hace más de medio siglo, sino que quiere saber el paradero del valioso manuscrito que le ‘regaló’. El 11 julio de 1964 Franco llega a León para clausurar el Congreso Eucarístico, un viaje en el que exige beber del Grial en una gran misa celebrada al aire libre en Papalaguinda y del que se lleva un regalo de incalculable valor: el Manuscrito de Astorga.
En cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, la institución que preside Juan Martínez Majo retiraba, durante el Pleno celebrado el pasado día 25, las distinciones concedidas al dictador, al tiempo que deja sin efecto los acuerdos por los que le concedieron, entre otras distinciones, la Medalla de Oro de la Provincia. El diputado de la UPL Matías Llorente exigió en el citado Pleno reclamar a la familia Franco el valioso tratado de pesca de 1672, obra de Juan de Vergara, una auténtica joya bibliográfica. Llorente anuncia que si el equipo de gobierno no adopta las medidas oportunas, presentará una moción para exigir una investigación sobre el paradero del libro. Sin embargo, Martínez Majo asegura que ya está estudiando el caso y que ha pedido un informe para conocer las circunstancias en las que se concedió el ‘regalo’ y ver las posibilidades de recuperarlo.
León podría sumarse a las instituciones que demandan la devolución de bienes a los herederos del dictador. El Ayuntamiento de Santiago, respaldado por el Congreso de los Diputados, reclama a los Franco que entreguen las estatuas de Isaac y Abraham, del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Compostela. Forman parte de los ‘obsequios’ acumulados durante 40 años, que convirtieron a la familia del dictador en una de las más ricas del país.
Un regalo en piel de serpiente
Alejandro Valderas, historiador y responsable del Archivo General de la Universidad, recuerda que la Diputación ya realizó «un informe muy serio» sobre el caso del Manuscrito de Astorga hace más de una década, para averiguar si jurídicamente era posible demandar su devolución. Valderas, exprocurador de la UPL, cuenta que el manuscrito se lo compró la Diputación a la familia de Julio del Campo y luego lo mandó encuadernar, en piel de serpiente, al artesano Saturnino Escudero. Un libro adquirido por la institución —según algunas fuentes, por la suma de 75.000 pesetas de entonces— y que, al parecer, nunca fue inventariado entre los bienes de la Corporación Provincial, lo que podría complicar legalmente cualquier reclamación.
La biblioteca de los Franco
Valderas cree haber reconocido el libro hace años en un reportaje que una revista del corazón dedicó al nieto de Franco Luis Alfonso de Borbón junto a su abuela en un piso de la madrileña calle Hermanos Bécquer. El manuscrito entonces se hallaba en la biblioteca del dictador, que los Franco habían trasladado al citado domicilio.
El historiador recuerda que la Diputación se puso en contacto hace años con la Fundación Franco para conocer el paradero del manuscrito. «Sólo contestaron que ellos no lo tenían entre sus fondos». El temor de Valderas es que el manuscrito fuera pasto de las llamas en el incendio que sufrió el Pazo de Meirás en 1978. Sin embargo, un informador anónimo declaró que el manuscrito habría sido vendido en Suiza como un bien privado de los Franco. Otras fuentes denunciaron en su día la venta del libro en Londres. De ser cierto, la Diputación también podría reclamar el importe de la venta del manuscrito. Pero lo cierto es que no hay pistas fehacientes de su paradero.
El Manuscrito de Astorga es uno de los tratados más antiguos de Europa sobre el arte de imitar moscas, con plumas de gallo, para la pesca de truchas. El texto es una especie de guía de pesca, que ensalza el plumaje especial de los gallos de la Cándana para tal fin y cita 33 modelos de moscas y cómo confeccionarlas. Fue Alfonso García Melón, notario, pescador, historiador y escritor, quien averiguó que Juan de Vergara era natural de Astorga, canónigo de su catedral y que vivía en una casa de la Plaza Mayor.
La ajetreada vida de un libro
Vergara cedió todos sus libros a su sobrino Antonio de Vergara. A su muerte, se subastó la biblioteca. El primero que valoró el libro fue el francés Louis Carrére, quien en la primavera de 1935 vino a pescar a León en compañía del empresario cervecero Alfredo Mahou. El fotógrafo Marcelo Pérez de Nava sacó fotos del texto, que sirvieron de base a Carrére para editar, en 1937, su libro Techniques modernes de la mouche noyée, en el que incluía datos del texto de Vergara.
Finalmente el libro cayó en manos del filántropo Julio del Campo. Cuando fallece, la Diputación se lo compra en 1963 a su sobrina y única heredera, Victorina González del Campo, para regalárselo un año después a Franco. Tras la muerte del dictador, el manuscrito no fue entregado a Patrimonio Nacional. La familia nunca ha contestado a los numerosos requerimientos de los investigadores sobre el destino del libro, aunque los bibliófilos miran con lupa cada movimiento patrimonial de la familia Franco, aunque hasta la fecha sin éxito.
El Manuscrito de Astorga no fue el único regalo que sacaron los Franco de aquella visita a León en 11 julio de 1964. Tal y como cuenta el Diario de León de esa fecha, la esposa del dictador, Carmen Polo, fue obsequiada con un espectacular tapiz del siglo XV bordado en oro. No se dan más detalles sobre la procedencia y el valor de esta obra de arte.

Honor a un héroe

Ramón Colombo
Ramon Colombo

Ha fallecido en Florida un héroe constitucionalista casi olvidado que merece ser honrado por siempre: Hugo Román Peralta, aquel primer teniente piloto de la Fuerza Aérea golpista que en diciembre de 1963 se negó a bombardear en Las Manaclas a los patriotas que, encabezados por Manolo Tavárez Justo, combatían para reponer el gobierno constitucional de Juan Bosch. En un gesto de gran dignidad, ese militar auténticamente pundonoroso abandonó su escuadrilla de bombarderos, lanzó al mar las bombas y se asiló con todo y avión en Puerto Rico, donde denunció el régimen espurio de aquella pandilla de asaltantes.

Cómo los archivos en microfilme de la dictadura de Pinochet se hicieron humo

Diez años después del regreso a la democracia, los archivos microfilmados de los principales órganos de inteligencia de la dictadura de Pinochet fueron quemados en las afueras de Santiago. ​Mientras, el Ejército negaba su existencia ante el requerimiento de jueces que investigaban causas de derechos humanos.
Por Pascale Bonefoy


SANTIAGO – Un caluroso día de comienzos del año 2000, una mujer y dos hombres ingresaron a la Escuela de Inteligencia del Ejército en la localidad de Nos, en la orilla sur de Santiago.
Llevaban bolsas con películas de microfilme arrancadas de sus cartuchos. En silencio comenzaron a desenrollar las cintas y arrojarlas a un horno encendido. Repitieron la rutina hasta que no quedó nada.
Eran decenas de miles de imágenes de documentos: los archivos microfilmados de los principales órganos de inteligencia de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990): la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) y su sucesora, la Central Nacional de Informaciones (CNI), responsables de la mayoría de los crímenes durante su régimen.
Con el retorno a la democracia y la disolución de la CNI en 1990, sus agentes, bienes y archivos pasaron a la Dirección de Inteligencia del Ejército, DINE. Los cartuchos de microfilme quedaron bajo la custodia de su Departamento de Contrainteligencia, en una bóveda especialmente climatizada en el subterráneo. Allí permanecieron durante una década, mientras el Ejército negaba su existencia ante el requerimiento de jueces o detectives que investigaban causas de derechos humanos.
“Para mí ha sido un misterio lo que pasó con esos archivos”, dijo el exministro de la Corte de Apelaciones Alejandro Solís, quien investigó casos de derechos humanos y hoy es coordinador de la Unidad de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa. “Preguntaba a los militares dónde habían quedado y nadie sabía. Esa siempre fue su posición oficial”.
En 2015, citados a declarar ante la justicia en la causa por el homicidio del expresidente Eduardo Frei Montalva en 1982, algunos oficiales y empleados civiles del Ejército comenzaron a revelar lo sucedido ese verano de 2000 en los hornos de Nos. The New York Times tuvo acceso a estas declaraciones, enterradas en los sesenta tomos del expediente Frei.
Por muchos años se especuló que el director de la DINA, el general Manuel Contreras —fallecido en 2015—, había hecho copias de la documentación y la había enviado fuera del país o la había guardado en alguna otra parte en Chile. Las Fuerzas Armadas siempre han alegado que no tenían información porque había sido quemada, legalmente, antes de que Pinochet abandonara el poder. Al disolverse en 1977, la DINA traspasó sus bienes y la mayoría de sus agentes a la CNI. Exagentes de la CNI han dicho a la justicia que recibieron los archivos de la DINA y procedieron a microfilmarlos.
Varios testigos coinciden en que cada rollo de microfilme contenía unas 2500 imágenes. Sin embargo, según Surrey, cada cartucho de microfilme podía guardar ‘fácilmente hasta 10.000 documentos, dependiendo de su tamaño o grado de reducción’.
La CNI contrató a la subsidiaria en Chile de la empresa multinacional Kodak, una de las tres compañías que ofrecía servicios de microfilmación en el país. Kodak Chile tenía el monopolio de la cartera CNI y, paradójicamente, también de la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado de Santiago, la principal organización de defensa de los derechos humanos durante la dictadura.
Kodak les vendió equipos de microfilmación e insumos, hizo la mantención y reparación de los equipos, capacitó a los agentes sobre cómo usarlos y les dio charlas sobre cómo resguardar la información. Según el exejecutivo de ventas de Kodak Chile a cargo de ambas carteras, Willy Surrey, los equipos que tenía la CNI eran de alta velocidad, capaces de procesar grandes volúmenes de documentos y permitían búsquedas automáticas. Comenzaron a microfilmar en 1977.
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La quema de los microfilmes a inicios de 2000 se produjo antes del regreso a Chile del exdictador desde Londres, donde llevaba más de un año bajo arresto domiciliario a la espera de un procedimiento de extradición a España. CreditReuters
“Nunca vi los documentos originales que microfilmaban”, aseguró Surrey en una entrevista telefónica. “Cuando hacíamos capacitación, usaban fotocopias de los documentos donde tachaban en negro los nombres u otra información sensible”.
Entre los documentos que Surrey recuerda que la CNI microfilmaba había carpetas con fichas de personas, cédulas de identidad, fotografías, planos y recortes de diarios. Cada carpeta correspondía a una persona o hecho de relevancia, dijo.
El suboficial Raúl Otárola, del departamento de Microfilm de la División de Informática de la CNI, atestiguó que luego de la microfilmación los originales en papel eran devueltos a sus unidades para su destrucción.
Cuando llegó a ese departamento en 1983, agregó, escuchó de parte del empleado civil Juan Crisóstomo, encargado de codificar la documentación, que años antes el exdirector de la DINA había retirado los “únicos tres rollos de microfilmación relativos al caso de Orlando Letelier”, el excanciller chileno asesinado en un atentado con auto bomba en Washington en 1976. Otárola no aceptó una solicitud para entrevista.
En una conversación telefónica, Crisóstomo negó haber dicho eso y aseguró que lo único que se microfilmaba en la CNI eran archivos administrativos. “No tengo idea de qué pasó con la información de inteligencia o de operaciones”, dijo.
De acuerdo con las declaraciones judiciales, a fines de 1999 el director de inteligencia del Ejército, el general Eduardo Jara, le ordenó a la entonces jefa de la sección Archivo del Departamento de Contrainteligencia de la DINE, la mayor Mercedes Rojas, revisar los microfilmes por si contenían información relacionada con derechos humanos.
Meses antes, en agosto, el gobierno había convocado a una mesa de diálogo con las Fuerzas Armadas para ver la manera en que entregaran información sobre el destino de los desaparecidos. Los resultados de la mesa, que se prolongó durante diez meses, fueron un fiasco, pero dentro del Ejército ya sonaban las alarmas.
Rojas dijo haber pasado un par de horas al día durante dos meses mirando los aproximadamente cincuenta rollos. El material era irrelevante, estaba ocupando espacio en la bóveda y no servía para nada, le informó a su superior.
Jara le instruyó, verbalmente, incinerarlo todo. Fue entonces que Rojas pidió ayuda a dos de sus subalternos, el suboficial Luis Zúñiga y el cabo Osvaldo Ramírez. Les ordenó sacar los rollos de celuloide de sus cartuchos y meterlos en bolsas, y los tres partieron a Nos. Fue escogido ese lugar en las afueras de la capital, señaló Ramírez al tribunal, “más que nada para no contaminar el aire de Santiago”.
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Soldados del Ejercito chileno queman libros el 26 de septiembre de 1973 tras el golpe de Estado. CreditAFP
Rojas dijo que no quedaron duplicados y según Ramírez también se quemaron las copias de seguridad. Tampoco se dejó acta de incineración.
Varios testigos de la CNI y la DINE interrogados por la justicia coinciden en que cada rollo de microfilme contenía unas 2500 imágenes. Sin embargo, según Surrey, cada cartucho de microfilme podía guardar “fácilmente hasta 10.000 documentos, dependiendo de su tamaño o grado de reducción”.
Jara, el exdirector de inteligencia —quien rechazó una entrevista—, declaró ante la justicia que rindió cuenta del hecho al entonces jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Patricio Chacón. No se ha podido confirmar desde dónde provino la orden de destruir los rollos de microfilme y, más allá de su responsabilidad de mando, cuál fue el grado de participación del entonces comandante en jefe del Ejército, ya fallecido, general Ricardo Izurieta, sucesor de Pinochet.
La quema a inicios de 2000 se produjo a las puertas del regreso a Chile del exdictador desde Londres, donde llevaba más de un año bajo arresto domiciliario a la espera del procedimiento de extradición solicitado por la Audiencia Nacional de España. En ese lapso, en Chile se habían acumulado más de 300 querellas criminales en su contra.
Tal vez lo único que quedaría de los archivos de la represión, además de lo que, hipotéticamente, se habrían llevado algunos oficiales a la casa, son las fichas resumen de cada expediente que era microfilmado.
Según explicó a la justicia el coronel retirado Ricardo Yáñez, exjefe del Departamento de Computación de la CNI, antes de que las carpetas fueran microfilmadas se elaboraban fichas resúmenes digitalizadas de sus contenidos. Estas fichas se guardaban en un “computador central” antes de que los expedientes fueran microfilmados. Al menos hasta 1987, cuando Yáñez dejó la CNI, dijo, las fichas resúmenes aún estaban en ese computador central, cuyo destino se desconoce.
“Sería extraordinario contar con esos documentos porque podríamos aclarar el destino de los cerca de mil detenidos-desaparecidos y resolver muchos crímenes”, afirma Luis Henríquez, exjefe de inteligencia de la Policía de Investigaciones y jefe de primer equipo de investigación de la policía en causas de derechos humanos. “Pero, lamentablemente, por lo mismo creo que los destruyeron”.

lunes, 30 de octubre de 2017

La fortunita de alguno de los Trujillos


Las politicas dominicanas

Poses solo poses.
Carmen Imbert Brugal.
e-mail: imbert.brugal@gmail.com
A las políticas dominicanas se les juzga por el peinado, el corte del vestido. Se les inventan proezas no confesadas que se repiten de boca en boca en los mentideros. A las políticas dominicanas se les hace creer que son respetadas y si lo fueren, es por su condición de madres, esposas o hijas. No están en la agenda de los grupos políticamente correctos y cuando las incluyen, es para destrozarlas. El temor a la contaminación partidista frena, obnubila.
Tan miserable ha sido la travesía que tampoco para los desbarres reales e históricos son asumidas. El mito mariano revolotea en la contemporaneidad. Solo buenas y modositas, de modo que aquellas poderosas celestinas de Trujillo, las implacables cómplices de María Martínez, las damitas concupiscentes, prestas a satisfacer los antojos de la cofradía, no se mencionan. Es el sujeto omitido cuando de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se habla. Todavía hay titubeos para mencionar a la delegada de la tiranía, esa que reclamó derechos para las mujeres, a pesar de su proclividad al crimen y a la delación.
No hay acuerdo para la colocación de las mujeres públicas, es un “asigún” perverso, una pose lábil, fangosa. Dilema no resuelto en el siglo XXI. Legiones de connacionales, cometiendo el mismo pecado capital, sin sonrojo y a veces, sin percatarse. Ocurre aquí y en otros lugares. La utilización del discurso de género para fingir corrección, la falsa ostentación mediática. A Cristina Fernández, en Argentina, la demeritan cada segundo sus adversarios y antiguos seguidores. De manera constante, la degradan. Los ataques personales son más fuertes que los políticos. Melena, temperamento, tacos, maquillaje, se mezclan con las imputaciones penales.
Sin alardes feministas, el género es determinante. Ocurre con la Merkel, aunque la poderosa Canciller, no se presta a las manipulaciones ni al oportunismo ideológico. Cuando fue ministra dijo que atendían más sus zapatos que a su discurso. Las críticas a su vestuario y a su peinado, la mantienen incólume. Su formación en Alemania Oriental la hace resistente. La solución debe ser la sinceridad. No es posible la propalación de monsergas correctísimas en contra de la violencia si la práctica tiene la misma catadura de la agresión. Como aquello de los redentores de otrora con su “proletarios del mundo uníos” y en la casa un cotidiano de abusos y excesos. El summum de la igualdad de género se resumía en la orgía. Sinceridad que permita situar, también reconocer. Dos jóvenes asesinos mexicanos confesaron, la semana pasada, haber ahorcado a una compañera. Su inteligencia, juventud y jerarquía en el trabajo, les molestaba. Nada más hay que buscar. Eso fue. Era su jefa en la tienda de telas donde trabajaban los tres.
La reivindicación es discutir, confrontar ideas. El acecho para blandir la descalificación personal es tan miserable como el asesinato. No se trata de defender núbiles e imbéciles doncellas. Se trata del quehacer público, del compromiso, también de la solidaridad innominada, propalada en las esquinas y ausente cuando agreden a las mujeres con poder. Reiteramos errores y seguimos campantes. La carrera a la presidencia de una política dominicana no fue apoyada por una poderosa federación de mujeres, aneja al partido de la aspirante. El hecho es emblemático.
Para el escarnio igualdad. Injuria al viento y enaguas también. Jactancia de proscenio y de tertulias, breviario de la corrección para ganar adhesiones detrás de la burla. El tridente dispuesto para el contubernio: si somos más, herimos más y sobre cadáveres la gloria, que la deshonra no se honra y mejor el ultraje que la fama. El momento se escapa, necesita organización y patrocinio. Es solo ocasional la coyunda y ese placer de sentir voces repitiendo consignas. El canto de guerra ha sido la descalificación personal. Poses develadas. La brega política exige temple, no aspira cortejo. La vida íntima de mujeres y hombres públicos, es asunto privado. Que se discuta su desempeño, no su lecho y consanguineidad. La conmiseración fementida humilla, tanto, como indigna el insulto.

CIA revela que Pinochet propuso a Bolivia una alianza contra Perú

El presidente boliviano, Evo Morales, afirmó hoy que documentos desclasificados por el mandatario estadounidense, Donald Trump, revelan que en 1975 Chile ofreció a Bolivia un corredor para hacer posible su salida al mar.
“Documentos desclasificados por Trump revelan que en diciembre de 1975, Chile hizo una oferta secreta a Bolivia: un corredor de 10 kilómetros”, detalla Morales en su cuenta de Twitter.
Según el mandatario, a cambio de la oferta, Chile pedía “un intercambio de territorio y derechos sobre agua dulce de Bolivia” y, además, buscaba una alianza contra Perú.
Documentos desclasificados por Trump revelan que en diciembre de 1975, Chile hizo una oferta secreta a Bolivia: un corredor de 10 kilómetros
A cambio del corredor, Chile pedía intercambio de territorio y derechos sobre agua dulce de Bolivia. Buscaba una alianza en contra de Perú.
Morales también aseguró que Perú propuso crear un puerto que tenga la administración compartida con Chile y Bolivia.
Chile rechazó esa posibilidad y así evitó su oferta de corredor”, sostuvo el gobernante.
En 1975, Bolivia era gobernada por Hugo Banzer y Chile por Augusto Pinochet y ambos dictadores en febrero de ese año celebraron un acercamiento en la frontera que pasó a la historia como el “Abrazo de Charaña”.
Tras el fracaso de las conversaciones para resolver la controversia, Bolivia y Chile rompieron en 1978 otra vez sus relaciones diplomáticas, tras haberlas reanudado tres años antes.
Bolivia perdió 120.000 kilómetros cuadrados de territorio y 400 kilómetros lineales de costa en la guerra contra Chile de fines del siglo XIX, y en la que terció Perú en alianza con los bolivianos.
Desde el 2013, Bolivia y Chile sostienen un pleito en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya por la demanda boliviana de que el Gobierno de Santiago negocie en firme y de buena fe su centenario reclamo de volver con un acceso soberano al Pacífico.
Chile descarta tal posibilidad alegando que un tratado firmado en 1904, 25 años después de la guerra, resolvió todos los asuntos fronterizos pendientes entre ambos países. EFE

Aqui ver los mapas

sábado, 28 de octubre de 2017

Clínica de la muerte en Chile?

DARÍO MORÓN DÍAZ
Por: DARÍO MORÓN DÍAZ
28 de Octubre de 2017 12:00 am
En Santiago de Chile la Clínica Santa María tiene a su haber dos hechos catalogados como criminales. La muerte de dos personajes de la cultura y la política chilena: el poeta Premio Nobel Pablo Neruda y el expresidente demócrata cristiano Eduardo Frei Montalva.

El poeta murió el 23 de septiembre de 1973 debido a un “cáncer de próstata”. Sin embargo, el 8 de abril de 2013, un juez ordenó exhumar los restos de Pablo Neruda; debido a que existía una versión que afirmaba que, durante su hospitalización, en pleno régimen dictatorial de Augusto Pinochet, lo habrían envenenado. Insólitamente la historia clínica del fallecido desapareció del nosocomio. La investigación acudió a expertos internacionales, entre ellos un laboratorio de Canadá y otro de Dinamarca que analizaron el ADN de la bacteria ‘estafilococo dorado’, un microorganismo altamente agresivo y resistente a la penicilina, encontrado en la osamenta del poeta durante el estudio de la necropsia, después de la exhumación del cadáver. Por ello la justicia sigue en la investigación del caso.

El expresidente Frei Montalva se convirtió en uno de los más férreos enemigos del dictador Augusto Pinochet. En 1982 fue llevado a la susodicha clínica e intervenido debido a una hernia, durante la hospitalización se infectó gravemente y falleció el 22 de enero de ese año. Con los antecedentes conocidos del caso Neruda, la exsenadora Carmen Frei, hermana del expresidente y su esposo Eugenio Ortega, iniciaron la investigación. El juez de la causa tiene a seis acusados del homicidio.

El juez consideró que había un crimen y a la vez había ‘presunciones fundadas’ de la participación de los inculpados; entre los cuales está el chofer del expresidente, agente de la policía secreta, el médico que operó al paciente, Patricio Silva, viceministro en el gobierno de su víctima. Raúl Lillo, de la Dirección de Inteligencia, el médico Pedro Valdivia de la Central de Informaciones, además de dos investigadores de la Universidad Católica. Los esbirros de Pinochet y los medios de prensa afines a la dictadura, sostuvieron siempre que la muerte de Frei se produjo de forma natural. El tribunal los desmiente al concluir que se debió a una septicemia generalizada, la cual fue inducida mediante la inoculación de gas mostaza.

Las dos investigaciones continúan, en el caso del poeta Neruda, es menester agregar que no se encontró la caquexia propia del cáncer y sí el “estafilococo dorado”, inoculado por el personal de la clínica.

Un químico de la Dina, organismo que afectó a la dictadura, dijo: “¡Si quieres eliminar a un insoportable, aplícale estafilococo dorado!”.

*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.

DARÍO MORÓN DÍAZ*
dmorond@gmail.com

El inventario moral de la familia Trujillo Molina. (#1)


Jose Novas
Por lo que hemos leído en los últimos años en libros o artículos escritos por algunos familiares del dictador Rafael L. Trujillo Molina, concluimos que en ellos hay la percepción de que el Generalísimo fue un enviado del cielo para proteger al pueblo dominicano y que sus familiares eran egresados de un monasterio que merecían la canonización.
Según un nieto del Dictador,  que actúa como abanderado de una campaña que trata de resucitar la moral del apellido, la fortuna de su abuelo quedó en su totalidad en el país y sus parientes salieron con las manos vacías, porque nadie ha podido probar que tenían cuentas en bancos extranjeros, un planteamiento que ni ellos creen.
Asegura Ramfis Domínguez Trujillo que la fortuna de su abuelo se la robaron los políticos de la generación posterior a la dictadura, y es cierto en parte, porque hubo saqueo de lo que ellos no pudieron sacar. Pero de ahí a que no se llevaron millones en efectivo,  es una fábula.
La verdad es que algunos de la familia poseían inversiones en bienes inmuebles y no fue posible venderlos;  los acontecimientos se precipitaron y se produjo la fuga.  Lo que parecía que duraría una eternidad terminó en forma súbita el 19 de noviembre de 1961.
Haremos un inventario sobre la conducta de algunos de la familia Trujillo, para que Ramfis Domínguez, a quien le contaron a conveniencia la historia de los Trujillo,  sepa cómo funcionaban las cosas durante el régimen de su abuelo, al que él califica como el mejor gobernante en la historia de la República, una falacia inaceptable.
EL AUTOR es historiador y comunicador. Reside en Nueva York.
Iniciamos la taxonomía y balance con Romeo Amable Trujillo Molina, hermano del dictador y conocido con el apodo de Don Pipí. (Advierto que nuestro relato refiere a Don Pipí como un fullero, para los que hoy tratan de exponer que la fortuna de esa familia fue adquirida con honradez, como dice su nieto).
Don Pipí era uno de varios estafadores en esa familia; era persona de escasa escolaridad, pero su talento para engañar era asombroso. No ocupó cargos de importancia porque el Dictador lo conocía bien y lo mantuvo en puestos de bajo perfil. Aun así,  “Don Pipí” actuaba como un felino en el tráfico de influencias; de igual modo lo hacían otros del clan Trujillo que acumularon riquezas a través de la extorsión bajo la sombra de su hermano.
Una de las costumbres de “Don Pipí”, contrario a otros en su familia, era que se sentía a gusto relacionándose con personas ordinarias. Se le veía compartir con amigos en los sectores populares, era mujeriego y tuvo varios hijos con distintas concubinas. Era apostador empedernido, prefería las peleas de gallos para sus jugadas y su inclinación era hacer trampas, extorsión y fullería.  Su riqueza la obtuvo de su habilidad de tahúr. Tenía casas de alquiler diseminadas por los barrios de la capital, las cuales compraba bajo amenazas a precios por debajo de lo real, y los inquilinos de ellas que no pagaban a tiempo las mensualidades, por lo regular pasaban malos ratos.
Don Pipí frecuentaba al barrio San Carlos, donde había vivido un tiempo,  y por allí tenía con una traba de gallos en la intersección conocida como “Las Cinco Esquinas”, es decir, en la confluencia de las calles Abreu, Montecristi, Del Monte y Tejada, Pimentel y Eugenio Perdomo.  Era amante de los tragos; mientras jugaba dominó doblaba el codo con sus amigos.
El único empleo que tuvo en el gobierno fue la Oficina de Control de Prostitutas y operaba las clínicas del gobierno como si se tratara de un negocio propio. Uno de los dispensarios estaba en la ciudad intramuros, donde había un registro de mujeres que trabajaban en los prostíbulos y que suponía era para prevenir las infecciones venéreas. Aquel  dispensario expedía permisos para ejercer la prostitución dentro y fuera del país. Durante el régimen, don Pipí actuaba como el dueño de esas clínicas y los certificados que allí se emitían le llamaban “la tarjeta de Don Pipí”.  La prostituta que era sorprendida en un cabaret y no tuviera “la tarjeta”,  era multada.  Tampoco podía salir a trabajar al exterior sin este documento, y los propietarios de los cafetines que las empleaban eran igualmente amonestados.
Don Pipí acudía al abuso y extorsión para lograr sus propósitos. Cuentan que una vez viajaba en automóvil por una concurrida calle de la capital y un chofer del “concho” le rayó el vehículo. Don Pipí se detuvo y con calma parsimoniosa, se bajó del auto, se identificó y le dijo al conductor: “Yo soy Romeo Trujillo; aquí tiene las llaves, lléveme a casa un carro nuevo, que éste yo no lo quiero”.  Imagine usted, el apuro por el que pasó aquel infeliz conductor a raíz del incidente.
Haciendo trampas fue que Don Pipí hizo fortuna. Cuentan los descendientes de la familia Melo Sánchez, cuyo padre era propietario de un almacén y vivían en la calle Emilio Prud’Homme,  de San Carlos, que su familia quiso vender la casa para acomodarse en otra y que Don Pipí vio la oferta en los clasificados, y fue interesado por la casa, pero les dijo que estaba muy cara, que si no se la vendían al precio que él  sugería, tenían que desistir de la venta y quedarse en ella.  Los Melo Sánchez, que ya se habían mudado a la otra casa, no tuvieron más opción  que regresar a su viejo hogar para evitar problemas con Don Pipi.
Don Pipí vivió en San Carlos en una casa ubicada entre la calle Abreu y la Montecristi y cuyo patio colindaba con la calle Pimentel, donde estaba la empresa “Codofalto”, propiedad de Pedrito Trujillo y dirigida por Guaroa Liranzo.  Al producirse la fuga de los Trujillo en 1961, la casa de Don Pipí fue invadida por varias familias. Igual que otras propiedades de la familia Trujillo, fueron vandalizadas.  La acumulación de gente que se mudó a la casona se le conoció después como “El barrio Don Pipí”.
De San Carlos “Don Pipí” se mudó a una mansión en la esquina de la Arístides Fiallo Cabral y José Desiderio Valverde, en la zona universitaria, que también fue objeto de vandalismo a partir del 20 de noviembre de 1961.
Existe una infinidad de cuentos y anécdotas sobre las ocurrencias de “Don Pipí”. Se dice que llegaba con los amigos a las frituras, comían sin control y a la hora de pagar sacaba un billete de alta denominación, de modo que el friturero no tuviera suficiente efectivo para devolverle; igual lo hacía en los colmados cuando compraba bebidas para sus parrandas.
Sobre Pipi nos contó el exteniente Luis M. Mateo, veterano del Ejército, que para 1958 se vio envuelto en un incidente con él en el paraje Rancho Arriba, de San Jose de Ocoa. En aquel apartado lugar “Mateito”,  con rango de sargento,  era jefe de puesto y un día al cuartel llegaron varios campesinos a poner una querella, porque en la gallera había un hombre de la capital que apostaba a las peleas y cobraba cuando ganaba, pero no pagaba cuando perdía. El sargento salió a investigar y confirmó que se trataba de “Don Pipí”, al que conocía, porque Mateíto había prestado servicios en la Hacienda María, una de las casas del dictador. El Sargento no arrestó a Don Pipí, pero le advirtió que informaría a sus superiores en San Cristóbal sobre el incidente, ya que los campesinos hicieron un reclamo de pago por las apuestas perdidas por Don Pipí.  A los pocos días, a Rancho Arriba llegó una patrulla del Ejército y se llevó preso al sargento Mateo a San Cristóbal, allí fue degradado y le echaron 30 días de arresto.  Luego le informaron que el castigo era “por manchar el honor de un miembro de la familia Trujillo”. La desgracia de “Mateito” se pudo resolver gracias a la intervención del mayor Juan Soriano, amigo íntimo de Trujillo y compadre del sargento, que al fin fue perdonado y su rango restituido.

Así ayudó Franco a Hitler en la Segunda Guerra Mundial

Franco y Hitler en Hendaya.

El documental 'La batalla desconocida', de Paula Cons, descubre la venta de Wolframio a los nazis.

Los libros de historia repiten lo mismo: España se mantuvo neutral en la Segunda Guerra Mundial. Una actitud de ‘no beligerancia’ que muchos han considerado un movimiento astuto por parte de Franco. En esa pasividad había algo raro, si Hitler había ayudado al dictador durante le Guerra Civil, ¿cómo era posible que ahora no le apoyara igual que había hecho el otro fascista europeo, Benito Mussolini? La respuesta la ofrece el documental La batalla desconocida, de Paula Cons, presentado en la Seminci, y que ofrece una respuesta desoladora: nosotros participamos de forma activa en el mayor conflicto bélico del siglo XX.
Aunque no mandáramos soldados, y desde las enciclopedias se cuente una cosa, la verdad es que los nazis estuvieron aprovechándose del Wolframio producido en Galicia para endurecer su armamento y sus carros de combate. La fiebre del Wolfram hizo que pequeños pueblos gallegos se enriquecieran pronto y que se vieran estampas delirantes, como empresarios encendiendo puros con billetes, pero “tan rápido como llegó ese dinero, se fue”, recuerda la directora a EL ESPAÑOL.
Los aliados estuvieron a punto de invadir España para parar la venta de Wolframio, y sólo la diplimacia de Churchill nos salvó de la intervención
Hitler vio en España y en las minas de aquel mineral que aquí nadie sabía para que se utilizaba, una oportunidad única para mejorar su ejército. Franco se lo proveyó hasta que los aliados se enteraron y dijeron que la situación tenía que acabar. La batalla desconocida cuenta algo que pocas personas saben, y es que España estuvo a punto de ser intervenida. EEUU tenía claro que quería invadirnos si no dejábamos de dar Wolframio a los nazis, y fue la diplomacia de Churchill la que le paró en seco. La condición era que tenía que parar el mercado negro que habían creado.
Para Paula Cons esta historia “era la gran historia que quedaba por contar en Galicia”, y se obsesionó con ella. Primero se puso manos a la obra con un proyecto de ficción llamado Lobos sucios sobre la misma temática, que se estrenó el año pasado con ella de productora y guionista. Cuando acabó el filme se habían quedado demasiadas cosas en el tintero, así que arrancó con este documental. “Ahora me doy cuenta de que cuando acabó la película todavía no tenía ni idea del tema. En Galicia se sabe mucho en determinadas zonas, pero no es la típica leyenda urbana”, cuenta la directora a EL ESPAÑOL.

Fotograma del documental.
Fotograma del documental.
La situación recuerda a la de aquellos pueblos costeros gallegos que se enriquecieron a costa del narcotráfico, como reconoce la directora, ya que comunidades muy pequeños hicieron una verdadera fortuna con dinero de Hitler. “Es una especie de fiebre del oro, pero fue como un deslumbramiento de dinero en unas personas que no estaban preparadas para invertir bien. Era la posguerra, y había un ansia de vivir al vida que no estaban para ahorrar y se gastó muchas veces en alcohol o en prostitución. En esas zonas no se nota que hubo ese dinero”, explica Paula Cons.
Desde 2011 empezó a investigar sobre el tema, y para acabar el documental han tenido que pasar dos años. Tiempo suficiente para asegurar que los libros de historia nos mintieron. “Siempre necesitamos una etiqueta, ‘neutral o no neutral’, pero lo importante es esta pregunta, ¿la actuación de España en la Segunda Guerra Mundial tuvo consecuencias para la población? Y me da igual bajo que bandera, yo creo que sí las tuvo y muchas. Nos han contado la historia de forma interesada, y tenemos una herencia de 40 años de dictadura en la que se ha manejado un discurso que es difícil tirar abajo. Hay un experto que dice lo siguiente: el régimen de Franco, y no es poco mérito, fue el único que alineándose con el eje siguió gobernando”, añade.
Nos han contado la historia de forma interesada, y tenemos una herencia de 40 años de dictadura en la que se ha manejado un discurso que es difícil tirar abajo
La ayuda fue recíproca, porque como recuerda Paula Cons, fue gracias a Hitler que las tropas de Franco pasaran de Marruecos a Sevilla. “Su ayuda no fue al bando nacional, fue a Franco, y él emerge por esa ayuda. Y luego la ayuda y la de Mussolini, por los documentos que he manejado es clave en el conflicto”, asegura.
La importancia de España en la Segunda Guerra Mundial llegó a tal punto que la fecha del desembarco de Normandía viene dada por la importancia del Wolframio. “Si tu calculas la fecha mejor para atacar a los nazis era cuando llevaran seis meses sin Wolframio, querían desembarcar en junio, así que en enero fue cuando hacen el embargo de petróleo a España para que deje de mandar el mineral a Hitler. Estuvimos seis meses sin petróleo y nadie lo sabía”, dice la periodista y directora. La batalla desconocida cuenta otra historia, lo que Paula Cons califica como “la historia de los recursos”, que al final son los que determinan todo, en este caso tanto que España, sin saberlo, “fue clave en la Guerra Mundial”.

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