Editorial periodico Acento
14 de noviembre de 2015 - 12:03 am -
No se sabe cuándo los terroristas podrían atacar de nuevo, y más si se sabe que las víctimas son sencillos ciudadanos franceses que salen un viernes en la noche a bailar o a cenar a un restaurante.
Aprovechando un partido amistoso entre equipos de futbol de Francia y Alemania, que se celebraba este viernes en el Estadio de Francia, en París, se produjeron varios ataques terroristas en diferentes lugares, con el claro objetivo de producir muerte. De acuerdo con las primeras cifras de las autoridades francesas son más de 112 las personas asesinadas.
Recordemos que el 7 de enero de este año Francia quedó conmocionada por los ataques terroristas contra la redacción de la revista Charlie Hebdo, que dejó como saldo 11 personas asesinadas.
La primera reacción ha sido de conmoción y sorpresa, que la Europa civilizada y antigua, con tanta experiencia y desarrollo, sea víctima de atentados terroristas de estas características, en el seno de la capital de Francia, París, es un terrible mensaje para el mundo entero. No hay límites para quienes quieren sembrar odio y a su paso abren ríos de sangre.
Muchas de las personas muertas se encontraban celebrando actividades festivas, en horas de la noche, otras fueron secuestradas y probablemente fusiladas por pistoleros. Los organismos de seguridad concentraron su vigilancia en los alrededores del partido de futbol amistoso entre los equipos de Francia y Alemania, pero descuidaron puntos de concentración de una noche de fiesta, un día viernes.
Los presidentes y primeros ministros de varios países se han solidarizado con las autoridades francesas. El presidente Francois Hollande ha reunido a sus ministros, dispuso el cierre de la frontera y todos los organismos de investigación han sido puestos en tensión para determinar quiénes han sido los autores de estos atentados terroristas. Es lo primero. Esto podría tardar en conocerse, pero tan pronto se sepa el origen se habrán los motivos, si son políticos, religiosos o de la índole que sean.
Las personas asesinadas no tienen ninguna relación con hechos imputables, salvo la ciudadanía francesa, y por tanto el interés de los terroristas ha sido postrar a Francia, avergonzarla, en un momento en que Europa está en un gran debate sobre los temas migratorios y de cooperación con el mundo subdesarrollado, en particular del Medio Oriente y de Africa. Europa ha recibido más de 700 mil migrantes en los últimos meses, y son muchas las presiones que se generan con situaciones como las que vive Europa en la actualidad.
Expresamos nuestra solidaridad con el gobierno y el pueblo de Francia, en este momento de dolor e incertidumbre. No se sabe cuándo los terroristas podrían atacar de nuevo, y más si se sabe que las víctimas son sencillos ciudadanos franceses que salen un viernes en la noche a bailar o a cenar a un restaurante.
La lección es clara: el terrorismo ataca sin piedad en cualquier circunstancia y los países tienen que mantener la alerta, la vigilancia y una capacidad operativa fuerte para detener cualquier intento de socavar la seguridad y la convivencia.
El dolor de Francia y de los franceses en este momento, debe ser el dolor de todo el mundo, que rechace en todas sus formas el terrorismo, de la índole que sea. Matar nunca puede ser una justificación para defender ninguna causa. Absolutamente ninguna.
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