Que se investigue y caigan los grandes implicados en la crisis judicial

Editoriaql del periodico  acento.com.do . 27 de noviembre de 2015 - 12:05 am -




El país se beneficiaría de la actual crisis del poder judicial si algunas de las personas identificadas como responsables de llevar a cabo acciones ilícitas se decidieran a revelar quiénes son los que les indujeron a tomar esas acciones, y que tenían o tienen posiciones encumbradas en el ámbito político o judicial.

Al Ministerio Público le convendría que las personas implicadas en la actualidad, incluyendo cinco jueces, se dispusieran a entregar los datos de las personas que les motivaron para actuar de forma incorrecta. Sean abogados, ex funcionarios, funcionarios, consejeros judiciales, jueces, dirigentes políticos.

La razón es más que valedera. El gobierno, el Ministerio Público, la sociedad y hasta el propio sistema de justicia limpio, requieren tener esas informaciones. Sería una forma de ganar credibilidad, y sería una manera de que los implicados no se queden ellos solos como los únicos responsables del estercolero en que ha caído el sistema de justicia dominicano.

Comienzan a conocerse ya los artículos periodísticos lisonjeros, alabanciosos, atribuyendo méritos agigantados a personas que no los tienen o nunca lo han tenido, para que se oculte la responsabilidad que algunos han tenido en este vergonzoso caso de corrupción judicial.

Aparecen ahora las excusas, los abogados de renombres sonoros, para justificar conductas reñidas con la ley y con la ética. Y es cierto que los imputados tienen derecho, y que debe garantizarse una defensa idónea. También es cierto que el país necesita una justicia creíble.

El drama de los abogados en ejercicio, en la actualidad, es que sólo tienen clientes y prosperan en litigios aquellos abogados, y aquellas oficinas, con posibilidad y ausencia de ética para pagar sobornos. Ese cuadro desdibuja en forma perniciosa el ejercicio del derecho, el Estado de derecho, y los derechos de cada uno de los ciudadanos dominicanos que apuesta a una democracia con ciertos grados de pulcritud.

Como el presidente de la Suprema Corte de Justicia se ha defendido, y ha dicho que no emanaron de él las órdenes superiores que alega la jueza Awilda Reyes Beltré recibía, hay que entender que por lo bajo hay muchas diatribas, historias horrorosas y chismes, algunos falsos y otros verdaderos, que pudieran poner en jaque a muchas personas. No aspiramos a que en este caso paguen justos y pecadores. Quien tiene responsabilidad es quien debe pagar ante los tribunales y ante la sociedad.

Incluso, los jueces que ha mencionado el Ministerio Público en su informe, y los jueves que ha identificado el presidente de la Suprema Corte de Justicia, se entiende que están viviendo en un infierno en este momento, pues son la comidilla de todo el país, y hasta frente a sus familiares les resulta complicado asumir su propia defensa. Pero deben acudir ante los tribunales, como está pautado que ocurra este viernes con tres jueces que deberán comparecer para un juicio disciplinario.

Esas personas deberán defenderse o asumir su responsabilidad. Lo deseable es que no lo asuman solos. Que digan quiénes fueron sus socios y cómo se organizó la red de tráfico de influencias. Es probable que los mencionados sean solo simples víctimas de una red más grande, con más peces gordos, que pudieran quedar intactos en este caso, y hasta seguir haciendo lo que han hecho durante mucho tiempo. Algo hay que hacer para que todo lo que ha operado clandestinamente sea mostrado, con todas las conexiones y complicidades. Y que caigan los grandes de este fraude y atentado a la idoneidad de la justicia.