Siempre hemos dicho que en el país existe un trujillismo subliminal, que contadas veces da la cara, pero que proyecta sus negatividades cada vez que tiene la oportunidad.
Los lectores recordarán tres hechos importantes que lo demuestran: el fallido intento, en una ocasión, de traer al país los restos del hombre que lo humilló con sus crímenes y sus robos. En otra oportunidad, se pretendió —y todavía se pretende— legalizar un partido político auspiciado por un nieto de Trujillo, que vive como un potentado en Miami con los dineros robados al pueblo dominicano; y el frustrado deseo de construir en San Cristóbal un Museo para recordar al sátrapa nacido en esa ciudad.
Los trujillistas no se detienen, pues no hace tanto tiempo Angelita Trujillo intentó aprovecharse de la democracia de la cual renegó su padre, para poner en circulación en el país unas dizque Memorias en las que pinta como un angelito a su biografiado.
En esta ocasión siguen “quemando por debajo” las intenciones de presentarnos una cara progresista del trujillismo, disfrazada de “rescate cultural”. Se trata de la inauguración en Bonao de una réplica-museo de La Voz del Yuna, que fue propiedad de Petán Trujillo, de triste recordación en esa ciudad, no tanto por los crímenes que cometió, como además por las violaciones de decenas de niñas a cuyos padres amenazaba de muerte o, si se negaban, los asesinaban sin misericordia. Eran niñas imberbes, en la flor de su juventud. No había muchachita estudiante de buena apariencia que Petán no deseara y que consiguiera a base del Poder por ser hermano del tirano.
No basta que La Voz del Yuna, que dio paso a la tristemente célebre La Voz Dominicana, haya forjado una serie de buenos locutores, ni que trajera importantes artistas extranjeros, para que hoy sea reeditada, mientras la iglesia de Santa Bárbara, donde fue bautizado el Padre de la Patria Juan Pablo Duarte, está sometida a una restauración que nunca acaba, y la casa donde nació, convertida en Museo, esté en el más completo y total abandono.
Sorprende que el gobierno no solamente haya contribuido con la erección de la réplica de la radioemisora La Voz del Yuna, sino que asistiera al acto, olvidándose de que ese medio fue el vocero propagandístico de la más horrorosa tiranía que registra América.
No debería extrañar que a un presidente que busca la reelección a toda costa, alguien le proponga que ayude a construir un Mausoleo para Petán, cuyos restos fueron traídos clandestinamente al país y sepultados detrás de la iglesia del cementerio de la avenida Máximo Gómez.
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