Nos ha llamado mucho la atención el silencio inexplicable guardado por la Federación de Agrupaciones Patrióticas sobre la apertura, con bombos y platillos, de un Museo en Bonao que, bajo el argumento de revivir la antigua emisora La Voz del Yuna, no ha servido más que para recordar a ese funesto personaje que se llamó Petán Trujillo, general de horca y cuchillo, que cometió inenarrables tropelías en la llamada Villa de las Hortensias.
Es posible que ese silencio se deba a la forma subliminal en que se ha manejado la propaganda trujillista en el país, a tal punto que para muchas personas pasa desapercibida. Sin embargo, está ahí, soterrada, quemando por debajo, como se dice, promoviendo las “bondades” de la más brutal tiranía que ha conocido en su Historia el Continente americano.
Los auspiciadores del Museo en Bonao quieren vender la idea de que los habitantes de esa ciudad son “petanistas”, lo que equivale a decir trujillistas, lo que queda desmentido con el respaldo masivo que hace algún tiempo se le rindió al héroe nacional Mayobanex Vargas, superviviente de la gloriosa expedición de los días 14 y 20 de Junio de 1959.
Otros quizás piensan que pueden alcanzar una curul en el Congreso para el 2016, haciéndose los graciosos al promover una obra dizque “cultural”, cuando no es más que un homenaje a Petán, aquel bárbaro violador de muchachitas bonaerenses bajo la amenaza de acusar a sus padres de “enemigos del gobierno”, lo que equivalía casi a una sentencia de muerte.
No se debe olvidar tampoco que Petán Trujillo fue el creador de los llamados Cocuyos de la Cordillera, que tenían por fin perseguir y asesinar a cualquiera de los patriotas de Junio que encontraran en su búsqueda. Es doloroso recordar esto, pero las nuevas generaciones deben estar enteradas de esas tropelías, para que no se repita esa horrorosa y triste historia.
No es justo que se nos deje solo en cuanto significa denunciar las actividades subrepticias que realiza el trujillismo trasnochado, cuyas cabezas visibles no ocultan sus intenciones de eventualmente asaltar los cargos políticos para retrotraer a nuestro país a la época de las desapariciones, los encarcelamientos, las torturas, los crímenes, los exilios…
La juventud dominicana debería estudiar profundamente nuestra Historia, para que jamás olvide que las expediciones de Junio de 1959 fueron el inicio del deterioro que culminó con la tiranía de Trujillo.
La Federación de Fundaciones Patrióticas es la que debería llevar la voz cantante en esta cruzada. Si no puede hacerlo como Federación, pues que lo hagan individualmente cada una de las agrupaciones que la integran.
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