Con cierta regularidad escucho en el Programa Gobierno de la Mañana que se transmite por la Z 101 que Trujillo es el padre del ESTADO MODERNO concepto que no considero se ajuste a la realidad histórica, y muy especialmente en el área de salud. De lo que sí fue Trujillo el padre, es de haber decapitado el bien más preciado del ser humano, DERECHO A LIBERTAD Y VIVIR SIN TEMOR. Disponiendo de la vida de los residentes en el país a su mejor parecer.
E inclusive generando situaciones difíciles al interior de la familia, recuerdo que en 1957 siendo un mozalbete de apenas 15 años, fui objeto de reprimenda por parte de mi padre, por el hecho de haber arrojado a la “letrina”, la placa de bronce que se le habían hecho comprar, y que colocara en la sala de la casa y decía así “En esta casa Trujillo es el jefe”.
Gobernó el país con mano férrea desde 1930 por 31 años, durante esta larga y tenebrosa etapa, los avance en el sector salud fueron muy escaso, en atención de que cuando Trujillo asume la presidencia del país, ya se había creado por ley en 1920 por la ocupación americana la Secretaría de Estado de Sanidad, Beneficencia y Obras Públicas, con la siguiente organización: Despacho del Secretario de Estado, que a su vez contemplaba: Ing. Sanitario, Demografía, Inspector de drogas, Oficial mayor, Archivo, Beneficencia Pública y Contabilidad.
Subsecretario de Estado al que se reportaban los Oficiales de Sanidad, uno por cada Distrito Sanitario, el país estaba dividido en doce (12) provincias y la ley de Sanidad dividió en 12 Distritos Sanitarios.
Inspección de hospitales, para 1930 existían un total de nueve (9) hospitales diseminados en toda la geografía nacional y un (1) Laboratorio Nacional, disponiendo estos de recursos físicos y humanos de gran calidad de acuerdo a la época y a través de los cuales se ofrecía promoción, protección y recuperación de la salud, en Santo Domingo funcionaban el hospital Padre Billini, Leprocomio Nuestra Señora de Las Mercedes, hospital Nacional, el Manicómio Padre Billini, en Puerto Plata el hospital Ricardo Limardo, La Vega hospital La Humanitaria, Santiago hospital San Rafael, En San Francisco de Macorís hospital San Vicente de Paúl y en San Pedro de Macorís el hospital San Antonio.
En 1938 la ley de Sanidad No 1456 modifica algunos artículos de la ley de 1920, se destaca que los servicios de Sanidad y Beneficencia están a cargo de la Secretaría de Estado de Salud Pública, posteriormente mediante Reglamento Administrativo No 684 del 1940 se establecen las tarifas a ser cobradas por consultas, hospitalización, exámenes de laboratorio, rayos X, otros, en los Hospitales del Estado, (en gran medida convierte los hospitales públicos en privados, con áreas específicas para los pobres de solemnidad) mediante ley No 727 de 1944 se deroga la clasificación de “Distrito Sanitarios” y se denomina “MEDICO SANITARIO PROVINCIAL” con un Médico Sanitario por Provincia, como Provincia hubiere.
De los programas que se pudieran considerar de impacto está la lucha y control de la UNCINARIASIS y el PIAN (BUBA) en 1949, el mismo no fue aporte de Trujillo, si no contribución de la Fundación Rockefeller y dirigido por el Dr. Henry P. Carr.
En 1948 y a través de la ley 1896 del 30 de diciembre, se crea la Caja Dominicana de Seguro Social, la misma que no es más que el seguro de la enfermedad, contra accidente y vejez, iniciado por Bismarck en 1883 en Alemania, que había sido introducido en Chile en 1924, Brasil 1934, Ecuador 1935, Perú 1936, siendo República Dominicana de los últimos países que se introduce el concepto de Seguro Social.
Para el 1961 la población del país era básicamente rural ya que un 70% residía en esta área y un 30% urbano. Para la población rural durante la “era de Trujillo” no existió ningún tipo de servicios de salud, en cambio para la población urbana se construyeron algunos hospitales en los municipios cabecera de las Provincias y en el Distrito Nacional, como son: en Santo Domingo, Maternidad Nuestra Sra. De la Altagracia, Hospital Infantil Dr. Robert Read Cabral, Dr. Luís E. Aybar, Santo Socorro, Dr. Moscoso Puello, hospital Militar Dr. Marión, San Lorenzo de los Mina, Dr. Darío Contreras.
Las provincias que para 1961 eran 25 (veinticinco) algunas de ellas no contaban con hospitales por ej. San Pedro de Macorís que se había construido el hospital San Antonio en 1912, fue transferido al Dr. Carl T. George, (privado) en el cual se había habilitado un área para los pobres de solemnidad “Rancho Grande” las provincias de Bahoruco y Pedernales tampoco disponían de hospitales públicos.
Por lo anteriormente señalado los aportes de la “era de Trujillo” al sector salud fue realmente pobre si se compara con los avances de otros países de la Región, como Costa Rica, Chile, Colombia, entre otros
El verdadero padre del ESTADO MODERNO es el PRD ya que en el Gobierno de 1963 presidido por Juan Bosch se aprueba la Constitución que establece las bases del Estado Moderno, Don Antonio Guzmán promulgó la ley Amnistía poniendo en libertad centenares de presos políticos, dando paso a un ambiente de LIBERTAD, Hipólito Mejía promulga por ley de mayor conquista social del pueblo dominicano, ley General de Salud 42-01 que crea el Sistema Nacional de Salud y ley 87-01 que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social.
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En 50 años, sistema salud de
RD registró cambios enormes
El Juan Pablo Pina fue el hospital de lujo durante la tiranía
de Trujillo. Este centro tenía los servicios más completos. A pesar de
que la tuberculosis hacía estragos en la población, este era un país muy
“sano”
Para el 1960 la República Dominicana era una sociedad
eminentemente rural. Tenía 44 hospitales, 136 dispensarios, un orfanato,
14 granjas o asilos, un manicomio y dos laboratorios.
Para ese mismo año, Salud Pública tenía 60 médicos, 68 enfermeras asimiladas, 35 practicantes, 26 odontólogos, nueve laboratoristas, nueve farmacéuticos y cinco técnicos dentales. Para esa época el país tenía 3,047,070 habitantes y 594,130 viviendas.
En la actualidad, el sistema de Salud dispone de 15,000 enfermeras, que surten todas las redes públicas y privadas. En este momento, la afiliación obligatoria en el Colegio Médico Dominicano (CMD) es de aproximadamente 27,200 médicos entre generalistas y especialistas.
Después de 1965 comenzaron a multiplicarse las escuelas formadoras de especialistas.
San Cristóbal. El hospital por excelencia en la última década de la tiranía fue el Juan Pablo Pina, de San Cristóbal. Aallí estaban las más variadas especialidades, cuenta el afamado cardiólogo, doctor Héctor Mateo Martínez, para quien los avances en la medicina han sido astronómicos.
El hospital Juan Pablo Pina abrió sus puertas en la década del 40 y era un centro con servicios especializados. Allí no podía faltar ni una aspirina.
Documentos. Las cifras de centros de salud y recursos humanos de inicio de la década de 1960 están contenidas en la tesis de grado denominada Medicina Dominicana durante “La Era de Trujillo, 1930-1961, un análisis socio histórico”, sustentada por los doctores José Ramón Polonia Acosta, Luis A. Mendieta Díaz y Salvador Almánzar, en el 1986.
Durante la Era. El sistema de salud se basaba en los servicios más elementales: cirugía, ginecología, odontología y oftalmología, se puede leer en la citada tesis.
No existían las escuelas de residencias médicas para formar los especialistas, por lo que se crearon los puestos de practicantes, los que luego se convertían en médicos, recuerda el doctor Manuel Eduardo Valdez Guerrero, un oftalmólogo con 60 años de ejercicio y 94 de edad.
Los sustentantes de la tesis aseguran que fue una época en la que se comenzaba a adquirir equipos hospitalarios ambulatorios y se enviaban los primeros médicos a especializarse fuera del país, específicamente a Estados Unidos y Argentina.
Prescribía. El Jefe gustaba de recetar los medicamentos que a él o a su familia le habían hecho efecto.
Así lo confirman los doctores Mateo y Valdez, quienes tuvieron la oportunidad de recibir pacientes a los que Trujillo había indicado una que otra pastilla.
El actual sistema. Una mirada a los números permite comprobar el crecimiento astronómico de la medicina, de las estructuras y de los recursos humanos.
En la actualidad, la red de centros de Salud Pública tiene 158 grandes hospitales, 1,443 centros de atención primaria, nueve hospitales especializados y una red de centros también especializados pero que se rigen por patronatos y que reciben recursos del Estado.
La cifra estimada de centros de salud que tiene la República Dominicana supera las 800, si se toman en cuenta las casi 500 clínicas privadas.
Grandes hospitales. Los más grandes hospitales, cuyas estructuras perduran más de 50 años después, fueron construidos por el entonces hombre fuerte oriundo de San Cristóbal.
El Juan Pablo Pina, escribe el doctor Mateo, era el centro más avanzado del país, tenía todos los departamentos especializados en maternidad, ginecología, otorrinolaringología, urología, rayos X y farmacia. Fue el centro mejor equipado y tenía un equipo médico de la más alta calidad, narra Mateo en su libro Reflexiones y Anécdotas.
El Darío Contreras, el William Morgan (hoy Luis Eduardo Aybar), el Salvador B. Gautier, del IDSS, el Angelita (hoy Robert Reid Cabral), el Francisco Moscoso Puello, el San Vicente de Paúl y las maternidades San Lorenzo y La Altagracia se encuentran entre los centros hospitalarios más importantes que existían a finales de la tiranía.
La calidad. Nadie osaba construir un hospital que tuviera vicios de construcción, eso era imposible, comenta Mateo. Cualquier error se pagaba caro.
Actualmente, hospitales construidos con modernas técnicas y con cifras millonarias de recursos son denunciados por sus múltiples filtraciones y vicios de construcción. Dos casos conocidos son la remodelación del hospital Luis Eduardo Aybar y la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia. El dictador recibía informes de las obras.
El crecimiento. A 50 años de la muerte de Rafael Leonidas Trujillo, el “Jefe”, la estructura hospitalaria del país creció, la red de centros cuenta con más de 250 hospitales, si se toman en cuenta los de la Policía Nacional, el de los maestros y el Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) y los más especializados de los patronatos.
En la actualidad el IDSS tiene 23 grandes hospitales, 90 consultorios y 12 policlínicas. En lo que respecta a recursos humanos, la red tiene 2,000 médicos y enfermeras.
El “Jefe” y los médicos. En su libro Reflexiones el doctor Mateo cuenta una anécdota que revela la “valoración” de Trujillo por los médicos.
Cuando se constituyó Laboquidom, una compañía extranjera, se quejó ante el “Jefe” de que se había formado un monopolio y que los médicos favorecían los productos de ese laboratorio para sus indicaciones.
Trujillo ordenó una investigación y pidió que liquidaran las acciones de los médicos. Días después preguntó si se habían cumplidos sus órdenes pero no se había hecho y evidentemente colérico dijo: “y si fusilamos a los médicos, qué pasa”.
Mateo cuenta que Trujillo se encolerizó tanto con los médicos que los invitó al Palacio Nacional, donde se organizó una audiencia especial en la cual el hombre que dirigió al país con mano férrea nunca dio la cara a sus invitados.
Hoy, 50 años después, los médicos marchan en las calles para reclamar.
ANTECEDENTES
Grandes actores
El doctor Mateo
Este reputado doctor ejerció la medicina en la época de Trujillo, fue médico sanitario en Elías Piña y tuvo que hacer labor de patólogo. Si se registraba una muerte un tanto extraña, por supuesto tenía que certificar que había sido por causas naturales.
Trayectoria desde 1960
Los congresos médicos
En los últimos 50 años de la medicina dominicana la historia registra ponencias científicas de autoría del médico santiagués Salomón Jorge, quien participó del VI congreso.
Para ese mismo año, Salud Pública tenía 60 médicos, 68 enfermeras asimiladas, 35 practicantes, 26 odontólogos, nueve laboratoristas, nueve farmacéuticos y cinco técnicos dentales. Para esa época el país tenía 3,047,070 habitantes y 594,130 viviendas.
En la actualidad, el sistema de Salud dispone de 15,000 enfermeras, que surten todas las redes públicas y privadas. En este momento, la afiliación obligatoria en el Colegio Médico Dominicano (CMD) es de aproximadamente 27,200 médicos entre generalistas y especialistas.
Después de 1965 comenzaron a multiplicarse las escuelas formadoras de especialistas.
San Cristóbal. El hospital por excelencia en la última década de la tiranía fue el Juan Pablo Pina, de San Cristóbal. Aallí estaban las más variadas especialidades, cuenta el afamado cardiólogo, doctor Héctor Mateo Martínez, para quien los avances en la medicina han sido astronómicos.
El hospital Juan Pablo Pina abrió sus puertas en la década del 40 y era un centro con servicios especializados. Allí no podía faltar ni una aspirina.
Documentos. Las cifras de centros de salud y recursos humanos de inicio de la década de 1960 están contenidas en la tesis de grado denominada Medicina Dominicana durante “La Era de Trujillo, 1930-1961, un análisis socio histórico”, sustentada por los doctores José Ramón Polonia Acosta, Luis A. Mendieta Díaz y Salvador Almánzar, en el 1986.
Durante la Era. El sistema de salud se basaba en los servicios más elementales: cirugía, ginecología, odontología y oftalmología, se puede leer en la citada tesis.
No existían las escuelas de residencias médicas para formar los especialistas, por lo que se crearon los puestos de practicantes, los que luego se convertían en médicos, recuerda el doctor Manuel Eduardo Valdez Guerrero, un oftalmólogo con 60 años de ejercicio y 94 de edad.
Los sustentantes de la tesis aseguran que fue una época en la que se comenzaba a adquirir equipos hospitalarios ambulatorios y se enviaban los primeros médicos a especializarse fuera del país, específicamente a Estados Unidos y Argentina.
Prescribía. El Jefe gustaba de recetar los medicamentos que a él o a su familia le habían hecho efecto.
Así lo confirman los doctores Mateo y Valdez, quienes tuvieron la oportunidad de recibir pacientes a los que Trujillo había indicado una que otra pastilla.
El actual sistema. Una mirada a los números permite comprobar el crecimiento astronómico de la medicina, de las estructuras y de los recursos humanos.
En la actualidad, la red de centros de Salud Pública tiene 158 grandes hospitales, 1,443 centros de atención primaria, nueve hospitales especializados y una red de centros también especializados pero que se rigen por patronatos y que reciben recursos del Estado.
La cifra estimada de centros de salud que tiene la República Dominicana supera las 800, si se toman en cuenta las casi 500 clínicas privadas.
Grandes hospitales. Los más grandes hospitales, cuyas estructuras perduran más de 50 años después, fueron construidos por el entonces hombre fuerte oriundo de San Cristóbal.
El Juan Pablo Pina, escribe el doctor Mateo, era el centro más avanzado del país, tenía todos los departamentos especializados en maternidad, ginecología, otorrinolaringología, urología, rayos X y farmacia. Fue el centro mejor equipado y tenía un equipo médico de la más alta calidad, narra Mateo en su libro Reflexiones y Anécdotas.
El Darío Contreras, el William Morgan (hoy Luis Eduardo Aybar), el Salvador B. Gautier, del IDSS, el Angelita (hoy Robert Reid Cabral), el Francisco Moscoso Puello, el San Vicente de Paúl y las maternidades San Lorenzo y La Altagracia se encuentran entre los centros hospitalarios más importantes que existían a finales de la tiranía.
La calidad. Nadie osaba construir un hospital que tuviera vicios de construcción, eso era imposible, comenta Mateo. Cualquier error se pagaba caro.
Actualmente, hospitales construidos con modernas técnicas y con cifras millonarias de recursos son denunciados por sus múltiples filtraciones y vicios de construcción. Dos casos conocidos son la remodelación del hospital Luis Eduardo Aybar y la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia. El dictador recibía informes de las obras.
El crecimiento. A 50 años de la muerte de Rafael Leonidas Trujillo, el “Jefe”, la estructura hospitalaria del país creció, la red de centros cuenta con más de 250 hospitales, si se toman en cuenta los de la Policía Nacional, el de los maestros y el Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) y los más especializados de los patronatos.
En la actualidad el IDSS tiene 23 grandes hospitales, 90 consultorios y 12 policlínicas. En lo que respecta a recursos humanos, la red tiene 2,000 médicos y enfermeras.
El “Jefe” y los médicos. En su libro Reflexiones el doctor Mateo cuenta una anécdota que revela la “valoración” de Trujillo por los médicos.
Cuando se constituyó Laboquidom, una compañía extranjera, se quejó ante el “Jefe” de que se había formado un monopolio y que los médicos favorecían los productos de ese laboratorio para sus indicaciones.
Trujillo ordenó una investigación y pidió que liquidaran las acciones de los médicos. Días después preguntó si se habían cumplidos sus órdenes pero no se había hecho y evidentemente colérico dijo: “y si fusilamos a los médicos, qué pasa”.
Mateo cuenta que Trujillo se encolerizó tanto con los médicos que los invitó al Palacio Nacional, donde se organizó una audiencia especial en la cual el hombre que dirigió al país con mano férrea nunca dio la cara a sus invitados.
Hoy, 50 años después, los médicos marchan en las calles para reclamar.
ANTECEDENTES
Grandes actores
El doctor Mateo
Este reputado doctor ejerció la medicina en la época de Trujillo, fue médico sanitario en Elías Piña y tuvo que hacer labor de patólogo. Si se registraba una muerte un tanto extraña, por supuesto tenía que certificar que había sido por causas naturales.
Trayectoria desde 1960
Los congresos médicos
En los últimos 50 años de la medicina dominicana la historia registra ponencias científicas de autoría del médico santiagués Salomón Jorge, quien participó del VI congreso.
27 Febrero 2011, 9:36 PM
En la Era, 90% tenía uncinaria
Realidad de esa época. Se debía, básicamente, a que para
entonces la gente no tenía una adecuada higiene personal, niños, adultos
y jóvenes dormían en el suelo, andaban desnudos, semidesnudos y
descalzos
Mira, ‘pánfilo’, ‘jipato’, barrigón”, de seguro que ha
escuchado estos adjetivos, motes con los que eran nombradas aquellas
personas infestadas de uncinaria, un parásito que para la Era de
Trujillo era muy común entre la población dominicana, alcanzando
alrededor del 90%.
Se debía, básicamente, a que para entonces la gente no tenía una adecuada higiene personal, niños, adultos y jóvenes dormían en el suelo, andaban desnudos, semidesnundos, descalzos, por lo que el referido parásito se hacía huésped habitual de ellos.
La infestación con el parásito daba a estas personas una característica física débil, vientre hinchado, somnolientas y piel translúcida, producto de la anemia que éste le provocaba.
Pero no solo ese parásito estaba entre las enfermedades endémicas, contagiosas e infecciosa de la época, sino que igualmente las personas padecían con mucha frecuencia de ascaris, lombrices como popularmente se le solía llamar; sífilis, conjuntivitis, difteria, chancro blanco, poliomielitis, sarampión, tuberculosis, conocida como tisis, paludismo, tosferina, malaria, piojos y papera.
Acerca de las enfermedades propias de la Era de Trujillo, y especialmente en el ocaso de su período, encontramos datos en el libro “Trujillo de Cerca”, del politólogo Mario Read Vittini, así como en un estudio de 1966-1969 presentado por la Secretaría de Estado de Salud Pública en la XVIII Conferencia Sanitaria Panamericana y la XII Reunión del Comité Regional de la Organización Mundial de la Salud para las Américas.
Costumbres sanitarias de la época. Para el dominicano de “a pie” la asistencia médica no era fundamental, la costumbre era más bien automedicarse con plantas medicinales o remedios caseros, utilizados casi para todos los males de entonces. Para la natalidad, por ejemplo, en vez de médicos especializados, se utilizaban las “comadronas”, “parteras”, principalmente en las zonas rurales, aunque no se descartaba su práctica en la ciudad.
Las “parteras” eran mujeres, generalmente mayores, que hacían las funciones gineco-obstetras para traer a los niños al mundo.
Para cualquier herida, problemas estomacales, dolor de cabeza, se utilizaban brebajes caseros, la gente no tenía al médico como prioridad, aun hoy día se escucha decir: “ahora todo es médico, y eso con un té se sana”.
Sida y cólera
Con el crecimiento de la población y el cambio de vida de los dominicanos, a finales del siglo 20, surgieron nuevas enfermedades, lo que la ciencia médica define como enfermedades modernas. Muchas enfermedades, como el dengue y los males pulmonares, se incrementaron.
El sida y el cólera son enfermedades que aparecieron para esta época, las cuales han cobrado miles de vida de dominicanos.
Además, se incrementaron las causas de muertes por enfermedades cardiovasculares, cáncer y los males sociales como los accidentes de tránsito, violencia doméstica y contaminación ambiental. El cáncer se desconocía en esa época.
Se debía, básicamente, a que para entonces la gente no tenía una adecuada higiene personal, niños, adultos y jóvenes dormían en el suelo, andaban desnudos, semidesnundos, descalzos, por lo que el referido parásito se hacía huésped habitual de ellos.
La infestación con el parásito daba a estas personas una característica física débil, vientre hinchado, somnolientas y piel translúcida, producto de la anemia que éste le provocaba.
Pero no solo ese parásito estaba entre las enfermedades endémicas, contagiosas e infecciosa de la época, sino que igualmente las personas padecían con mucha frecuencia de ascaris, lombrices como popularmente se le solía llamar; sífilis, conjuntivitis, difteria, chancro blanco, poliomielitis, sarampión, tuberculosis, conocida como tisis, paludismo, tosferina, malaria, piojos y papera.
Acerca de las enfermedades propias de la Era de Trujillo, y especialmente en el ocaso de su período, encontramos datos en el libro “Trujillo de Cerca”, del politólogo Mario Read Vittini, así como en un estudio de 1966-1969 presentado por la Secretaría de Estado de Salud Pública en la XVIII Conferencia Sanitaria Panamericana y la XII Reunión del Comité Regional de la Organización Mundial de la Salud para las Américas.
Costumbres sanitarias de la época. Para el dominicano de “a pie” la asistencia médica no era fundamental, la costumbre era más bien automedicarse con plantas medicinales o remedios caseros, utilizados casi para todos los males de entonces. Para la natalidad, por ejemplo, en vez de médicos especializados, se utilizaban las “comadronas”, “parteras”, principalmente en las zonas rurales, aunque no se descartaba su práctica en la ciudad.
Las “parteras” eran mujeres, generalmente mayores, que hacían las funciones gineco-obstetras para traer a los niños al mundo.
Para cualquier herida, problemas estomacales, dolor de cabeza, se utilizaban brebajes caseros, la gente no tenía al médico como prioridad, aun hoy día se escucha decir: “ahora todo es médico, y eso con un té se sana”.
Sida y cólera
Con el crecimiento de la población y el cambio de vida de los dominicanos, a finales del siglo 20, surgieron nuevas enfermedades, lo que la ciencia médica define como enfermedades modernas. Muchas enfermedades, como el dengue y los males pulmonares, se incrementaron.
El sida y el cólera son enfermedades que aparecieron para esta época, las cuales han cobrado miles de vida de dominicanos.
Además, se incrementaron las causas de muertes por enfermedades cardiovasculares, cáncer y los males sociales como los accidentes de tránsito, violencia doméstica y contaminación ambiental. El cáncer se desconocía en esa época.
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