26 de Nov, 2012
La Unión Europea modificará la legislación para facilitar a
Túnez y Egipto la devolución de los fondos bloqueados de Hosni Mubarak y
Zine Ben Alí. Bruselas autoriza a los estados miembros para
intercambiar información entre ellos y las autoridades judiciales de
ambos países árabes y acelerar las devoluciones. Una de las condiciones
para devolverlos era que se hubiera establecido la democracia, algo que
se ha puesto en duda en Egipto.
DOHA, (IPS) - El presidente de Egipto, Mohammad Morsi, se ha reunido este lunes con altos magistrados para tratar de calmar la crisis por los nuevos poderes excepcionales del jefe de Estado, que motivaron protestas similares a las que el año pasado terminaron con la salida del presidente Hosni Mubarak. El jueves pasado Morsi firmó cuatro decretos que supeditan el Poder Judicial a su autoridad, por lo que ninguna decisión, ley o decreto aprobados por el presidente podrán ser revocados por otra institución del Estado.
Activistas acamparon el domingo en la plaza Tahrir por tercer día consecutivo, bloqueando el tránsito con barricadas, en protesta por lo que consideran una concentración de poder de Morsi. En los alrededores hubo varios enfrentamientos puntuales entre la policía y los manifestantes. Un miembro de la Hermandad Musulmana, a la que pertenece Morsi, murió y 60 personas resultaron heridas tras un ataque contra la oficina principal de la organización en la ciudad de Damanhour, en el delta del Nilo, según ha informado el portal de internet «Partido Libertad y Justicia» brazo político de los Hermanos Musulmanes(HH.MM).
Más de 500 personas resultaron heridas en enfrentamientos entre policías y los manifestantes que acusan a los (HH.MM) de tratar de arraigarse en el poder. La mayor autoridad judicial del país insinuó que hubo un compromiso con la intención de evitar una escalada de violencia, pero los manifestantes no quieren nada que no sea una marcha atrás total.
El Consejo Supremo Judicial ha manifestado que las iniciativas de Morsi solo deberán aplicarse para «asuntos soberanos», dando a entender que no rechaza abiertamente la declaración, y llamó a magistrados y fiscales, algunos de los cuales iniciaron una huelga el domingo, a regresar al trabajo.
Medidas temporales
La Presidencia insiste en que las medidas son temporales y ha anunciado que desea mantener un diálogo con las fuerzas políticas para encontrar un «terreno común» sobre el contenido de la futura Constitución de Egipto, uno de los aspectos que subyace en el fondo de esta crisis. Hassan Nafaa, profesor de ciencias políticas de la Universidad de El Cairo, considera que hubo un esfuerzo de la Presidencia y de la justicia por resolver la crisis, pero añade que sus declaraciones han sido «vagas». «La situación se vuelve más problemática».
Las acciones en la bolsa de valores de El Cairo cayeron el domingo (primer día hábil de la semana en Egipto) casi un 10 por ciento, el peor episodio desde la revuelta popular de febrero de 2011, que puso fin a los 30 años de gobierno de Mubarak. Partidarios y críticos de Morsi han organizado grandes manifestaciones para este martes. «Comenzamos otra vez de cero, política y socialmente», indica Mohammad Radwan, de la compañía corredora de bolsa Pharos Securities.
La estrategia de Morsi molestó a mucha gente que sostiene que procura concentrar el poder tras deshacerse de los generales del ejército de la era Mubarak en agosto. También refleja el recelo del mandatario hacia un Poder Judicial que no ha sido reformado tras la caída de su predecesor en febrero de 2011. Los decretos, anunciados al día siguiente de que el presidente fuera elogiado por Washington por su intermediación en los ataques de Israel contra Gaza, motivaron llamamientos de atención de Occidente para que se respete la democracia en Egipto.
«En defensa de la revolución»
El gobierno de Morsi defiende sus medidas arguyendo que son un esfuerzo para acelerar las reformas que completarán la transformación democrática.
Pero izquierdistas, liberales, socialistas, y otros denuncian los impulsos autocráticos de un hombre que estuvo encarcelado por el régimen de Mubarak. «No hay espacio para el diálogo cuando un dictador impone las medidas más opresivas y aborrecibles, y luego dice ‘acortemos las distancias’», declaró el sábado 24 el opositor Mohammed El-Baradei, exdirector general de la Agencia Internacional de Energía Atómica y excandidato a la presidencia egpcia en las elecciones que ganó Morsi.
El presidente egipcio presentó su estrategia el 22 de noviembre, diciendo que era necesaria para proteger la revolución que sacó a Mubarak del poder y que era una forma de consolidar la transición democrática del país.
Morsi también quiere volver a juzgar a Mubarak y a sus colaboradores más cercanos por la muerte de manifestantes durante la revuelta popular de 2011. Y ha creado una nueva «protección para el revolucionario» órgano de justicia para apurar los procesos judiciales. «Tiene que actuar para salvar al país y proteger el curso de la revolución», explica la asesora del presidente egipcio, Pakinam al-Sharqawi. «Es un gran paso en el proceso para completar la revolución del 25 de enero», remarca, refiriéndose al día en que comenzó la revuelta.
DOHA, (IPS) - El presidente de Egipto, Mohammad Morsi, se ha reunido este lunes con altos magistrados para tratar de calmar la crisis por los nuevos poderes excepcionales del jefe de Estado, que motivaron protestas similares a las que el año pasado terminaron con la salida del presidente Hosni Mubarak. El jueves pasado Morsi firmó cuatro decretos que supeditan el Poder Judicial a su autoridad, por lo que ninguna decisión, ley o decreto aprobados por el presidente podrán ser revocados por otra institución del Estado.
Activistas acamparon el domingo en la plaza Tahrir por tercer día consecutivo, bloqueando el tránsito con barricadas, en protesta por lo que consideran una concentración de poder de Morsi. En los alrededores hubo varios enfrentamientos puntuales entre la policía y los manifestantes. Un miembro de la Hermandad Musulmana, a la que pertenece Morsi, murió y 60 personas resultaron heridas tras un ataque contra la oficina principal de la organización en la ciudad de Damanhour, en el delta del Nilo, según ha informado el portal de internet «Partido Libertad y Justicia» brazo político de los Hermanos Musulmanes(HH.MM).
Más de 500 personas resultaron heridas en enfrentamientos entre policías y los manifestantes que acusan a los (HH.MM) de tratar de arraigarse en el poder. La mayor autoridad judicial del país insinuó que hubo un compromiso con la intención de evitar una escalada de violencia, pero los manifestantes no quieren nada que no sea una marcha atrás total.
El Consejo Supremo Judicial ha manifestado que las iniciativas de Morsi solo deberán aplicarse para «asuntos soberanos», dando a entender que no rechaza abiertamente la declaración, y llamó a magistrados y fiscales, algunos de los cuales iniciaron una huelga el domingo, a regresar al trabajo.
Medidas temporales
La Presidencia insiste en que las medidas son temporales y ha anunciado que desea mantener un diálogo con las fuerzas políticas para encontrar un «terreno común» sobre el contenido de la futura Constitución de Egipto, uno de los aspectos que subyace en el fondo de esta crisis. Hassan Nafaa, profesor de ciencias políticas de la Universidad de El Cairo, considera que hubo un esfuerzo de la Presidencia y de la justicia por resolver la crisis, pero añade que sus declaraciones han sido «vagas». «La situación se vuelve más problemática».
Las acciones en la bolsa de valores de El Cairo cayeron el domingo (primer día hábil de la semana en Egipto) casi un 10 por ciento, el peor episodio desde la revuelta popular de febrero de 2011, que puso fin a los 30 años de gobierno de Mubarak. Partidarios y críticos de Morsi han organizado grandes manifestaciones para este martes. «Comenzamos otra vez de cero, política y socialmente», indica Mohammad Radwan, de la compañía corredora de bolsa Pharos Securities.
La estrategia de Morsi molestó a mucha gente que sostiene que procura concentrar el poder tras deshacerse de los generales del ejército de la era Mubarak en agosto. También refleja el recelo del mandatario hacia un Poder Judicial que no ha sido reformado tras la caída de su predecesor en febrero de 2011. Los decretos, anunciados al día siguiente de que el presidente fuera elogiado por Washington por su intermediación en los ataques de Israel contra Gaza, motivaron llamamientos de atención de Occidente para que se respete la democracia en Egipto.
«En defensa de la revolución»
El gobierno de Morsi defiende sus medidas arguyendo que son un esfuerzo para acelerar las reformas que completarán la transformación democrática.
Pero izquierdistas, liberales, socialistas, y otros denuncian los impulsos autocráticos de un hombre que estuvo encarcelado por el régimen de Mubarak. «No hay espacio para el diálogo cuando un dictador impone las medidas más opresivas y aborrecibles, y luego dice ‘acortemos las distancias’», declaró el sábado 24 el opositor Mohammed El-Baradei, exdirector general de la Agencia Internacional de Energía Atómica y excandidato a la presidencia egpcia en las elecciones que ganó Morsi.
El presidente egipcio presentó su estrategia el 22 de noviembre, diciendo que era necesaria para proteger la revolución que sacó a Mubarak del poder y que era una forma de consolidar la transición democrática del país.
Morsi también quiere volver a juzgar a Mubarak y a sus colaboradores más cercanos por la muerte de manifestantes durante la revuelta popular de 2011. Y ha creado una nueva «protección para el revolucionario» órgano de justicia para apurar los procesos judiciales. «Tiene que actuar para salvar al país y proteger el curso de la revolución», explica la asesora del presidente egipcio, Pakinam al-Sharqawi. «Es un gran paso en el proceso para completar la revolución del 25 de enero», remarca, refiriéndose al día en que comenzó la revuelta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario