Quizás porque no estamos seguros de lo que hay despues de la vida , uno de los temores más grandes de los seres humanos es a la muerte .Por eso le teme a los regimenes fuertes y a las dictaduras , porque se ha demostrado que al final siempre son "sombra y muerte ".Volvemos de nuevo a la ausencia de la vida ,pero le damos paso tambien a la sombra que es penumbra ,que no es transparencia ,que es violencia y perdida de la libertad .Los sucesos suscitados en RD el 8 de Noviembre ,mantienen la población en vilo .Está atemorizada por la forma de aprobación sin dialogo de la Reforma Fiscal ,por la actitud del Jefe del Poder legislativo haciendo injerencia en otro poder del Estado al querer trazarle pautas a un representante del Poder Judicial y por último por el asesinato de un estudiante en la Universidad Autonoma de Santo Domingo ,haciendonos recordar momentos horribles de epocas nefastas :Sagrario Díaz .El miedo se traduce en malestar ,aversión , a veces en furia , en indignación . "El primer paso para ganar la batalla a una fobia pasa por la asunción del problema y la decisión firme del paciente de querer afrontar la solución" Poca gente hoy al menos que tenga intereses para beneficiarse en el futuro inmediato ,puede no estar disgustado por todo lo que está pasando .La mayoría de las personas conscientes en el país está consternads de como se están manejando las cosas desde el poder .Nunca antes desd hace mucho tiempo el pueblo no se sentía tan divorciado de la clase politica .Hay que tener más que cuidado .
Día 08/11/2012 - 21.19h
No es sólo un número. Levante la vista y fíjese en las personas que le
rodean. Si hay más de veinte, no lo dude. Posiblemente una de ellas
sufra una fobia.
El psiquiatra Fernando Marquínez, miembro de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao,
dice que éste es un problema de salud muy extendido porque las fobias
son trastornos derivados de la ansiedad, que es la enfermedad mental más
frecuente.
El más común de los temores es el que se tiene a las arañas, que afecta a la mitad de las mujeres y hasta un 10% de los hombres. También es fácil conocer a alguien que padece sociofobia (miedo a ser juzgado en público de manera negativa) o aerofobia (el miedo a los aviones, que afecta nada menos que al 5% de los usuarios). Pero hay otras fobias mucho menos comunes.
Una de las más curiosas es el miedo al miedo.
Las personas que lo sufren se agobian tanto ante la idea de que una
fobia los incapacite que acaban siendo víctimas de su propia prevención.
Tampoco figura entre los más comunes el miedo a los payasos (coulrofobia),
aunque es fácil imaginar, especialmente para un adulto, una película de
terror en la que el asesino en serie actúe disfrazado de clown, con la
cara pintada de blanco y una bola roja en la nariz.
Existen desde el miedo al hombre del saco, al temor a las chicas guapas
«¿Por qué sentimos miedo?»,
se pregunta el psiquiatra Andoni Candina, experto en fobias. «Nadie lo
sabe», se responde. «Todos tenemos dentro de nuestras habitaciones del
alma una para los miedos. En general, la tenemos bien cerrada, pero a
veces se abre y se enciende la luz roja». Da igual a qué se tenga pavor.
Cada uno es un mundo y es capaz de sentir adoración y pánico por las
cosas más dispares.
Hay personas que les encantan los insectos y se ganan la
vida como entomólogos y otras que la simple presencia de una mosca les
desata un ataque de entomofobia. «Debido a su carácter irracional y
desproporcionado» –añade otro reconocido experto en relaciones humanas,
el filólogo José María Romera– las fobias escapan al dominio del sujeto.
Un miedo puede llegar a vencerse por medio de la voluntad, la reflexión
o el esfuerzo personal. Las fobias, en cambio, se presentan como
barreras infranqueables ante las que no valen las categorías de valiente
y cobarde».
Comunes o extrañas, lo fácil es que te atrapen. Salir de ella, dependerá en buena medida de la voluntad de cada uno, aunque no sólo.
1.- No es lo mismo sentir miedo, por irracional que sea, que tener una fobia.
La fobia domina a la persona que la sufre hasta el punto de condicionar
su vida. «Es algo espantoso, una sensación atroz, como una
descomposición del alma, un espasmo horroroso del pensamiento y del
corazón, cuyo mero recuerdo provoca estremecimientos de angustia», la
definía el autor de relatos cortos Guy de Maupassant.
2.- No existen las fobias pasajeras.
Las que como llegan se van no pasan de ser un miedo. «Cuando ese miedo
se apropia de uno y toma vida propia se convierte en fobia», establece
el límite Andoni Candina.
3.- Nada menos que un 5% de la población sufre algún tipo de fobia.
Su causa última se desconoce, aunque se cree que existen varios motivos
que explicarían este sufrimiento. Los expertos hablan de que en los
pacietnes confluyen factores genéticos y otros ligados a la propia vida
entre los que destaca el padecimiento de una experiencia traumática en
la infancia.
4.- La fobia, como el miedo, es algo completamente subjetivo. Cada persona percibe como peligroso realidades muy diferentes.
5.- La mayoría de los miedos infantiles desaparece en la adolescencia. Otros se diluyen a lo largo de la vida. El problema surge cuando los temores se convierten en permanentes.
6.- Los especialistas distinguen entre dos tipos de fobias.
Las específicas se refieren a las que se tienen ante ciertos objetos,
situaciones o fenómenos. Las sociales están ligadas a acontecimientos
vinculados a las relaciones humanas. Hay quienes establecen una tercera
categoría de fobias, las relativas a animales.
7.- Bajar la mirada al hablar, especialmente cuando se
trata de alguien del otro sexo, puede ser un rasgo de una personalidad
tímida. Cuando a algo así se unen otros factores, como la incomodidad
permanente en las reuniones familiares, puede tratarse de una fobia
social.
8.- «No hay soluciones simples para los problemas ocasionados por causas complejas»,
afirma Romera. La creencia tradicional de que una terapia de choque,
consiste en exponer al paciente de golpe y sin red a sus propios temores
le ayudará a superarlos es un error.
9.- Pueden superarse.
El primer paso para ganar la batalla a una fobia pasa por la asunción
del problema y la decisión firme del paciente de querer afrontar la
solución. No lo dude: usted solo no la vencerá. Recurra a ayuda
profesional.
10.- Las terapias, similares aunque con matices, suelen combinar el apoyo psicológico
y familiar con el tratamiento farmacológico con medicamentos contra la
depresión y la ansiedad, en función de la gravedad del caso. «Siempre
hay una solución. Sólo hay que buscarla», recalca el psiquiatra Fernando
Marquínez.
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