Entrevisté a Guillermo Nugent por el Día Internacional de los Derechos Humanos, en diciembre del año pasado, cuando aún era director del Lugar de la Memoria (LUM). Me pareció una persona bastante seria, incluso podría decir que políticamente correcta.
Supuse y supongo que eso es lo que una institución de este carácter necesitaba. Y es que, claro, hablar de las atrocidades del terrorismo y de las atrocidades del fujimorato es más complicado cuando el fujimorismo es una de las fuerzas políticas más importantes del país.
Eso no quita que Alberto Fujimori, ex presidente de nuestro país, esté preso purgando condena por terribles violaciones a los derechos humanos. Decir eso no es estar parcializado o ser políticamente incorrecto. Decir eso es decir la verdad.
La exposición “Resistencia Visual 1992” en el LUM, que le terminó costando el cargo a Guillermo Nugent, muestra la realidad del país en un contexto de violencia y los personajes involucrados en ella. El LUM, al ser un lugar de memoria, no le puede negar a las personas conocer su historia y el papel que tuvo Alberto Fujimori en ella. Es nuestra historia y no hay excusa para ocultarla.
El ministro de Cultura ha dicho que la exposición seguirá; sin embargo, esto no niega que haber pedido la renuncia del señor Nugent sea una demostración de censura y un claro gesto de ceder frente a otros intereses. Nuevamente, si el fujimorismo no fuese mayoría en este Congreso, esta discusión de supuesta “imparcialidad” no estaría dándose, señor ministro.
Además, con la huelga de maestros de contexto, quizá el tema educativo pueda también considerar a uno de los periodos más complicados de nuestra historia. Propuestas que promueven la difusión del informe final de la CVR, entre otros documentos, en las aulas, deben volver a estar sobre la mesa.
Precisamente, recordando la conversación que tuve con Nugent, él fue muy enfático en hablar sobre la importancia de la memoria en la educación: “La idea es que este espacio, que sirve para recordar los años más duros de nuestra historia entre 1980 y 2000, tenga más visitas y sea incorporado a la formación escolar”, me comentó entonces.
El LUM recién cumplirá dos años desde su inauguración a finales de este año y ha tenido ya a dos directores. Ojalá que para este siguiente período se siga cumpliendo con el verdadero propósito de este Lugar de la Memoria y que sea, citando de nuevo a su ex director, “un espacio en donde todos podamos escucharnos y, bueno, aprender a escucharnos es sobre todo aprender a escuchar las opiniones y perspectivas que no necesariamente nos gustan”
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