La República sábado, 11 de julio de 2015
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ORLANDO DICE...
IGNORANCIA, VERG‹ENZA .- La causa de los haitianos avanzó entre los dominicanos porque la ignorancia, la vergüenza y el bochorno anduvieron durante un buen tiempo tomados de la mano. Ignorancia de hechos del pasado, vergüenza por delitos no cometidos y bochorno de creerse victimarios, cuando en realidad, víctimas. La existencia de Haití es una vieja historia, pero no sabida ni conocida en detalles por las naciones, organismos y personalidades que toman partido a su favor cuando suponen conflicto con República Dominicana. Los haitianos, como va en su beneficio, actúan por igual. Todos esos siglos, incluyendo sus avatares, se perdieron en el olvido, y ahora solo les interesa recordar, y que recuerden, La Masacre del 37, uno de esos episodios en que a falta de verdad, se impuso la fantasía. Los haitianos de estos días se quejan de la sentencia del Tribunal Constitucional y del Plan de Regularización de Extranjeros, pero durante más de setenta años el agravio mayor fue lo que entonces se llamó Corte y posteriormente Masacre. Esto es, las muertes ocasionadas por el dictador Rafael Leonidas Trujillo...
EN DÓLARES.- Aun cuando ese problema se resolvió en la mesa de negociaciones, y con la mediación de países como Cuba y México, la herida se mantuvo en carne viva, y las élites haitianas convirtieron ese infausto suceso en espada y la mantuvieron pendiendo sobre la cabeza de los dominicanos, como si la deuda no hubiera sido pagada. Fue un costo indigno, un saldo aberrante, pero las autoridades haitianas de ese tiempo cobraron por cabeza, y Trujillo retribuyó en dólares, como si se tratara de vacas y no de seres humanos. La solución fue de ni me debes ni te debo, y las relaciones del dictador con sus pares del otro lado de la isla continuaron como si nada hubiera pasado. ¿Por qué debieron las generaciones dominicanas posteriores, incluyendo las actuales, sufrir por años esa afrenta? ¿Por qué los haitianos, en todo ese discurrir, en vez de mirar, culpar y odiar a todos los dominicanos, no revisaron sus anales y satanizaron a sus gobernantes? Los cuales, todos, hicieron causa común con Trujillo...
MÁS CRIMINAL.- Rafael Leonidas Trujillo mostró un talante más criminal contra los dominicanos que contra los haitianos, pues con ellos fue en 1937, y nunca más, pero con los dominicanos fue en 1930, en su ascenso, o en 1947, cuando la gesta de Luperón, o en 1959, con la Raza Inmortal, o en 1960, con el movimiento clandestino 14 de Junio. Pero ese Trujillo, que fue un verdadero benefactor para la clase política haitiana, subiendo y bajando gobiernos, fue ajusticiado por manos dominicanas el 30 de mayo de 1961. Es decir, se le cobraron las ofensas, y como fueron de sangre, con la suya se lavó la derramada por tantos mártires a lo largo de 30 años. Los dominicanos mataron su monstruo, lo que no hicieron los haitianos, pues sus engendros mueren en cama. Francoise Duvalier, por ejemplo, o su hijo y heredero Jean Claude Duvalier...
EL DEGÜELLO.- Ahora, lo que al parecer se ignora, y no provoca vergüenza ni origina bochorno, fue la “gesta” de uno de sus prohombres, Dessalines, y que se registró como El Degüello de Moca. Frank Moya Pons dedica unos párrafos en las páginas 202-203 de su Manual de Historia Dominicana, edición de 1977. Escribió: “Después de haber atacado, saqueado e incendiado las poblaciones de Monte Plata, Cotuí y La Vega, los haitianos llegaron a Moca, donde pasaron a cuchillo durante la mañana del día 3 de abril a todos los pobladores y luego pegaron fuego a las casas. En Santiago ocurrió más o menos lo mismo. Todo el que cayó en manos de los haitianos fue degollado y la ciudad y las iglesias fueron incendiadas quedando los altares, los archivos y hasta el reloj público reducido a cenizas. En Moca únicamente dos personas salvaron la vida gracias a haber quedado atrapadas bajo los cadáveres de las víctimasÖ”. Esa deuda, también de sangre, nadie la cobró, y menos se pagó. Los haitianos sacan en cara a los dominicanos la Masacre del 37, y se va haciendo hora de que se les recuerde El Degüello de Moca. ¿Por qué si los haitianos tienen tan buena memoria, los dominicanos sólo olvido?...
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