Ed. Impresa FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS PIDEN DESCLASIFICAR ARCHIVOS MILITARES
Por July Rojas Medrano
Militares reprimen a ciudadanos en las calles de La Paz durante la dictadura de Luis García Meza en 1980. | Eabolivia.com - Agencia
Cuando han pasado tres décadas y media de aquel día en el que se escribió la última página negra en la historia del país con una dictadura que se llevó varias vidas “valiosas” destruyendo familias y por detrás a toda una nación, lo que queda según algunos activistas y familiares de las víctimas, es consolidar esa democracia recuperada en 1982.
Un 17 de julio de 1980, Luis García Meza y su principal colaborador, Luis Arce Gómez, derrocó a la presidenta constitucional interina Lidia Gueiler Tejada con apoyo y acción de paramilitares y militares asestó un golpe de estado e iniciaron un asalto a la sede de la Central Obrera Boliviana (COB), donde se encontraban reunidos líderes políticos y sindicales.
En ese lugar asesinaron al dirigente minero Gualberto Vega, al diputado Carlos Flores Bedregal, hirieron y detuvieron al líder Marcelo Quiroga Santa Cruz, hasta hoy desaparecido. Para el primer año de dictadura 93 personas fueron asesinadas y 26 casos de desaparición forzada.
“Como familiar de Carlos Flores Bedregal quien cayó el mismo 17 de julio en el asalto a la COB junto a Marcelo Quiroga Santa Cruz debo decir que sigue reinando la impunidad y que García Mesa sigue gozando de privilegios, parece que el narcotráfico sigue ostentando el mismo poder que hace 35 años”, dijo la hermana de uno de los asesinados, Olga Flores.
Aseguró que aunque García Mesa ha sido condenado por los máximos delitos que contempla el Código Penal de Bolivia, en la actualidad es un “reo redomado” porque sigue cobrando sus pensiones sigue gozando de privilegios y no está en Chonchocoro sino en una clínica.
“No es suficiente que estén ya en la cárcel García Meza y algunos de sus colaboradores para decir que se hizo justicia, porque faltan muchas cosas, por ejemplo, que se averigüe más cómo se ha producido la muerte tan injusta de Marcelo, saber qué se ha hecho con sus restos y dónde están. Eso es lo que nosotros necesitamos saber”, dijo la viuda de Marcelo Quiroga Santa Cruz, Cristina Trigo en una entrevista con Los Tiempos el 2010.
Trigo murió el 2014 a los 79 años dejando el encargo a sus hijos de continuar con la lucha que ella empezó con el fin de desclasificar los documentos militares de la época de la dictadura.
“Yo ya no tengo esperanza de nada. Yo ya estoy envejecida en esto. ¿Qué puedo esperar? Esa dictadura ha sido todo un mundo que se ha visto hundido, perdido, que lastima hasta ahora”, concluyó.
Por su parte, el exdefensor del Pueblo, Walter Albarracín, dijo que en esa época no sólo se perdió la vida de Quiroga Santa Cruz y de los otros dirigentes sino también del padre Luis Espinal que “si bien no fue muerto en esa fecha pero fue asesinado por los mismos autores dentro de los actos preparatorios del golpe que se habían promovido antes”.
Este acontecimiento ha dado lugar a que “el pueblo boliviano siga luchando por recuperar su democracia, la misma que se ha materializado a partir del 10 de octubre de 1982; la democracia que ha permitido encarcelar a los dictadores como García Meza, Arce Gómez”.
Sentencia a dictadores
Luis García Meza y Luis Arce Gómez fueron juzgados y sentenciados el 21 de abril de 1993 a 30 años de prisión sin derecho a indulto en la Corte Suprema de Justicia.
Los colaboradores que los acompañaron también fueron sancionados de acuerdo a la gravedad de los delitos cometidos en la dictadura.
Se clasificaron en ocho grupos los delitos cometidos por el dictador y sus colaboradores: asesinatos, genocidio, desapariciones forzadas, masacres, enriquecimiento ilícito y hechos de corrupción.
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